Una de las cosas que más me gusta de mi relación con Dios es que cuando algo es importante, Él me hace saber que debo de profundizar en ese aspecto, hasta haberle sacado el jugo necesario a lo que me quiere enseñar y esta no ha sido la excepción.

Por semanas Dios me ha hablado del famoso hecho de que hemos sido creados a su imagen y semejanza y que es importante que caminemos diariamente con la consciencia de que así es, hasta que me pregunté a mi mismo “qué exactamente es ser hechos a su imagen y semejanza?”, es decir, donde empieza y donde termina?, que alcance tiene y qué es lo que me toca hacer y que tengo que rendir a Dios para que haga?

Es un hecho que Dios nos hizo a su imagen para que todos puedan verle a Él en nosotros y su semejanza tiene que ver con el hecho de que pone en nosotros su poder, pero con las limitaciones de nuestra alma, pero aún hay mas detrás de esta frase que parece simple y que pareciera no trascender mucho.

Hay quienes afirman que al leer la Biblia encontrarán su identidad, con lo cual estoy de acuerdo solo en parte, ya que la Biblia no se trata de lo que poder encontrarnos ni conocernos a nosotros, sino se trata de encontrar y conocer a Dios, piénselo, Dios no dijo “hagamos al hombre a imagen y semejanza de los personajes de la Biblia”, sino de Él.

Es por tanto que corremos el riesgo de confundirnos si nos proyectamos en los hombres y mujeres de la Biblia, ya que el que sus nombres estén escritos en ella, no siempre significa que hayan hecho bien, no lo cree?

Dios nos hizo a su imagen y a su semejanza, con la intención de que leyéramos la Biblia con la intención de conocerle a Él y el entender quienes somos nosotros en medio de esa imagen y esa semejanza, por tanto lo dividió en 2 (imagen y semejanza) para que cada uno pueda hacer su parte del trabajo.

Es decir, su imagen es la parte de nosotros que podemos imitar y la que nos pone en la misma condición que Él, y es ahí donde imitamos a Yahvé Kaddosh (Yo soy Santo), ya que cuando adquirimos esta cualidad, Él puede actuar libremente en nosotros y usarnos para reflejar su gloria.

Santo significa apartado, es decir, Dios apartó su corazón para el hombre por encima del resto de la creación y nos dio la capacidad de hacer lo mismo, apartar nuestro corazón para el por encima de todo aquello que nos llama la atención y que nos pareciera atractivo pero no es trascendente.

La santidad no es una cuestión de actos o de reglas, la santidad es una condición del corazón, ya que de aquello que está lleno el corazón habla nuestra boca y así como somos en nuestro corazón, así somos nosotros, es decir nuestra esencia esta en nuestro corazón y es esa parte que Dios pretende gobernar, nuestra esencia, donde dejamos de ser nosotros para que Él sea en nosotros y vivamos una vida gloriosa.

Por tanto, si en algún momento se preguntó si podía usted hacer algo por Dios, lejos de actos religiosos o de misericordiosos, lo único que puede usted verdaderamente hacer por Dios es hacerse a su imagen, como Él lo creo, atendiendo a su identidad santa y apartada para Él, el resto es parte de las promesas que puso para sus santos y cómo quiera Él lucirse por medio de usted.

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