Muchas personas se sienten amenazadas cuando se habla del tema de la fe, pues pareciera que se pudiera competir en el tema o se pudiera dejar notar si la hay o no la hay.

No puedo recordar cuantas veces he escuchado la famosa frase de “soy buena persona, no le hago daño a nadie, no le robo a nadie, y hago el bien cuando puedo”, como si la fe o la intimidad con Dios se pudiera medir por medio de eso.

Lo mas interesante del asunto, es que Dios nunca nos pide que seamos “buenos”, en ningún lado lo dice, de hecho cuando a Jesús lo llaman bueno, Él mismo cuestiona este adjetivo, pues no va de acuerdo a la filosofía de Dios.

Lamentablemente el ser “buenos” no nos lleva a ningún lado, empezando porque cada persona tiene su propio concepto de lo que es ser bueno y por tanto sería un asunto de no poder darle gusto a nadie, y por otro lado la Biblia nos invita repetidamente a ser justos, mas no buenos.

Ahora si, el ser justo es una meta a alcanzar, pero tenemos que entender el concepto de justicia, como Dios lo entiende, esto quiere decir lo siguiente, muchas personas creen que la justicia es que cada quien reciba lo que merece y podrían estar en lo correcto, pero piénselo de esta manera, ha visto a las muchas personas que exigen justicia a causa de que alguien mató a sus parientes o amigos?, aquellos que exigen “justicia” y la traducen en sentencias de cadena perpetua o pena de muerte?, en realidad sanará eso su dolor?, si lo pensamos detenidamente, esas personas buscan venganza, mas no justicia, y la venganza es un sentimiento natural, todos lo sentimos, pero pocos lo admiten, por tanto le llaman justicia.

De acuerdo a lo que la Biblia nos enseña, la justicia no es otra cosa que el cumplimiento de la palabra de Dios, es decir, Él habla y en la tierra se cumple, eso es justicia, es como decir, es justo porque Dios así lo dijo y punto.

La cosa se pone buena, cuando nos damos cuenta que si podemos aspirar a ser personas justas, aunque eso no nos haga “buenos” a los ojos de las demás personas, pues lo justo no siempre es lo mas agradable, solo tenemos que sopesar en nuestro corazón que es mas importante el agradar a Dios o a las personas y listo, lo que sigue es tener siempre una Biblia a la mano para asegurarnos que actuamos en justicia, es decir en cumplimiento de la palabra de Dios.

La voluntad de hacer las cosas que Dios nos pide, combinado con la Biblia es llamado fe, para muchos la fe es el hecho de creer que Dios hará algo específico, pero normalmente lo aplican a algo que esas personas esperan, pero la Biblia nos dice que la fe es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve, pero se trata específicamente a lo escrito en la palabra de Dios, es decir, esperamos el cumplimiento de cada promesa y estamos convencidos de que así como sabemos que Dios existe aunque no le veamos, así su voluntad es perfecta y veremos su cumplimiento constantemente.

La cita de hoy nos habla de Abraham, a quien su fe, es decir el creerle a Dios (no solo creer en Él), le hizo un hombre justo, ya que estaba dispuesto a cumplir cualquier cosa que Dios le pidiera, por tanto entendemos que la fe no es algo pasivo, por el contrario es algo activo, ya que lo que creemos nos lleva a actuar y por tanto a cumplir la palabra de Dios y por medio de ello a ser justos, interesante, no?

Por tanto, si usted en algún momento se ha cuestionado si es bueno y con ello agrada a Dios, es el momento correcto para empezar a pensar como Dios lo hace y empezar a cuestionarse si es una persona justa, lo mas emocionante es que no bajará Dios del Cielo a decírselo, pero encontrará el parámetro en la Biblia día a día.

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