Muchas personas tienen la falsa idea de que el estar “bien” con Dios tiene que ver con la tranquilidad y la ausencia de problemas, pero olvidan el hecho de que la naturaleza de Dios y la naturaleza del mundo son 2 cosas completamente distintas y su efecto por tanto será siempre contrario a lo que pensamos.

Como funciona esto?, sencillo, entre más haya de Dios en nosotros, más nos rechazará el mundo y esa naturaleza nueva que Dios pone en nosotros será irritante para muchos, despreciable para otros y nos lo harán saber todo el tiempo.

Y no es que de repente todos nos odien por habernos acercado a Dios, pero si habrá reacciones muy notorias, no solo de las personas, sino de las mismas circunstancias, no en vano lo prometió Jesús, dijo que aquel que le siguiera, habría de sufrir persecución, así de simple.

Por qué es esto?, porque Dios necesita que una vez que hayamos tomado una decisión a su favor, nos mantengamos en ese punto que no dejemos a un lado lo que Él ha hecho en nosotros y dejemos de lado nuestra independencia, para entrar en un estado de dependencia total con Él y podamos por medio de ello cumplir con nuestro propósito.

Por tanto tenemos garantizado que pasaremos muchas cosas adversas en nuestra vida, solo por seguir a Jesús, pero lo haremos con una garantía, la garantía de que ni las situaciones, ni las personas nos podrán dañar, es solo para que aprendamos a amar a Dios en toda circunstancia y a establecer su Reino aun donde no lo entendamos y donde no lo disfrutemos.

El seguir a Dios es retar al mundo, es el retar a aquello a lo que tememos y enfrentarlo, con la completa consciencia de la victoria constante y el dominio propio como parte de nuestro día a día, y es por eso que Jesús lo menciona en el Padre nuestro, note que no dice “evítanos del mal”, sino dice “líbranos del mal”, en otras palabras, una vez que esté ahí, no permitas que me afecte.

Cuando pienso en esto, no puedo evitar pensar en David el Rey, Dios le hizo una promesa a los 15 años de edad, que sería Rey, pero eso no sucedería sino hasta unos 17 años después, y sabe, lo importante no era otra cosa mas que la seguridad de que Dios es fiel a su palabra y que la cumpliría cabalmente, y eso fue lo que sostuvo el corazón de David todo ese tiempo, entre tanto tuvo que enfrentar peligro de muerte constante, acoso y todo tipo de situaciones, que a su vez le forjaron como un hombre justo que gobernó sobre Israel como ningún otro y es enaltecido por Dios por ello hasta el día de hoy.

Y es ahí que entendemos a David escribiendo “Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento” (Salmos 23:4), David pasó en medio de la adversidad por años, pero sabía que nada de lo que pasaba tenía efecto alguno en él, de modo que aprendió a siempre sacar lo mejor de cada situación, siempre se esforzó por encontrar a Dios y su propósito en medio de la desolación y aprendió a vivir por situaciones distintas cada vez, nunca repetitivas.

Por tanto, al orar conforme al Padre nuestro y citar el “líbranos del mal”, estamos dando autorización a Dios a que nos pase por el campo de entrenamiento, estamos permitiendo que todo que esta escrito se cumpla en nosotros y a que nos ponga cara a cara con el mal, cuando oramos de esta manera, tenemos la plena seguridad y la confianza en Dios de que las cosas serán distintas a como eran cuando lo hacíamos solos y a que de cada situación saldremos no golpeados y no lastimados, sino fortalecidos y crecidos en sabiduría y amor, esto como señal de que Dios estuvo con nosotros y no nos dejó, y de que nosotros aprendimos a dejar de ser independientes, para ser dependientes por completo de Él.

Como lo ve?, lo había pensado de esa manera?, está listo para orar conforme al Padre nuestro y a ser puesto en medio del valle de muerte como David y salir victorioso?

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