Alimentarse cada día se vuelve una cosa mas compleja, todos los días leemos o escuchamos si tal o cual alimento es bueno o si es malo, si comer tal cosa causa cáncer o si tal cosa lo cura, el caso es que hay mil teorías de lo que debe uno comer y no comer.
Luego también vivimos en una época donde todo es cada vez más rico y más atractivo, es decir, por poco dinero tenemos acceso a riquísimos platillos que antes no teníamos, pareciera que el mundo se ha encogido y ahora es más fácil traer productos y alimentos del otro lado del mundo.
El detalle es que no todo lo que sabe rico es del todo bueno para nosotros, como dijo un amigo hace poco, pareciera que todo lo que sabe rico engorda y lo que no, es lo que nos conviene comer y regresamos a las mil y una cosas que podemos o no podemos comer.
Hace no mucho tiempo decidí poner orden en mi régimen alimenticio, de modo que logré entrar en un ritmo de bajar de peso y al día de hoy he bajado 33 kilos, lo interesante de todo es que no he tenido que dejar de comer las cosas que me gustan, y no he tenido que sufrir a causa de una dieta.
Como lo he hecho?, es sencillo, lejos de quitar de mi dieta las cosas que me gustan, he agregado a mi dieta las cosas que me son necesarias, en otras palabras, empecé a hacer una dieta en la que se come para adelgazar.
Empecé a entender el valor de cada alimento y empecé a comer cada cosa entendiendo su impacto en mi, obviamente empecé a consumir mucha fibra, empecé a darme cuenta qué alimentos la contienen y a probarlos de diferentes maneras, solos, acompañados, crudos, cocidos y empecé a ampliar mi menú de manera que la hora de la comida se ha vuelto la parte mas emocionante de mi día.
Cuando empecé a comer mas cosas sanas, me di cuenta que me podía dar un lujito a diario, de modo que nunca dejé los alimentos que normalmente dejaría en una dieta y sigo disfrutando de todo lo que como, ahora si tengo una dieta balanceada, como las cosas que me hacen bien y como las cosas que me gustan y me siento mejor que nunca.
Así mismo nos sucede con las cosas de Dios, por alguna extraña razón las personas creen que hay que hacer “dieta” de las cosas atractivas de la vida para meterse con Dios y que todo lo divertido es malo, y tal vez lo sea (depende de lo que hablemos), pero sabe, a veces solo tenemos que empezar a incluir a Dios en las cosas que hacemos, de modo que antes de hacer un cambio radical que en realidad no estamos dispuestos a hacer, empecemos a balancear nuestra manera de vivir.
Me encanta poner atención a la manera en la que se redactan las cosas y que entendemos las cosas de Dios, todos hemos leído o escuchado la famosa cita de Lucas 4:4 “Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios”, y pocas personas ponen atención a lo que dice, no dice “déjalo todo” sino dice “no solo de pan”, en otras palabras, es incluye a Dios en tu dieta y balancéala para que puedas sentirte mejor y a quitar de tu vida la gordura espiritual que no te deja avanzar.
Es por eso que Dios se incluyó a sí mismo en el Padre nuestro, decidió jugarnos una broma en el lenguaje y nos enseña a nosotros a pedirle que nos alimente con su palabra, no para que sea lo único que comamos, sino para que complemente nuestra alimentación y como la fibra, eche de nosotros aquello que no nos sirve, una vez que hagamos así, andaremos mas ligeros, pues la palabra de Dios es verdad y la misma Biblia nos promete que la verdad nos hace libres.
De tal manera, que podemos entender que Dios se incluyó en nuestra oración, para ser parte de nuestra dieta y hacernos sentir mas ligeros, solo eso, no más, no quiere sustituir lo que comemos, quiere complementarlo y hacernos ver que todo lo que vemos y todo lo que hacemos puede tener más sabor y ser disfrutado de una manera más intensa si lo incluimos,solo eso.
Dios y la religión son 2 cosas distintas (por aquellos que tienen miedo a ser religiosos), la Biblia y la palabra de Dios son algo íntimo y algo personal, donde solo Dios y nosotros intervenimos, tal como sucede cuando comemos, nadie puede ni masticar ni digerir por nosotros, y sólo a nosotros nos hará efecto lo que comamos, por tanto, por qué no darle esa oportunidad a Dios y hacer verdadero eso de que “no solo de pan vivirá el hombre”, no lo cree?