A todos nos llega un momento en la vida en el cual tenemos que crecer, un momento en el cual tenemos que madurar, un momento en el que tenemos que dejar de decir, para empezar a hacer, ya que sin eso, pasaremos nuestra vida entera dando tumbos y caminando sin rumbo.
Lo ideal es que pudiéramos madurar simultáneamente en todos los aspectos de nuestra vida, sería sumamente duro, pero a su vez sumamente efectivo, todo sería más fácil de ahí en delante, pero la sociedad, la cultura y nuestra misma pereza nos han enseñado a postergar el hecho de madurar en los asuntos que los demás “no ven” y sin darnos cuenta provocamos cosas que a la larga nos afectan de una manera trascendente.
Este tipo de actitudes son las que propician el desarrollo de los famosos “ninis” que son aquellos que ni estudian ni trabajan y están postergando el integrarse de manera activa a la sociedad tanto como puedan, o los famosos “acumuladores” que son quienes van guardando cosas “previendo” su inactividad y pueden llegar a vivir entre basura acumulada por años en vez de hacer las cosas como todos los demás.
Obviamente esto que le comento son ejemplos extremos, pero que a su vez son cada vez mas frecuentes y son solo un par de ejemplos de cosas que suceden cuando no nos sometemos a un orden y queremos hacer las cosas “a nuestra manera”.
Dios sabe todo esto y es por eso que previó todo este tipo de situaciones, nos dio una instrucción y nos dio una manera de vivir de manera que nunca cayéramos en este tipo de situaciones, ya que no solo anhela que nos vaya bien, sino que necesita que le representemos en esta tierra y establezcamos su Reino, es decir, lejos de esperar beneficiarnos, necesita que brillemos, para que la gente le reconozca a Él por medio de nosotros.
Dios conoce el corazón de los hombres y por tanto usó figuras para ayudarlos y evitar que se desviraran del camino, por ello se autodenominó Yahvé-Rohi que significa “Yo soy tu Pastor” (Salmos 23:1-3), dando a entender a los hombres que tal como hace un pastor de ovejas, así hará Él con nosotros.
En otras palabras, Dios anhela que le demos entrada a nuestra vida de modo que sea Él (no otras personas) quien nos diga por donde habremos de andar y por donde no, de qué pastos nos habremos de alimentar y de cuales no, que sea Él quien nos limpie de las espinas en las que nos metimos cuando dejamos de escuchar su voz y que sea Él quien nos cuide en la oscuridad.
Es importante marcar la diferencia entre el hecho de que pudiera funcionar como nuestra niñera y de que le demos oportunidad de actuar como nuestro pastor, ya que Él no nos regaña, no nos castiga, no nos golpea, ni nos pone a prueba, sino que nos disciplina para que podamos un día caminar solos sin problemas y podamos incluso imitarle y llevar a otros a ser pastoreados por Él y por nosotros si fuera necesario.
Yahvé-Rohi es la garantía de el comienzo de una relación madura entre seres pensantes, es una relación racional y no emocional, en donde cada uno tiene claro su papel y su alcance, de manera que todo tiene que ir a mas y a crecer, que bendición es saber que habrá alguien con un cayado caminando a nuestro lado asegurando que caminemos por donde habremos de ser luz!