Cada vez que pienso en David el Rey y pienso en el término “un corazón conforme al de Dios”, se me eriza la piel, ya que eso significa que hubo un hombre que entendía a Dios y por tal Dios lo puso a reinar, a pesar de que Dios no estaba muy de acuerdo en que hubiera Reyes sobre su pueblo, siendo que Él había diseñado una Teocracia y no una Monarquía.
Por tanto el tal David debía de ser alguien muy especial, alguien que tenía un gran celo por las cosas de Dios y una manera muy particular de vivir para Dios y trasmitirlo a los hombres, ya que antes que otra cosa debe de haber reflejado su amor, si no, no me imagino eso de “un corazón conforme al de Dios”.
En otras palabras, David debió ser un gran maestro y seguramente llevó a muchos a esa intimidad con Dios que muchos anhelamos, y con el respaldo de autoridad que Dios le dio, muchos lo seguían, aun antes de ser Rey.
El problema en muchas ocasiones con personas como David, es que se acostumbran a que saben mas que los demás y que se acostumbran a ser respetados por lo que saben y por el tipo de relación que tienen con Dios, a las personas nos llaman la atención los “David” que nos rodean y nos gusta de alguna manera considerarlos “especiales” de modo que no solemos fijarnos en los detalles finos de su vida.
David sabía esto y como muchas personas que se encuentran en su posición hoy en día, empiezan a ser “flexibles” consigo mismos y con su relación con Dios y empiezan a “tolerar” ciertas actitudes y cierto nivel de pecado en su vida, al fin y al cabo siguen siendo “mejores” que los demás y nadie lo va a notar.
Justo así le sucedió a David, empezó a vivir por la medida de las personas y no por la medida de Dios y empezó a permitirse ciertas cosas que en definitiva no estaban de acuerdo a lo que Dios le había mandado, pero las personas le seguían amando y admirando y no solo por ser su Rey, de modo que empezó a ser condescendiente consigo mismo, al grado de alejarse totalmente de aquel que lo puso en el trono.
Es interesante pensar que después de haberse metido con la mujer de Urías y haberlo mandado matar, David pasó algo así como 18 meses sin ir a la presencia de Dios y por alguna razón nadie en el Reino lo había notado o bien nadie lo había cuestionado, ese es el riesgo cuando ponemos la mirada en las personas, dejamos de ver lo correcto y empezamos a ver lo que queremos ver con tal de conseguir su favor.
No sé exactamente que era lo que pasaba por la mente de David, ni cuanto tiempo pretendía esconderse de Dios, de acuerdo a la ley y a lo que Dios estipulaba, su pecado le significaba la muerte y obvio, David no era tonto, tenía 18 meses cuidándose de la muerte.
Lo que David olvidaba es que Dios le había puesto como cabeza sobre su pueblo y le necesitaba en su presencia y además de todo esto, Dios conocía el corazón de David, y sabía que las mujeres eran su debilidad, por tanto Dios decidió poner fin a esta situación y envió a Natán un Profeta externo al Reino a platicar con Él.
Cuando entiendo esto, me quedo maravillado del amor de Dios, aunque Dios no nos necesita en lo particular, ha decidido usarnos, tal como lo hizo con David, que a pesar de encontrarse en pecado y a pesar de pensar que podía esconderse de Dios, Dios lo busca con amor, lo confronta y lo lleva a justicia de nuevo para que todo su Reino pueda vivir bajo la bendición de Dios, tal como había planeado desde un principio.
Muchas personas no se acerca a Dios, porque primero tienen que corregir sus errores y alinear su vida (hay que pensar que no tienen a qué alinearla si no leen la Biblia), siendo que Dios nos muestra que es un Dios amoroso y misericordioso y que más allá de pensar en juzgar nuestro pecado, necesita que cumplamos con nuestro papel y nuestro propósito, para que Él pueda lucir como el Dios que es.
Si aquel hombre que tenía el corazón y la confianza de Dios no pudo engañarle ni ser mas inteligente que Él, creo que usted y yo no tenemos mucha oportunidad, por tanto es mejor alinearnos a la palabra y perseverar en el propósito revelado que tengamos de Dios, no lo cree?