El día de ayer venía manejando a casa de un viaje a la Ciudad de México y estaba meditando largamente acerca de como es que nos desviamos de los propósitos de Dios y de pronto como salido de la nada, me vino a la mente algo que Dios me había hablado hace unos meses, algo importante, algo en lo que necesitaba que perseverara, algo que realmente haría un cambio radical en mi vida y de alguna manera había dejado en el cajón de los pendientes por orar y olvidado.
Incluso tuve que frenar y tomar aire ante la emoción ante esto que Dios me recordaba, pues justo era la pieza que faltaba en mi futuro a mediano plazo, fue algo que simplemente me sacudió, y sin darme cuenta empecé a fantasear con aquello que Dios me recordaba y empece a hacer planes en el aire y castillos también y en solo unos minutos había hecho de una revelación simple un complejo esquema que parecía no tener principio ni fin.
Justo así sucede todo el tiempo, no solo conmigo, sino con todos, escuchamos una pequeña cosa de Dios y en menos de lo que nos damos cuenta, el plan de Dios parece pequeño contra todo lo que nos atrevimos a soñar y lo mas irónico es que lo único que no contempla nuestro plan, es aquello que Dios nos habló.
Es interesante, el plan que Dios me dio dejo de ser un plan y se convirtió en una excusa, es decir, ya no planeaba, ni contemplaba como lograr aquello que Dios me había hablado, sino mas bien pensaba en que todo lo que quería yo hacer y planear se amoldaba a “eso” que Dios me decía y sin querer lo deje fuera (ups!).
Estoy seguro que esto que me sucedió, le ha sucedido a usted también, pero quiero mostrarle como esto esta escrito y demostrado en la Biblia, y en una escena un poco menos jocosa y simpática que la mía.
Una de las cosas que mas me gusta de la Biblia es como Dios despliega su poder usando hombres ajenos a su Reino para demostrar su poder, tales como Ramsés el Faraón, Nabucodonosor, Ciro, entre otros, todos ellos fueron usados por Dios, incluso engrandecidos por Él para demostrar que Él es Dios sobre la tierra y que no habrá hombre que se interponga entre Él y sus propósitos, y de todos ellos habló antes y luego cumplió lo que dijo.
Pero hubo otro hombre del cual habló, este no era impío, este era cercano a su hijo, y habló de Él y le dio una comisión a realizar, una difícil y también dejó de lado lo que Dios habló de Él.
Todos hemos escuchado de Judas y antes de contarle una historia que usted ya se sabe, le quiero contar un dato interesante, sabe usted, que significa “Judas”?
Judas es un nombre de origen hebreo, que significa 2 cosas, “alabanza a Dios” y “reconozco a Dios”, que interesante que un hombre con un nombre tan profundo y tan cercano al corazón de Dios cometa tal fechoría, no lo cree?
Lo interesante del asunto, es que por mas traición que sea, o parezca, no es importante, alguien debía realizarla y alguien debía cumplir con la voluntad de Dios, y que mejor que alguien de confianza y alguien con un corazón para Dios, no lo cree?
Si lo entendemos desde el punto de vista de Dios, su acción fue un privilegio y una tarea que solo se le encarga a alguien de alta confiabilidad y cercano, tanto que el mismo Jesús lo decía “aquel que moja su pan en mi plato, habrá de entregarme”, cuanta confianza había entre ambos como para que Judas mojara su pan en el plato de Jesús, yo digo que toda, no lo cree?
Ahora bien, hay que entender que Dios dijo que lo tenían que traicionar, pero piense esto, el acto de la muerte de Jesús era precisamente para perdonar los pecados, en otras palabras, nadie dijo que Judas tenía que morir, ni que un nombre tan bello y con un significado tan profundo tuviera que ser ahora un nombre que nadie quiera poner a sus hijos, no lo cree?
Judas se perdió de la mejor oportunidad del mundo, en vez de saberse instrumento de Dios y luego perdonado por la sangre de Jesús, decidió ahorcarse, morir y perpetuar la mala fama de su nombre, que terrible, no?
A veces no nos hace falta pensar, sino solo obedecer, no importa que sea una pequeña revelación como la que recibí yo ayer, ni algo tan profundo como lo que recibió Judas, todo lo que necesitamos es obedecer y hacer solo lo que nos piden, porque mire, afortunadamente yo reaccioné, pero cuantas personas dejan de ser bendecidas por sentirse culpables de algo que no tiene que ver con ellas, o bien se pierden del efecto de la cruz de Jesús por andar opinar que son malas personas y que no merecen nada bueno?
Hasta donde yo entiendo, no había castigo para Judas, había una profecía sobre lo que habría de hacer y de lo que pasaría con la paga de su acto, pero no había nada dicho por Dios acerca de su muerte, si hubiera visto a Jesús en la cruz, este le hubiera dicho que su pecado había sido perdonado y que tenía otra oportunidad de ser un gran evangelista por ser quien fue perdonado por el mismo a quien había traicionado, no lo cree?
Obviamente esto que le cuento no es mas que una hipótesis, pero piénselo para usted, no ha tomado usted la misma actitud, cuando no debía?