Existe un apartado en la Biblia que realmente me emociona, y es el apartado donde dice que Dios nos hizo a cada uno, en lo individual, a mano y desde antes de la creación del mundo, en donde entendemos que Dios no solo tiene un plan para nosotros, sino que además nos hizo especiales, no hay un ser humano igual al otro, y no existe otro que se parezca en lo más mínimo, que genial, no?
Ciertamente es un privilegio el entender esto y mas lo es el aprender a vivir de esta manera, entendiendo lo especiales que somos y como dice el dicho sintiéndonos “hechos a mano”, solo hay un pequeño detalle para la aplicación de este término en nuestra vida cotidiana.
Una de las cualidades o capacidades que nos hacen mas especiales es la capacidad de obedecer, ya que siendo especiales, sabremos someternos al Dios que nos creó especiales y sabremos renunciar a los privilegios de ser especiales, para ser beneficiados por el sacrificio en la cruz de aquel que es por encima de lo que vemos y entendemos, y es ahí donde viviremos una vida plena y llena de verdaderos beneficios.
Es un hecho que nos sabemos especiales y es un hecho que recurrimos a este recurso cada vez que lo necesitamos, de hecho lo usamos mas seguido de lo que planeamos, pero rara vez lo entendemos, es mas como un aliciente que una identidad que usamos, es algo que nos rescata de sentirnos mal y de sentirnos “poca cosa”.
No lo quiero confundir ni enredar con estos argumentos, es solo el ayudarle a entender como es que ese papel de reyes y sacerdotes del que tanto habla la Biblia, es un papel verdadero y lleno de privilegios si lo sabemos usar adecuadamente, para que no nos suceda como a Naamán
Naamán, era un hombre importante y tenía un problema, tenía lepra, y ese no era un lujo que podía darse en su posición, por tanto acudió por ayuda y la recibió, el problema es que no la recibió como él esperaba, él esperaba ser recibido de acuerdo a su posición y con gran caravana, pero nadie salió a su encuentro y nadie le recibió, sólo se le dio la instrucción de como ser limpio de su problema.
La Biblia nos narra que Naamán se enfureció, ya que no se le recibió como “él merecía”, sin tomar en cuenta que tenía en sus manos la respuesta a su problema y lo mejor de todo, es que su reputación estaba a salvo, ya que el Profeta había cuidado de no afectarla exhibiéndolo ante los demás.
Muchas veces hemos renegado de Dios porque no recibimos aquello que pedimos o esperamos y hacemos berrinches, tal como los hizo Naamán y a lo mucho nos conformamos con la idea de que Dios “por algo” hace las cosas, pero entiéndalo que el que seamos especiales, no solo nos da acceso a los beneficios de Dios, sino también a sus explicaciones, como a las responsabilidades que el ser especiales conlleva.
El haber sido creados uno por uno y a mano por Dios, nos da la misma identidad que las cosas que Él hace, todas corresponden a su palabra, por tanto, sin la palabra, no funcionamos y los beneficios no se reflejan, así de simple, tal como Naamán, no importaba su estatura, ni su rango, no importaban sus riquezas, ni cuantos súbditos tuviera, todo lo que importaba es que primeramente fuera obediente y segundo que se sumergiera en las aguas, recuerde que en la Biblia las aguas representan la Palabra de Dios, por tal, si no buscaba en la palabra, no recibiría nada, pues esa era y sigue siendo la condición.
La mayoría de las cosas que no recibimos en la vida diaria y de las oraciones que hacemos tienen que ver con este hecho, la mayoría de las personas no conocen la palabra de Dios y no están dispuestas a sumergirse en ella y a veces en varias ocasiones, tal como Naamán que lo tuvo que hacer 7 veces, y cuando lo hubo hecho, lo que pidió le fue hecho y más ya que dice la Biblia que su piel era ahora como la de un bebé.
Es interesante que todos decimos amar a Dios, pero pocos están dispuestos a conocerle por su palabra, y esto me lleva a cuestionar el hecho de como amamos a alguien a quien no conocemos?, y encima de esto, hay aun menos personas dispuestas a obedecerlo, pero todos quieren sus beneficios y luego se preguntan el porqué no los reciben, inaudito, no?
Hay quienes toman el lugar que entienden de Dios y se hacen importantes” o “especiales” tratando de con esto obtener un beneficio de parte de Dios o de quien sea, siendo que lo que nos hace especiales delante de Dios es lo que Él dijo acerca de nosotros, lo cual en su mayoría la gente desconoce y por ello no recibe el trato especial que merece.