Hay quienes aseguran que la famosa regla de las matemáticas de “el orden de los factores no altera el resultado” aplica para todas las cosas, siendo que no es así, primero entendiendo que las matemáticas son para medir y calcular las cosas de este mundo, mas no las cosas del Reino de los cielos y segundo, porque Dios es un Dios de orden y donde esta regla no se cumple, no habrá manera de provocar aquello que esperamos y queremos, por más que nos esforcemos, lo ha considerado?

El mayor problema de cualquier persona que se dice Hijo de Dios es su identidad, ya que el ser hijo requiere no de reglas y no de comportamientos, sino de entendimiento, lo primero que cualquier persona debe de tener es el entendimiento del hijo, para poder habitar en la casa y vivir bajo las normas y los beneficios de la misma y es ahí donde la cosa se pone interesante.

Hay quienes al entenderse hijos cometen 2 graves errores que los pueden desanimar o desviar del propósito de serlo, el primero es pensar que por ser hijos todo les será dado, y la segunda es que al convertirnos en hijos nos llenamos de reglas y requisitos para poder “honrar” al Padre.

Esto que le cuento se puede convertir en un verdadero problema, ya que según lo que entendemos de la Biblia y de la manera que Dios lo plantea, el hijo antes de ser alguien a quien se le consienta o ser alguien a quien se le demande, es la esperanza del Padre, es aquel que hará que los asuntos y el legado del Padre trasciendan y lo mas importante de todo es que fue creado para ese propósito en específico, ya que solo el hijo tiene lo mejor del Padre en si para llevar a cabo sus planes.

Por tanto, una vez que nos entendemos hijos, empezamos a funcionar conforme al propósito y empezamos a recibir aquello que estamos dispuestos a operar, y no solo a disfrutar.

Uno de los papeles mas importantes que fungimos como hijos es el de herederos, y me encanta lo que la Biblia habla sobre la herencia, ya que en lo natural hemos aprendido que heredamos cuando nuestros Padres mueren, pero en el diseño original no era así, se llegaba un tiempo donde el Padre cedía sus vienes a sus hijos para que los trabajaran y los engrandecieran, de modo que el Padre pudiera morir orgulloso de saber que hizo bien con sus hijos y los formó adecuadamente.

El Rey Salomón incluso dijo “el hombre bueno deja herederos a sus hijos y a los hijos de sus hijos”, y podemos entender que bajo el término “bueno” se refiere a aquel que vive conforme a su propósito y está seguro de que sus hijos harán un gran papel como herederos.

Si lo pensamos, hay Padres que heredan a sus hijos cuando mueren y no causan mas que problemas, ya que lejos de honrar la voluntad de sus Padres, su avaricia les hace deshacer familias enteras y ningunear la voluntad de aquel que le dio identidad.

Por tanto, el orden y el tiempo de la herencia es algo importante y si lo entendemos según la Biblia, nos daremos cuenta que la herencia es algo que nos fue otorgado para operar durante nuestro tiempo en la tierra, es nuestra herramienta para hacer sentir orgullosos a nuestro Padre y como es un Padre que a su vez es un Dios vivo, no tenemos que esperar a que muera para recibir la herencia.

Lo interesante del asunto, es que a diferencia de lo que muchos piensan y esperan, la herencia no es un premio por haber sido “buenos”, ni nada por el estilo, nuestra herencia es el material con el que trabajaremos y tiene por objetivo el establecimiento del Reino y el dejar constancia de quien es Dios.

Cuando hablamos de herencia entendemos por herencia todo aquello por lo que normalmente oramos y entendemos como parte del favor de Dios y que a veces vemos como imposible y lejano, pero no es lo mismo el ser sujetos al favor de Dios que necesitar ser abundantes y prósperos en todo lo que hacemos para poder operar adecuadamente como herederos.

La cita de hoy nos habla de ello, la herencia de Dios no está sujeta a la ley, ya que es previa a la ley y no está sujeta a nada de lo que las personas nos puedan decir, ya que nos es por promesa, y como lo he repetido en un par de ocasiones en este escrito, nos es por herramienta para cumplir con nuestro propósito, por tanto quien no la recibe es porque no se ha entendido hijo y por medio de ello heredero con un propósito.

Es por eso que es fascinante el leer la Biblia, nos ayuda a romper con los mitos de lo que nos dijeron o lo que hemos decidido creer en nuestro caminar por la vida, y que tremendo es el entender que lejos de ser un privilegio ser herederos, nos es una responsabilidad y parte del propósito con el que fuimos creados, por tanto en el momento que hayamos decidido operar de esa manera, todo aquello que el Padre ha dispuesto para nosotros, nos será entregado.

¡Comparte esta entrada, elige tu plataforma!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *