Es fascinante entender que aquellas personas que tienen problemas en su fe, o bien que no saben como tenerla, todo lo que tienen es un problema conceptual.
Normalmente muchas personas viven sin la necesidad de tener fe, pues creen que la ausencia de problemas en su vida tiene que ver con el hecho de tener una “buena” relación con Dios y si las cosas están bien, entonces para qué meterse con ellas y echarlas a perder?
Una vez que los problemas aparecen (de cualquier índole), es cuando es cuando se pone en práctica esa fe que se dice tener y es aquí donde muchos patinan.
La Biblia nos enseña que la fe es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve, y normalmente lo que se espera es la ausencia de problemas y lo que no se ve es el como regresar a ese estado de ausencia de problemas, y de alguna manera, la solución a todo esto es externa, ya que muchos entienden que es ahí donde se practica la fe, en donde la solución viene de un Dios que solo está esperando instrucciones nuestras para accionar.
Lo mas interesante es que Dios nunca nos prometió una vida libre de problemas y nunca nos prometió una vida tranquila, todo lo contrario, nos prometió una vida llena de persecución y una vida con muchos obstáculos a vencer y muchas victorias, pero no tranquilidad, por tanto aquellas personas que aseguran que Dios les da esa tranquilidad que muchos llaman erróneamente paz, están hablando con un dios que no es el Dios de la Biblia, no lo cree?
Me emociona mucho cuando leo la Biblia y aprendo que lo primero que Dios hizo en el libro de Génesis fue dejar claro quien es Él y el alcance de su poder, en otras palabras estableció su identidad y cosa inmediata después, creó al hombre y le dio identidad para que funcionara de la misma manera y con un plan, por tanto desde el momento que le creó y desde el momento que le dio identidad, dejó en claro que sus hijos no depende de factores externos, sino que son los provocadores de que las cosas pasen en la tierra.
Dios creó al hombre con un propósito y ese propósito era pecar, pues si el hombre hubiera fallado en el Edén, entonces para qué Dios le habría dado la instrucción de gobernar la tierra?, siendo que esta ya estaba habitada y ya tenía un gobierno? (Génesis 6).
Me encanta como Dios le dice al hombre ya estando fuera del Edén “Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra (Gen 1:28)”, note como la instrucción empieza con una bendición, por tanto podemos entender que no hay enojo, por el contrario, les dio una instrucción y les aseguró que estaban equipados para llevarla a cabo.
A partir de ese momento y a lo largo de toda la Biblia el hombre se dedicó a impactar y transformar su medio ambiente, y vivió en bendición al cumplir su propósito, cada vez que se alejaba de su propósito la adversidad le sobrevenía y no porque Dios le castigara, sino que que sentido tiene una creación sin propósito?, por tanto la naturaleza misma se encarga de rechazar a todo aquello que no va a ningún lado.
Habiendo entendido esto, debemos de cambiar nuestra manera de entender la fe, ya que la fe es el estar seguros y tener la certeza de que tenemos un propósito y que sigue siendo el mismo que Dios le dio a Adán y a Eva y confirmó por medio de Jesús en la gran comisión.
Por tanto al tener clara la responsabilidad que tenemos, debemos de dejar de pensar que nuestra bendición viene de fuera y que la fe es el creer en aquello externo en lo que hemos decidido creer, ya que la Biblia dice lo contrario.
Por tanto, cuando empezamos a creer en lo escrito y decidimos tener fe en aquello que nos fue prometido por escrito, es cuando empiezan a suceder cosas asombrosas a nuestro alrededor y pasamos de ser las víctimas de las circunstancias a ser aquellos quienes transforman y trastornan el ambiente y que vamos dejando rastro por donde pasamos al grado que algunos que siguen con la idea de que la bendición es algo ajeno y que se tiene que esperar en vez de provocar se molestan y emprenden persecución en contra de nosotros, tal como está escrito y nos es prometido.
La cita de hoy es justo la descripción de ese momento al que todos debemos de aspirar, al momento donde la palabra se cumple y sucede lo que Dios dijo por medio de Jesús, donde la fe recibe aquello en lo que perseveró e impactó al mundo por medio de su verdad.
Está en usted el decidir que tipo de fe quiere tener, aquella que espera y espera y espera, o aquella que provoca, que acciona y que incomoda a otros, pero que es la que corresponde a los que perseveramos en las cosas de Dios y estamos dispuestos a vivir una vida gloriosa?