Se ha puesto a pensar que pasa si usted camina viendo el suelo todo el tiempo ?, esto me lo recordó un amigo hace unos días, y sabe, esto me hizo meditar en ello por largo rato.
Mi Madre es una de esas personas que siempre camina erguidas, pero aún así creo que no hay día que salga a la calle que no encuentre una moneda en el piso y a parte lo hace notar a todas las personas, a veces es irritante, pero sabe, disfruto que tenga esa alegría de descubrir cosas buenas donde los demás normalmente caminan y dejan solo lo que desechan, no lo cree?
Obviamente mi Madre no camina con los ojos puestos en el suelo, creo que todo lo contrario y sabe, siempre he sido un convencido que el caminar erguido y viendo hacia el frente es la causa de su buena fortuna, pues le da una visión mas amplia del panorama, además de que siempre que la veo encontrando una moneda recuerdo a Pablo el Apóstol exhortándonos a entresacar lo precioso de lo vil, y que mejor ejemplo de esto.
Como le comentaba, hace unos días un amigo me contaba acerca de un hábito que tenía de caminar siempre viendo al suelo, no me dijo la razón, pero mientras me lo contaba, no podía dejar de pensar e imaginar todas las oportunidades que perdía, el ver y saludar a las personas a su alrededor o simplemente el aprovechar alguna buena oferta en algún ventanal cercano de algún artículo que le pudiera interesar, no lo cree?
Un día Dios le habló a mi amigo acerca de éste hábito, y mi amigo tuvo a bien el reaccionar a esta llamada de atención y me cuenta de pronto empezó a descubrir la ciudad en la que ya había vivido por varios años, empezó a ver edificios que nunca había visto, empezó a ver lugares que le llamaban la atención, su mundo fue transformado con tan solo levantar la vista del suelo.
A veces, en nuestra intimidad con Dios, hacemos exactamente lo mismo, a pesar de que “oramos” y decimos poner nuestras situaciones en las manos de Dios, la verdad solo evaluamos las alternativas que conocemos, que obviamente están ligadas a la tierra o en otras palabras a lo que vemos, de modo que solo le damos vueltas a lo mismo y sin querer hacemos verse mas imposibles las cosas que necesitamos de lo que son, sin darnos cuenta que solo estamos viendo al suelo y no a lo alto.
El Salmista entendió esto, supo que Dios no estaba en el suelo, de hecho si lo observa, a lo largo de la Biblia, todo lo relacionado en la Biblia con el suelo, solo tiene que ver con cosas limitadas, nunca con milagros y prodigios, por tanto el Salmista decide buscar su ayuda en los montes y en las alturas, en ese tipo de lugares en donde un Dios que se auto denomina el “Altísimo” habitaría, no lo cree?
A lo largo de mi meditación en todo este tema me vinieron a la mente todas esas personas que me ha tocado ministrar y orar por ellas que insisten en agachar la mirada en vez de esperar el favor de Dios de las alturas y que incluso tengo que pedirles que abran sus ojos y que eleven sus miradas, ya que su costumbre interfiere con algo que pudiera ser simbólico, pero que es profético y es importante en ese momento.
Obvio podemos y debemos tener reverencia a Dios y lo hacemos inclinando nuestros rostros, pero sabe, una cosa es tener reverencia y otra cosa es esperar la ayuda de Dios, son 2 cosas distintas, ya que si nos atrevemos a creer como Dios nos enseña en su palabra, haremos tal como mi amigo, descubriremos en las alturas cosas asombrosas de las cuales ya estaban ahí, y podemos escoger, pero que si no las vemos, jamás recibiremos su efecto y su favor, no lo cree?
Por tanto, quiero invitarle a que tome un tiempo, a que piense en ello, como ora?, como pide?, en donde busca?, en lo terrenal y limitado o en lo alto e ilimitado?, el día que aprenda a hacer las cosas como en el Reino de los Cielos, estoy convencido que recibirá el beneficio del Reino de los Cielos, no lo cree así usted?
Le dejo la cita de hoy, medite en ella, y piense si realmente tiene identificados los montes espirituales alrededor suyo, si es así, solo vea hacia ellos, y todo lo que pueda necesitar vendrá de ahí.
Gracias doy a Dios por que cuando no levantamos la cabeza, él coloca amigos que nos ayudan en el proceso hasta que la podemos sostener en alto por si solos.
Tu eres uno de esos hombres que Dios pone alrededor de otros para esto, para ayudar a ver el panorama completo y tener una visión real y amplia para mantener la cabeza en alto.