Muchas personas quisieran saber mas de Dios, y muchas personas quisieran recibir mas de Dios, pero no saben como, y ante su situación y su desconocimiento, tienden a mistificar las cosas y tener una relación con un Dios que parece ajeno y que parece saber mejor que nosotros lo que hace, por tanto dice confiar en Él, a pesar de que esto no sea siempre cierto.

Cuando le digo “dice confiar en Él”, lo digo con mis reservas, ya que el confiar en alguien o simplemente algo que va a intervenir en nuestra vida y no saber que es eso que va a hacer, no es parte de nuestra naturaleza, es decir, no funcionamos de esa manera, no lo sabemos hacer y siempre tomamos nuestras precauciones de manera instintiva, aun cuando digamos confiar en Dios o en alguien más.

Esto que le cuento no es malo, simplemente es natural, nadie arriesgaría su propia seguridad y su propia integridad ante algo desconocido, incluso cuando esto fuera “bueno”, ya que cada persona tiene un concepto completamente distinto de aquello que es bueno y de lo que no lo es, entonces, no podemos confiar, pues lo primero que entra en acción es nuestro juicio, no lo cree?

Para nuestra fortuna tenemos la ventaja de que Dios no tiene apuro, es decir, Él tiene todo el tiempo del mundo para que hagamos lo correcto y puede esperar hasta que decidamos hacer las cosas como Él necesita que las hagamos y luego hacer Él su parte.

Y qué es eso famoso que tenemos que hacer?, muchas personas creerían que el requisito es ser “buenos” ó ir a la iglesia, pero la cosa no va por ahí, piense en esto, nuestra relación con Dios puede o mas bien debe de ser gradual, es decir, tiene que ir en aumento siempre, por tanto empezamos en poco, para llegar a un grado de alta intimidad con Él, Jesús mismo lo dijo, su anhelo es que lleguemos a ser sus amigos, pues a sus amigos les puede revelar todo lo que viene del Padre.

Cuando me pongo a pensar en esto, y creo que lo repito todo el tiempo, Dios tiene como característica el revelarles el futuro a aquellos a quienes llama sus amigos y no estoy hablando de que sea algo místico ó algo raro, por el contrario, es algo cotidiano, ya que aquel que es amigo de Dios, piensa como Dios y entiende a Dios, por tanto antes que otra cosa, esta acostumbrado a escuchar la voz de Dios.

Por otra parte, esto que le cuento, no es algo pensado en algunos pocos, no, por el contrario, es algo que es para todo aquel que así lo decida y que así lo aspire, pero el precio es un precio interesante, no es alto, pero es un precio consciente.

Dios nos ama todo el tiempo, Dios preparó una vida gloriosa a usted y a mi, que está al alcance de nuestras manos con el puro hecho de leer y conocer la palabra de Dios y ponerla en práctica, pero el nivel de amigos lo alcanzamos cuando dejamos de leer, entender y poner en práctica pensando en nosotros mismos y lo empezamos a hacer no por agradar a Dios, sino sumándonos a sus planes, siendo parte de ellos, entendiéndonos como parte esencial y fundamental de ellos y amando el propósito de Dios más allá de nuestro propio beneficio que va implícito en la obediencia, en ese momento, podemos empezar a entendernos como amigos de Dios.

En otras palabras, aquel que quiera ser amigo de Dios, tiene que actuar como tal, tiene que tomar decisiones que puedan ir en contra de su propia comodidad y que puedan afectar el rumbo de los planes que tenía, en el entendido de que el plan de Dios puede llegar a ser mejor y mas completo que el nuestro.

Es aquí cuando entendemos eso de “negarnos a nosotros mismos”, ó de “tomar nuestra cruz y seguirlo” o bien eso de “morir a nuestros deseos”, cuando conocemos los planes de Dios y hacemos las cosas por amor a Él y confiamos en su plan, aún cuando no lo entendamos.

Nota la diferencia?, no es lo mismo el arrojarnos desconocidamente a la voluntad de Dios que no conocemos, a hacer unirnos a un plan que probablemente no entendamos, pero que si conocemos, que tiene que ver con su propósito y que tiene nuestro beneficio implícito y que por ese amor con el cual lo hacemos, nos caracteriza como amigos, tal y como Él describe la amistad en su palabra.

Piense en esto, Dios ya es nuestro amigo, Él ya dio su vida por nosotros, Él ya cumplió la condición de la cita de hoy, en otras palabras, la pelota está en nuestro lado de la cancha, nos toca a nosotros comportarnos como tales, y sabe, tenemos toda la capacidad de hacerlo, Él nos creó con esa intención, por tanto sólo es cuestión de decidirlo, si no sabe como, por qué no lo intenta con las personas a su alrededor, tenga una amistad distinta, sea amigo de los demás sin que ellos lo tengan que ser primero, notará que fácil es, y luego regresa con Dios, lo conoce por medio de su palabra, identifica su plan y su propósito y se suma a ellos por amor y no por lo que pueda significar en beneficios para usted y empiece a vivir la mejor vida que jamás pudo tener, le parece?, se atreve a intentarlo?

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