La libertad de la obediencia

Le ha tocado que luego tiene de esos amigos que no importa si no ha visto en años, cuando se ven todo es mágico y pareciera que nunca se han dejado de ver?, de esos amigos que simplemente es agradable estar cerca de ellos y que podría uno pasar horas y horas con ellos y no importaría que tan tarde es, simplemente se es feliz con ellos, como si supieran que botones presionar para hacernos sentir cómodos y felices.

Ese mismo tipo de amigos eran David y Dios, al grado que Dios describe a David como un hombre conforme al corazón de Dios, es decir, ciertamente disfrutaban pasar tiempo en intimidad y David sabía cuales eran las cosas que agradaban a Dios y lo mas importante, escuchaba su voz que le aseguraba cuando era y cuando no era tiempo para hacer o no hacer ciertas cosas.

Esta intimidad y esta confianza de la que le hablo, le salvó la vida a David en varias ocasiones, en una de ellas, David simplemente le recordó a Dios que nadie le alabaría como él, genial no?, nadie sabía alabar como David y Dios se placía en ello, por tanto guardó la vida de David para que lo siguiera haciendo, creo que de la misma manera a veces pasamos por alto ciertas cosas con éste tipo de amigos, porque nadie nos hace sentir tan especiales como ellos, le ha sucedido?

Al escuchar la voz de Dios constantemente, David sabía perfectamente cuando era tiempo para una cosa y para la otra, es decir, no se movía por iniciativa, ni por voluntad propia, siempre consultaba a Dios antes, por ello, siempre se distinguió por ser sabio y llevar el respaldo de Dios en todo lo que hacía, ya que lo hacía pensando en agradar a Dios y no con la intención de ser “bueno” o recibir bendición a cambio de aquello que hacía.

David era en definitiva un hombre afortunado, pues era un hombre sujeto, es decir, su voluntad descansaba en la voluntad de Dios, de modo que no se equivocaba y cuando decidió no hacerlo de esa manera, solo basta para leer las terribles consecuencias de sus actos, por tanto David era un hombre en extremo libre, su obediencia le daba libertad.

Cuando le digo que su obediencia le daba libertad, lo digo en serio, el estar en constante obediencia, el estar bajo constante autoridad, sabía que no tenía que tomar decisiones y que aún cuando el tiempo para cualquier cosa pasara, Dios mismo se lo haría saber, por tanto podía ser pleno en todo lo que hacía.

La cita de hoy sucedió en los tiempos en los que aún era necesaria la presencia física del arca para que la gloria de Dios se manifestara (hoy gracias a Jesús esto no es necesario), y el arca estaba secuestrada por los Filisteos, y David entendió de parte de Dios que era necesario que el Pueblo de Israel fuera libre para disfrutar la presencia de Dios, por tanto envió a David y a su ejercito para recuperar el arca, la cual por obvias razones había estado dando problemas a los Filisteos, de modo que cuando se recupera el arca, lo único que podría hacer cualquier hombre sería celebrar, la garantía de la manifestación de Dios había sido dada, y nada podría ponerse ahora entre Dios y su Pueblo.

Mical, mujer de David, no entendía esto, a pesar de ser la hija de Saúl antecesor de David y de ser ella la mujer de quien mas capacidad tenía para agradar a Dios, buscaba mas las cosas terrenales y era todo menos libre, vivía atrapada en sus pensamientos y en su propio juicio, así había sido toda la vida previa a David y no entendía porqué habría de cambiar algo que siempre le había funcionado según ella misma.

Por tanto cuando Mical ve a David le desprecia, era un hombre que se había convertido en un niño que danzaba y daba vueltas sin cuidar su imagen y su investidura de Rey, por tanto le pierde el respeto, siendo que ese era el momento que mas habría de respetarle, la libertad es algo deseable, no algo criticable.

Es un hecho que David era un hombre especial y entendía cosas que la mayoría de las personas no entendían, pero sabe, Jesús le puso remedio a esa situación, ya no hay que ser especiales, ya no hay que tener ciertas características para poder escuchar la voz de Dios, y es precisamente la sangre de Jesús la que hace que podamos entrar al mismo lugar de intimidad que entró David y ser tan libres como él al escuchar y obedecer su voz.

Para algunos fue ayer, para muchos es hoy, el famoso día del Señor, y no es un día familiar o para descansar como muchos creen, es un día para obedecer y ser libres como David, es el día que dedicamos a alabar a Dios, el día que vamos y escuchamos de boca de otros lo que Dios siembra en sus corazones y nos atrevemos a crecer.

El día del Señor o día de reposo es una fiesta de libertad, porque lejos de hacer lo que pensamos o lo que queremos, seremos libres, aunque haya muchos Micales en nuestra vida, que nos critiquen por tener una relación íntima con Dios que solo Dios y nosotros entendemos y nos lleven a una bendición que será tan envidiable como lo puede ser la sonrisa de bailar y danzar con la garantía de tocar y agradar el corazón con ello, como ve?, cambie su actitud, hoy es un día con propósito más que nunca si usted decide hacer su corazón sensible a la voz de Dios como lo hizo David.