Durante siglos ha habido una lucha de un solio flanco de aquellos que se resisten en creerle a Dios y pretenden creer que es el hombre quien se afana en sacarles dinero por medio de la iglesia y que usa la Biblia para manipularles con el pretexto de la fe y con el objetivo de enriquecerse a sí mismo, es una lucha que no tiene principio y no tiene fin, ya que no tiene contraparte, para entablar una pelea se necesitan 2, aquel que lucha con su fe, es víctima de su propio reflejo en el espejo de Satanás, por duro y triste que esto se escuche, es así de simple.

Satanás es uno de los seres mas simples que existen, es poco creativo, es rutinario y es un cobarde, ha usado la misma estrategia para separar al hombre de su propósito por siglos y le sigue funcionando, no ha necesitado evolucionar ni siquiera en eso, ya que sólo ha tenido que aprovecharse de la ignorancia del hombre para poder mantenerle cautivo en sus propios pensamientos y en sus propios afanes, y ese hombre del cual tanto hablo, somos usted y yo quienes no hemos querido tomar nuestro lugar y nuestra identidad como hijos de Dios, como herederos y como la creación hecha a imagen y semejanza de aquel que está en las alturas, y que lo puede todo.

Satanás entiende bien su trabajo y lo ejecuta de una manera muy efectiva, él solo tiene que mantenernos en la tierra, tanto como le sea posible, en lo físico, en lo mental y en lo espiritual, por tanto usa la tierra misma como ancla para nuestras almas de modo que no podamos despegar y no podamos alcanzar el propósito para el cual hemos sido diseñados, y esto es tan sencillo de entender como esto:

Cuando el hombre vivía en el paraíso, no tenía necesidad de trabajar, todo le fue dado, ya que vivía bajo la cobertura de Dios, mas cuando decidió pecar tuvo que aprender a esforzarse por todo, tuvo que trabajar aun por lo que comía y todo lo que le era necesario para vivir tenía un precio a partir de ese momento, y es así como hemos vivido por miles de años desde entonces, con la mente cautiva en el precio que hemos de pagar por cualquier cosa que necesitemos, triste, no lo cree?

Es por eso que los asuntos de la fe nos cuestan tanto trabajo entenderlos, porque cuando escuchamos el término de “precio” lo relacionamos al término terrenal y no al término celestial, y es ahí donde todo se hecha a perder y donde Satanás entró en acción de nuevo.

Note esto, Satanás usó la palabra de Dios en contra del hombre, es decir, tomó las palabras que Dios dijo a Adán y a Eva y las usó para confundirlas, las tergiversó y engaño al hombre haciéndole pensar que hablaban de lo mismo y les hizo caer, miles de años después intentó hacer exactamente lo mismo con Jesús pretendiendo aprovecharse de su naturaleza de hombre sin éxito, pero sigue usando la misma estrategia una y otra vez con usted y conmigo haciéndonos pensar que sabemos algo de Dios y que tenemos una buena relación con Él por medio de lo que “sabemos” de Él, inaudito!

Es por eso que a veces me frustro cuando tras una larga charla acerca de quien es Dios y de lo que quiere hacer en nosotros recibo una respuesta como “hay mucho por hacer”, “tengo mucho que cambiar”, a veces quisiera arrancarle la cabeza a mi interlocutor, ya que esta recibiendo algo que ya fue hecho y por lo que su precio ya fue pagado aún pretende pagar el precio terrenal en vez de solo recibir aquello de lo que Dios le está hablando en ese momento y actuar con la garantía del respaldo de Dios.

Y justo lo mismo sucede con nuestras finanzas, con nuestra salud y con todo aquello donde tengamos necesidad de involucrar a Dios, ya que siempre tenemos esa rara creencia de que hay un precio terrenal que pagar para poder obtener algo a cambio.

Es ahí donde se originaron las mandas, los sacrificios, las procesiones, los ayunos con la intención de doblegar la voluntad de Dios, en esa falsa creencia de que hay un precio terrenal que pagar a cambio de un beneficio espiritual de parte de Dios.

La cita de hoy es una de esas citas que Satanás usa para confundir y condenar al hombre, ya que normalmente la usa para pegarle en donde más le duele, en su bolsillo, en sus finanzas, en el lugar y en el punto donde le es más difícil creer, porque es el dinero el que se puede perder mas rápido que la fe y es más difícil de juntar que la esperanza, pero entiéndalo de esta manera, no se puede sembrar algo físico en un lugar espiritual, por tanto no sembramos billetes, ni sembramos obras de caridad, solo podemos sembrar obediencia, ya que esa si brota del corazón y de un acto consciente de una relación consciente entre un Dios sobrenatural con un hijo que se entiende de su misma naturaleza.

Por tanto, puede usted sembrar sus finanzas, su tiempo, sus hijos, aún a su suegra si así lo desea, siempre y cuando lo haga con el corazón y con la intención de obedecer y agradar a Dios, a partir de ese momento la cantidad física deja de ser importante, siendo que la entrega del corazón se convierte en la medida y la que dará ese parámetro para que sea multiplicado al ciento por uno como promete la palabra de Dios.

Hay quienes tienen la falsa idea de que tienen que pasar largos ratos orando o leyendo la palabra de Dios para poder recibir una recompensa y sabe, esos tienen la misma confusión que aquellos que creen que por caminar largos kilómetros han de recibir un favor, a veces sólo necesitamos un minuto en absoluta honestidad, con consciencia en la presencia de Dios para poder entregarle todo lo que hay en nosotros, y piénselo de esta manera, si necesitamos mucho tiempo en la presencia de Dios para entregarle algo, es porque no estamos convencidos de hacerlo, no lo cree?, o porque no estamos dispuestos a dar algo sin recibir nada a cambio, pero cuando hemos decidido algo, todo lo que necesitamos es ir y tocar la puerta para entregarlo todo cuando nos es abierto y así vivir una vida gloriosa de acuerdo a una promesa eterna y no física, que viviremos aún en lo físico si así lo decidimos y si así lo creemos.

Que opina usted?, cuanto esta usted dispuesto a sembrar?

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