Muchas personas me preguntan todo el tiempo que qué se necesita para poder tener fe y si alguien me ha preguntado en los pasados días, mi respuesta seguramente ha sido: tener un diccionario.
Vivimos en un mundo tan lleno de opiniones e interpretaciones personales, no solo de las cosas de Dios, sino de todo lo cotidiano al grado que muchas palabras que significaban una cosa y su significado era trascendental, ya no significan lo mismo y ya no son trascendentales, ya que alguien mas le dio un significado diferente, muchas veces basado en su ignorancia acerca del tema.
Estoy dando una clase en la cual estamos estudiando los nombres de Dios con la intención de poder tener una mejor relación con Dios desde una perspectiva tan sencilla como la famosa oración del Padre nuestro, el objetivo es demostrar que una frase tan sencilla como “santificado sea tu Nombre”, es una frase sumamente poderosa una vez que entendemos el significado de cada uno de los nombres de Dios, pues es cuando entramos en contacto con cada una de sus facetas (las de Dios) y nos damos cuenta que Dios es mucho mas allá de aquel toma pedidos al que estamos acostumbrados.
Anoche empezamos con el primero de los nombres de Dios, empezamos con M-Kadesh, que no significa otra cosa que Dios el que nos santifica, y es ahí donde empieza lo interesante del asunto, pues a pesar de que la Biblia nos enseña otra cosa, existe la creencia de que la santidad es una cosa reservada para unos cuantos, que es algo para quienes son especiales y que les da facultades a quienes ya han muerto.
Que interesante pensar que hay que morir para ser santo, no?, siendo que es la primer y mejor característica del carácter de Dios, es decir, Dios es Santo, pero lo es porque con ello demuestra que es un Dios vivo y no un Dios muerto, y al crear al hombre, lo creó con su imagen y semejanza, es decir, lo creó con la capacidad de ser santo y con la condición de que para que esto se diera, tenía que estar vivo aquel habría de ser santificado.
Santo significa apartado, es decir separado, es como cuando tenemos algo de algún producto, imagine que tiene usted un árbol de manzanas en casa es este dio fruto en abundancia, y decide cortar todas las manzanas para repartirlas entre sus amigos, pero separa las mejores manzanas para comerlas en familia y con la familia, esas manzanas que usted apartó, son las manzanas que están santificadas, esas son las manzanas especiales que son apartadas con un propósito.
De la misma manera, Dios nos pide seamos santos, es decir que separemos lo mejor de nosotros para Él que nos creó y lo llevemos a la intimidad con Él y sabe para que lo hace?, simple, para que ahí en la intimidad, se encuentre lo mejor de nosotros con lo mejor de Él, donde Él sea quien recargue nuestra pila, para que sea ahí donde nos demos cuenta que lo mejor de nosotros es potencializado en la intimidad y sea algo tremendamente agradable y bueno para salir y darlo a los demás cuando hayamos terminado de estar en intimidad con Dios.
A poco no le emociona que Dios tenga una faceta, un atributo, una personalidad, solo para hacernos similares a Él?, su nombre de M-Kadesh es aquel que nos regresa a nuestro propósito, de acuerdo a como fuimos creados, es aquel que nos garantiza el regresar a nuestra forma original, a la imagen y semejanza de Dios, y con ello ya no tenemos que pensar en ser “buenos”, sólo tenemos que dejarnos apartar para y por Dios.
Cuando hablamos de apartado y separado, no significa que nos vamos a convertir en personas aburridas y sin vida social, eso no tendría ningún tipo de lógica, imagínelo!, que ridículo sería que Dios puliera nuestro ser para luego guardarnos en una vitrina, no!, Dios nos santifica, para enviarnos al mundo y que por medio de la santidad que pone en nosotros evitemos contaminarnos de lo que hay en el mundo y por el contrario, podamos impactar a nuestro alrededor y con nuestro testimonio proyectar la bondad de Dios, así de simple, en palabras simples, podríamos decir que Dios se hace publicidad por medio de nosotros, muestra a todos sus efectos si es que le damos oportunidad al M-Kadesh de regresarnos a nuestro estado original.
La santidad no tiene nada que ver con lo aburrido ni con lo recatado, eso lo inventó la gente religiosa que nunca ha usado un diccionario para acompañar su fe, que inventa respuestas rápidas para cubrir su ignorancia acerca de las cosas simples y de las cosas de Dios, por eso siempre insisto a quienes me escuchan hablar e incluso a quienes leen lo que escribo, es responsabilidad de cada persona de ir a la intimidad con Dios y de ir a consultar a la Biblia todo lo que les digo para que les conste y que no se dejen de confundir por mi manera personal de entender las cosas, mi estilo al hablar o escribir o simplemente su interpretación de lo que dije o cómo lo dije.
Hay personas que tienen la falsa y ridícula idea de que tienen que ser “buenos” para poder acercarse a Dios, siendo que es todo lo contrario, es nuestra responsabilidad el acercarnos a Dios, para que éste tenga la oportunidad de santificarnos y hacernos dignos de nuevo, ese es el método que Él escogió y no está sujeto a nuestra opinión y no está sujeto a nuestro mejor entendimiento, las cosas son así y punto, afortunadamente con Dios las cosas no son una democracia, para eso Él es Dios!
Por tanto medite en ello, cada vez que piense usted que no está en condiciones de acercarse a Dios, cada vez que usted se sienta sucio e impuro, cada vez que esté usted simplemente agotado y crea que no puede mas, recuerde que tiene la oportunidad de ir delante de Yahvé M-Kadesh, el cual le regresa a su estado original, el que le regresa las fuerzas, el que le adiestra para seguir adelante, el que le pone en tono con Él mismo, para poder reflejar su rostro y establecer su Reino.