Ayer tuve una charla de lo mas interesante con una persona a la que conocía poco y terminamos siendo grandes amigos, ya que ese fue el objetivo de nuestra reunión, el conocernos y el establecer una relación, a pesar del poco tiempo libre que ambos tenemos.

Esto que le cuento no fue algo sencillo, pues no había pensado en lo mucho que había que contar acerca de mi, y no porque me jacte de quien soy, sino por lo mucho que Dios ha hecho en mi persona y sobre todo en los últimos años, y con mi ahora amigo no fue la excepción, las horas se nos hicieron cortas cuando el tiempo se nos había agotado.

Una de las cosas que me llamó la atención fue el hecho de que tuve que hablarle de todas las facetas de René, es decir, de Hijo de Dios, del profesionista, del amigo, del hermano, del soltero, del hijo, del discípulo, del maestro, del predicador, de aquel que todos ven en facebook, ufff! que cansado!, pero que interesante, pues a pesar de que cada aspecto de mi persona es diferente, todos aquellos aspectos de los que tuve que hablar, lleva a donde mismo, es como si fuera muchas personas a la vez, pero todas son una.

Esto se lo comento, porque me he percatado que hay personas que solo me han llegado a conocer por alguno de los aspectos de mi persona, por ejemplo, algunas personas solo me conocen por medio de los devocionales y conocen mi parte por así decirlo “espiritual”, pero no conocen al individuo, al amigo, al profesionista, al soñador y a todos los demás.

Sabe, así mismo, nos sucede con Dios, a veces, por no decir casi todo el tiempo, nos sucede que solo entramos en contacto con la personalidad que nos presentaron o aquella a la que estamos acostumbrados y nos olvidamos que por principio, Dios es 3, Padre, Hijo y Espíritu Santo y cada uno de estos tiene una función y una personalidad por separado y a la vez son uno, es decir, no podemos decir que conocemos a Dios si no conocemos a las 3 personas en Él, y no podemos quedarnos con solo una de esas personas.

Ahora bien, no solo Dios es 3 sino cada una de las personas de Dios tiene su tiempo, hace unas semanas escuchaba un audio de alguien que muy acertadamente decía que en su intimidad con Dios pasaba tiempos con el Padre, con el Hijo y con el Espíritu Santo, ya que cada uno nos habla de cosas distintas y tiene propósitos distintos y de hecho, la Biblia lo describe.

En la Biblia, el Padre es el que crea al universo, el que forma al Hombre, el que lo envía a la tierra, la figura del Padre es aquella de la que se habla todo el antiguo testamento, a excepción donde hay manifestaciones físicas o de poder, es el Espíritu Santo quien entra en escena.

En el nuevo testamento, el Hijo llega y nos pone ejemplo de quienes podemos y debemos de ser y nos enseña por medio de la santidad (santo significa apartado) a tener acceso al Espíritu Santo y luego en su mas sublime muestra de amor, muere por nuestros pecados para asegurar nuestro acceso constante al Espíritu Santo, para que vivamos tal como el Padre lo planeó.

Por tanto, cuando Jesús partió, nos dejó al Espíritu Santo y es quien habita entre nosotros y es quien se manifiesta no solo en medio de nosotros, sino en nosotros de acuerdo a la promesa, y es con Él con quien debemos de establecer una relación, ya que es el Espíritu Santo la respuesta a todas nuestras oraciones.

Cuando le digo que es el Espíritu Santo la respuesta a todas nuestras oraciones, es simplemente eso, es el Espíritu la parte activa de Dios, es la parte que entra en contacto con nosotros, es la persona de Dios que nos da identidad y nos permite vernos tal como nos veríamos si viviéramos en el Reino de los Cielos, es decir es quien nos potencializa y nos hace diferentes del resto de las personas, ya que es quien nos hace “espirituales”.

El término “espiritual” es uno que me llama mucho la atención, ya que es uno de esos términos que la gente usa, pero no tiene la mas mínima idea de que significa, ya que muchos dicen no ser religiosos, pero si espirituales, cosa que es ilógica, siendo que aquel que se diga espiritual es porque escucha la voz de Dios y la obedece, y siendo honestos, las personas que no quieren tener contacto con lo establecido por Dios y quieren tener una relación con Dios “a su manera”, no tienen ni la menor idea de quien es Dios y nunca le han escuchado, ya que si le escucharan, se darían cuenta que con Dios no hay tal cosa como “a su manera”.

Por tanto, tenemos que tener bien presente quien es Dios, tenemos que por medio de la palabra de Dios identificar el carácter de los 3 del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo para poder convivir con ellos y luego hacerlo con los 3 a la vez, y la mejor señal de ello será que nuestra vida será transformada a causa de ello y esa será la mejor evidencia, el mundo lo notará sin que nosotros lo tengamos que mencionar siquiera.

Pocas personas tienen una relación con el Espíritu Santo, y sabe por qué es?, es porque nadie sabría como hablarle, ya que si no conoce al Padre y no conoce al Hijo, le será imposible entender al que no habla pero actúa, al que hace por medio de nosotros y el que nos exige negarnos a nosotros mismos todos los días para darnos identidad.

Es por eso que Jesús vino, Él es el camino al Espíritu y al Padre, esa es su función, pero el que habita entre usted y yo es el Espíritu y con Él hacemos, por medio de Él hacemos y de acuerdo a lo que escuchemos de Él es como nos movemos, siempre entendiendo que el Espíritu al igual que Jesús nos llevarán de regreso al Padre.

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