Una de las preguntas mas recurrentes de las personas es el como orar o el acerca de qué orar, ya que nuestra rutina de oración o bien nuestra rutina con Dios es prácticamente la misma todos los días, llegamos, pedimos y nos vamos.

Y no es que tenga nada de malo que así hagamos, pero en realidad eso no es orar, el problema radica en que la mayoría de aquellas cosas que ocupan nuestro tiempo en intimidad con Dios, no requieren de oración, ya que son una garantía y están escritas como promesas para nuestra vida, de modo que no tengamos que emplear tiempo para ellas.

La cita de hoy se ubica en un tiempo clave para el pueblo de Dios, después de haber sido sacados de Egipto, Dios, caminó con ellos por el desierto manifestándose físicamente, primero en forma de columna de fuego y de humo, después haciendo caer maná del cielo cada mañana para alimentarlos, y durante todo ese tiempo haciendo milagros y prodigios entre los israelitas, llevándolos a ganar batallas imposibles e incluso ridículas, todo para que aprendieran a confiar en el Dios que iba con ellos.

El objetivo de Dios era que su entendimiento fuera transformado y le tomó 40 años de señales, prodigios y milagros para que así fuera, ahora era el tiempo de demostrar su fe, era el tiempo de demostrar quienes eran y cuanto dependían de Dios.

Durante este tiempo, Dios les entregó la ley, les dio algo así como 618 mandamientos por los cuales regirían su manera de vivir y si así decidían hacer, todas las garantías de la obediencia les seguirían, pero si no lo hacían, simplemente vivirían en maldición, y no porque Dios se enojara con ellos y les castigara, sino porque esa era la mejor manera para los hombres de pesar su corazón y medir su fidelidad a Dios.

Hoy en día es muy común toparse con personas que oran y piden aún por las cosas más básicas, como son el alimento, la salud, el trabajo, y la gracia ante las personas, y como le decía anteriormente, no está mal que lo hagan, pero a veces sin darse cuenta, se están portando como esclavos recién salidos de Egipto y no como el pueblo de Dios.

Me llama la atención como las personas se denominan a sí mismas hijos de Dios y aseguran amar a Dios con todas sus fuerzas, cuando en realidad no tienen idea de quien es Dios y siguen creyendo que Dios espera que seamos “buenos”, siendo que no existe concepto tal de bondad en la Biblia, a Dios lo que le importa es que seamos obedientes, pero obedientes a la palabra y no a nuestro propio entendimiento.

Ayer vino a casa un buen amigo, e hicimos un ejercicio que nunca falla, este amigo vino, me contó todos sus problemas, se quejó de que pareciera que el mundo está en su contra y de que todo lo que hacía le salía mal a pesar de que todo lo pone en manos de Dios, a lo cual no pude mas que responder con una sonrisa.

Al notar su incomodidad ante mi sonrisa, le pedí tomara una Biblia de mi librero y le pedí leyera el capítulo 28 del libro de Deuteronomio, la primer cosa que me preguntó fue “que parte quieres que lea?”, a lo que respondí que todo, es un capítulo extenso, pero me pudo encantar su expresión de asombro al momento de leer, porque pareciera que todo el capítulo se tratara una y otra vez de el, situaciones específicas de su vida estaban descritas en este fragmento de la palabra y se dio cuenta, de que lo que le pasaba no era un caso aislado, le pasaba lo mismo que le pasa a todas aquellas personas que deciden no obedecer la palabra de Dios.

Piense en esto, la Biblia tiene 66 libros, y estas bendiciones de la obediencia y maldiciones de la desobediencia están al final del quinto libro, eso quiere decir que la obediencia es apenas el comienzo de nuestra relación con Dios y que las cosas emocionantes están apenas por empezar!, y aún así las personas se atreven a decir que aman a Dios cuando ni siquiera han leído los primeros 5 libros que les van a enseñar como es que tenemos que relacionarnos con ese Dios del que todos hablan, pero del que pocos saben como sacarle jugo.

Hay quienes alegan que el día de hoy vivimos bajo la gracia gracias a Jesús y no bajo la ley como antes, y eso 100% cierto, pero sabe, el mismo Jesús nos vino a decir que Él no vino a abrogar la ley sino a cumplirla (Marcos 5:17), y posteriormente nos invitó a imitarle.

Eso quiere decir una sola cosa, es un hecho que podemos vivir bajo la gracia, pero para poder disfrutar de la gracia, debemos de conocer la ley y poder ante nuestra imposibilidad de cumplirla, ser objeto primero de la misericordia de Dios y luego de su gracia, es decir, todo lo que de Dios se trata, es para los conocedores, y no para los que les pasa de noche y solo llegan en momentos de necesidad.

Yo le invito a que lea el capítulo 28 de Deuteronomio completo y se deje sorprender que aún cuando no le va mal, va a haber cosas de su vida que identifique en este escrito, esto le llevará a darse una empapada de nuevo en la palabra, para luego darse que la mayor parte del tiempo, desperdició su tiempo de oración en cosas que ya estaban garantizadas por Dios al obedecerle.

Le invito a que lleve su vida a un siguiente nivel, a que su oración deje de ser el pedir y se convierta en un verdadero conversar con Dios a causa de que su vida es tal como la prometió el Señor a quienes le obedecen y viven en intimidad con Él, como ve?

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2 Comentarios

  1. jesus

    Querido Hermano

    estoy de acuerdo contigo, pero que decir cuando alguien te dice que la biblia dice que debemos pedir a Dios por nuestras necesidades, incluso el padre nuestro habla el pan de cada dia danoslo hoy…

    saludos y estan excelentes tus devocionales.

  2. Pablo Sánchez Muñoz

    Hno Jesús, claro que es valido pedirle a nuestro Padre Celestial, y la biblia es bien clara, todo lo que pidamos en oración, siempre y cuando sea conforme a la voluntad de Dios, nos será dado. Si esa petición de necesidad en primer lugar glorificará el nombre de Jesucristo es bien valido hacerlo, si es algo desagradable para Jesucristo y algo que nos perjudique, no se nos cumplira esa petición (es mi humilde punto de vista, que la Luz y sabiduria de Dios nos guie y nos permita hacer su Santa voluntad)