En casa de mi Mamá como me imagino que en casa de muchas otras familias, hay una vajilla que nunca se usa, muchos la llamamos la “vajilla buena”, es decir la vajilla cara y la que sólo se usa en ocasiones especiales, creo que todos los que leen estas líneas saben a lo que me refiero y no solo sucede con las vajillas, hay quienes tienen zapatos “buenos”, o bien ciertas joyas, esas que no se usan mas que para bodas y eventos que así lo ameritan.

Que interesante entender que hay cosas que son de gran valor y por eso hay que tener especial cuidado de ellas, y que a la vez cuando se considera que es una buena ocasión para usarlas, se disfrutan mas, cuando es ropa o joyería le dan a uno un cierto porte y cuando son cosas como una vajilla se usan con una cierta delicadeza y a la vez se siente uno honrado de que hayan usado esa vajilla especial, no lo cree?.

Mi Abuela por su parte también tiene una vajilla buena, pero llegó a esa edad, donde hay cosas que no hace sentido guardar y ha decidido deshacerse de las cosas que no necesita, y empezó por su vajilla buena, la cual, como no consideró justo regalarla completa a uno de sus nietos la repartió entre varios de ellos, desde ese momento perdió valor, pues una fracción de lo que era una vajilla para servir a una familia completa no tiene mucho sentido y sin querer, estas piezas terminaron en los armarios de mis primos y siendo parte de sus utensilios de uso diario e incluso se han quebrado muchas piezas ya que perdieron valor al no ser un juego completo.

Incluso los hijos de mis primos tienen piezas de esta vajilla entre sus juguetes, ya que en algún momento los tomaron y nunca regresaron a su lugar, ya que ya nadie se preocupa por el valor de la “vajilla buena”.

Como seres humanos, nuestro corazón es lo mejor que tenemos, es nuestra “vajilla buena”, pues es justo lo mejor que podemos dar a otras personas y lo único que Dios anhela de nosotros, pero podemos hacer tal como se hacía antes, guardarlo y sacarlo sólo en ocasiones especiales o bien usarlo siempre, permitir que cualquiera tenga acceso a el y que lo rompan a cada rato de acuerdo a la importancia que le den.

Es por eso que debemos de tener cuidado cuando decimos “te quiero”, “te amo” o frases similares, ya que aunque a veces no tienen toda la intención, llevan en ellas una parte de nuestro corazón y podemos estar entregándolo a alguien que no lo aprecie y lo deje botado por ahí y jamás lo regrese a su lugar!.

Hoy es domingo, hoy es el día del Señor, algunos lo celebran en sábado y esta es una de esas ocasiones, donde debemos de sacar y limpiar nuestro corazón, donde debemos de servir los mejores platos, ya que hay un invitado especial, hoy es el día que dedicamos no solo un tiempo, sino en general a Dios, es la única ocasión donde Dios nos pide nos entreguemos a Él, para luego Él poder hacer su obra en nosotros.

Por tanto piense en esto, si su corazón anda por ahí como la vajilla buena de mi abuela, no tendrá en que servir un banquete y lo mejor de usted a Dios en su día y probablemente la culpa no le permita disfrutar de su presencia ante la incomodidad de no tener nada digno que ofrecerle, ya que su corazón anda en fracciones y maltratado por ahí.

La Biblia nos habla desde un principio de que hay un día donde dejamos de pedir y lo entregamos a Dios y le damos oportunidad de observar la magnificencia de su obra (es decir nosotros), guardemos nuestro corazón, para que podamos estar completos semana a semana ante el invitado especial y que éste pueda disfrutar nuestro corazón integro y perfecto tal como fue planeado.

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2 Comentarios

  1. Laura

    Wow!!!!!
    Yo he decidido usar con más frecuencia mi «vajilla buena», pero siempre con quién la merece….