El día de ayer fui invitado a una reunión de jóvenes que tienen el gusto de reunirse de vez en cuando a jugar video juegos, le soy honesto, los video juegos nunca han sido lo mío, pero una vez ahí y en la convivencia, descubrí que soy bastante afín a los video juegos y que en definitiva quiero seguir siendo invitado a este tipo de reuniones, y no solo eso, sino que iré practicando para no encontrarme en desventaja con el resto de los asistentes.

Previamente me había comprometido a asistir a la reunión del Club Smart, que es un grupo de aquellos que tenemos o hemos tenido un coche de esta marca y disfrutamos compartir este gusto, y es una de esas reuniones que disfruto mucho no solo porque me gustan los coches, sino porque he hecho amigos verdaderos y personas a las que espero ver de cada en cuando, por lo que aportan a mi vida.

Cuando iba de regreso a mi casa, no podía evitar el pensar como es que las personas solemos reunirnos de acuerdo a la afinidad de nuestros gustos, necesidades y empatías, estos dos grupos, son dos ejemplos a lo mejor muy marcados de dos grupos de personas muy específicas, pero en realidad, todo nuestro mover social, tiene que ver prácticamente con lo mismo.
También ayer desayuné con un muy buen amigo y platicábamos sobre las motivaciones de ir a la iglesia de las personas y le comentaba que conforme aprendiéramos a entender estas motivaciones, nos sería cada vez mas fácil el servir a otros y poder amarles, y fue justo al decir esto que tuve que hacer un alto y reflexionar sobre lo que acababa de decir.

A qué es a lo que las personas van a la iglesia?, cual es su condición?, que es lo que obtienen en ese lugar?, cual es el efecto de haber estado en “la presencia de Dios”?, Cómo es que ese Dios sobrenatural cambió la naturaleza de quienes estuvieron frente a Él?

La realidad es que muchas personas van a la iglesia simplemente a cumplir con el requisito de asistir, ya sea a misa, al servicio dominical o bien al sabatino de acuerdo a la costumbre de cada lugar, otras tantas van a la iglesia a recibir, ya que normalmente es el pináculo espiritual de su semana, ese día es el día que estarán frente a Dios y tienen que aprovechar para poner todas sus necesidades delante de Él, otras tantas van a aprender, ya que es el día en que alguien les enseña algo mas allá de lo que pudieran aprender en su lectura diaria o en su intimidad con Dios, están aquellas personas que van a la iglesia en búsqueda de un milagro, ya que su confianza está puesta en que la presencia de Dios puede hacer cosas asombrosas como sanar, arreglar finanzas o que se yo, y están aquellos que van a la iglesia a agradar a Dios, a ofrecer sacrificios de alabanza y hacer todo aquello que Dios pidió que hiciéramos en el que llamó SU día y día de reposo.

Con esto, no le quiero decir a usted que está mal si tiene una u otra motivación para asistir a la iglesia, eso es algo que usted puede consultar con Dios en su palabra y hacer de acuerdo a su deseo de agradar a Dios, todas las personas van a la iglesia a lo mismo en teoría, pero como ha podido leer,  la motivación del corazón en distinta.

Aún cuando usted separe su corazón y tome el día de reposo para ir a entregar sacrificio de alabanza y a celebrar a Dios conforme a lo que Él pide, la condición de su corazón tiene que ser especial y limpia en específico, la cita de hoy nos enseña que para que podamos entregar una ofrenda verdaderamente agradable a Dios, nuestro corazón tiene que ser libre de cualquier cosa que le ate o le distraiga de la persona de Dios, y nos aconseja el dejar nuestra ofrenda de lado, ponernos a cuenta con quien es motivo de esa distracción y cuando seamos libres de carga y de enojos o que sé yo, entonces podemos entrar delante de Dios con el corazón adecuado.

Si lo pensamos bien, ir a la iglesia no es cualquier cosa, ya que el Dios de la Biblia no es cualquier dios, es Él Dios, es el único vivo y el único soberano, por tanto no nos podemos dar el lujo de hacer las cosas “a nuestra manera”, ya que correríamos el riesgo de perder nuestro tiempo y probablemente nuestra fe si al hacer las cosas mal, no recibimos el beneficio que esperábamos.

Por tanto, en el momento que todos cumplimos la condición de tener la misma motivación y la misma condición de corazón, todos vamos a un mismo lugar con un mismo objetivo, como cuando se pertenece a un club, el club de los libres.

Y esto no lo sigo con el afán de hacer diferencia entre las personas ni asegurar que Dios solo se agrada de unos cuantos, eso sería ir en contra de la Biblia misma, pero si le puedo decir, que esa sería un buen pretexto y una buena condición para reunirnos, porque somos libres en nuestro corazón y tenemos al Dios que nos da esta condición y por tal podemos separar un día para Él, tal como lo pide y recibir los beneficios del Dios vivo, no lo cree?

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