Había una pareja que anhelaba con todo su corazón tener un bebé, pero no podía, después de haberlo intentado por todos los métodos posibles, decidieron acercarse a Dios, fueron a una iglesia y buscar de Dios, Dios en su fidelidad les dio un hijo y la pareja se alejó de la iglesia y dejó de lado su rutina con Dios, ya que el bebé les demandaba demasiado tiempo y atención.

Hubo un hombre que estuvo a punto de perderlo todo, y en su desesperación y como último recurso se acercó a Dios y empezó a asistir a una iglesia, una vez ahí lo perdió todo, pero Dios en su fidelidad, le dio un negocio nuevo el cual prosperó, tanto que ya no tuvo tiempo para ir a la iglesia y dejó de lado su intimidad con Dios, ya que su negocio le demandaba el tiempo que antes dedicaba a eso.

Estas y muchas otras historias son mas que reales, suceden cada día y son tristemente ciertas, las personas llegan a las iglesias en busca de consuelo, ayuda y en muchas ocasiones como último recurso, y a pesar de conocer la condición de su corazón, Dios les ayuda y les bendice, porque así lo prometió y Él es fiel a su palabra, aún cuando sabe que la bendición les puede o les va a separar de Él.

Dios no pretende que vayamos a la iglesia, Él no mide eso, Él anhela ocupar un lugar en nuestro corazón, el ir a la iglesia es parte de su instrucción y tiene un propósito específico de obediencia y convivencia, pero la gran mayoría de las personas creen que con ir a la iglesia ya están “bien” con Dios, cuando no hay tal cosa como estar “bien” con Él.

El Salmo 23 nos explica como es que nuestra relación con Dios debería de ser y cuales son los efectos de la misma, por ponerlo en otras palabras, si quisiéramos un termómetro de nuestra relación con Dios, el Salmo 23 sería la medida de ese termómetro, ya que describe paso a paso lo que nosotros debemos de hacer y lo que Dios hace ante nuestra actitud y nuestra obediencia.

La última parte de el último versículo del Salmo 23 reza “y en casa de Dios moraré por largos días”, note esto, no dice iré seguido a la iglesia, tampoco dice seré parte de una comunidad, como tampoco requiere ir los domingos a misa o al culto en la congregación, dice “moraré” es decir, el efecto de nuestra relación con Dios nos da acceso constante a su presencia donde moraremos, no donde iremos cada vez que necesitemos algo o estemos agradecidos por lo que hizo en nuestra vida.

Le voy a ser honesto, a veces me frustro un poco al ver a las personas que creen que pueden entrar y salir a la presencia de Dios, la Biblia declara que Dios es omnipresente, es decir, esta en todos lados y a toda hora, en otras palabras, no existe tal cosa como entrar y salir de su presencia, eso es un estado de consciencia, y muchas personas se desconectan de Dios estando en su presencia como si eso hiciera que se alejara, es más, creo que no hay día que no escuche a alguien hablar de Dios como si no estuviera presente en ese lugar, inaudito.

Todo esto sucede por una simple y sencilla razón, la gente no suele acercarse a Dios por amor a Él, por lo general se acercan a Dios por necesidad y una vez que la necesidad es suplida, aquel que la suple, pierde importancia y todos sus requisitos se convierten de la nada en “cosas religiosas”.

Lo he comentado en los pasados días, la cita de hoy es mi cita favorita de toda la Biblia, ya que habla de quien soy y del efecto de Dios en mi vida, mi consciencia de la presencia de Dios y mi consciencia de su efecto me hacen morar en su presencia, me hacen habitar en su favor y vivir atento a su voz, nunca me separo de Él porque aprendí que no hay lugar al que pueda ir que Él no esté y que todo momento es propicio para que se manifieste o que me use como instrumento para manifestarle.

Si usted quiere tener una buena relación con Dios y quiere ver su favor en su vida, no puede dejar de lado el Salmo 23, sólo piense en esto, lo escribió el mas grande de todos los Reyes sobre la tierra y aquel que ganó el favor de Dios y Dios sigue hablando de el aún miles de años después de su muerte, tal como lo prometió en la Biblia, ya que su relación fue idónea y David moraba de constante en casa de Dios.

El verdadero efecto del favor de Dios es el anhelo constante de su presencia, el no querer salir de ahí el buscarlo siempre a Él y no a su favor, sabiendo que su favor nos perseguirá tal como lo describe la cita de hoy, por tanto el favor ya no es tan atractivo como el Dios que lo da, no lo cree?

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