Anoche vi una película que llamó mucho mi atención, esta película ya la habían filmado en los 90’s y a alguien se le ocurrió hacer una nueva versión, la cual opino que fue muy bien lograda, la película trata acerca de la posibilidad de implantar memorias en las personas de cosas que no sucedieron, con el argumento de que lo que nos queda de cualquier tipo de experiencia son los recuerdos, por tanto ofrecían desde implantar el recuerdo de unas vacaciones exóticas, hasta el recuerdo de haber vivido en la total opulencia o haber sido un agente secreto, la verdad la idea suena muy atractiva y al recordar esto de la primera versión de la película, entiendo porqué la volvieron a filmar, los efectos y la capacidad de hacerse parte de la historia en esta segunda versión son sumamente superiores.
Sé que le va a sonar un poco extraña la comparación, pero sé que a su vez va a ilustrar muy bien el punto que quiero explicarle el día de hoy, la semana pasada tuve la oportunidad de servir como traductor en una brigada médica gratuita y conocí a mucha gente interesante, en un momento de ocio, terminamos platicando acerca de las cosas que solemos publicar en nuestros muros de Facebook y mencioné que tengo por costumbre publicar las cosas que como y que todas mis redes sociales están llenas de fotos de comida, esto llamó la atención de mis interlocutores y no se hicieron esperar y en unos instantes estaban explorando mi teléfono celular.
Al recorrer mis fotos y siendo extranjeros tuvieron la necesidad de preguntar en varias ocasiones de que se trataba lo que aparecía en la foto, a lo cual respondía no solo con el nombre del platillo, sino con una explicación de lo que era o de como se preparaba, y de repente me di cuenta de que difícil es explicar un platillo con solo una imagen, y que necesario es el olor de la comida para poder entender de que se trata, le ha pasado?
Ayer al ver la película pude de inmediato asociar ambas experiencias, podemos tener grandes recuerdos y grandes imágenes en nuestra mente, pero siempre y cuando haya un olor asociado a la imagen que tenemos, habrá una memoria enriquecida e incomparable, está usted de acuerdo conmigo?
Al pensar en esto, entiendo perfectamente citas como la de hoy y como Dios anhela que vayamos delante de Él y subamos a su presencia como olor fragante, la esencia, el olor, la fragancia nos dará acceso directo a la mente y al corazón de Dios, de manera que nuestro recuerdo habite de manera constante en ese lugar y derrame su favor sobre nosotros de manera constante.
La pregunta es cómo nos aseguramos de ser olor fragante y encima de eso sacrificio acepto delante de Dios tal y como lo dice la cita de hoy?
Cuando estamos dispuestos a negarnos a nosotros mismos y dejamos de orar solamente por nuestras necesidades y anhelos, cuando estamos dispuestos a sacrificar nuestra necesidad para cumplir con la voluntad de Dios, es cuando nos convertimos en esa verdadera fragancia agradable que tiene acceso a Dios y lejos de convertirse en una memoria falsa como las que se creaban en la película que le contaba, nos permiten ser respirados por Dios y accesar a ese lugar especial en su corazón.
Muchas personas tienen la falsa idea de que el día que van a la iglesia es el día que pueden aprovechar para poner sus necesidades delante de Dios o bien el día que pueden aprender algo de Dios, pero sabe, es precisamente de lo que se trata cuando le digo que debemos de aprender a sacrificar nuestra necesidad para cumplir con la voluntad de Dios, cuando por al menos un día a la semana nos dejamos a un lado nosotros y ponemos en el primer lugar a Dios y lo que Él anhela y espera de nosotros, cuando lejos de ir a pedir, vamos y entregamos nuestro corazón a Él y hacemos tal como Él ordenó a los hombres para que hicieran en su día.
Por tanto está en sus manos el decidir a que huele usted, a una memoria pasajera y alguien que no tuvo ningún efecto, o a ese olor fragante que impacta el corazón de Dios?