En esta vida podemos tener todo tipo de relaciones, pero creo que se pueden dividir en 2 tipos muy básicos, las relaciones sin propósito y las relaciones con propósito, es decir, hay relaciones que simplemente son y no llegan a ningún lado y hay relaciones que van creciendo y que tienen metas a donde llegar y tienen una razón de ser.

El ejemplo más claro de una relación con propósito es la relación que tiene una intención, por ejemplo cuando una pareja se conoce, para posteriormente ser novios, casarse y tener hijos, probablemente esto no sea un acuerdo hablado como tal, pero hay un acuerdo entendido entre ambas partes en el que ambos persiguen el mismo objetivo y por tanto tienen una relación con propósito.

Esto que le cuento, no está forzosamente limitado a las relaciones en pareja, pero es mas común que sea así, en realidad lo podemos aplicar a todas las relaciones que tengamos, desde las relaciones familiares, las amistades y aún los negocios, es decir, podemos envisionar hacia donde queremos llegar en una relación y hacerla crecer de acuerdo a esa visión.

Hace tan solo unos días un cliente con el cual dejé de trabajar hace un par de meses me escribió para decirme que le interesaba conservar mi amistad por muchos años y con la consciencia de que ya no tenemos una relación laboral ya que su proyecto acabó, va a haber un esfuerzo por parte de ambos de continuar en comunicación y cumplir con esa intención y no dejarla en eso, sino convertirla en un compromiso.

Es por eso que nos debe de quedar mas que claro que no podemos amar a las personas en base a nuestros sentimientos, sino a nuestras decisiones, en otras palabras, el ser amigo de alguien tiene que ver con una decisión que nos lleve a un compromiso, no solo de alimentar, sino en ocasiones luchar por esa relación para que esta nunca deje de ser.

Me emociona que la misma Biblia lo confiesa, Proverbios 18:24 “El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo, y amigo hay más unido que un hermano”, lo nota?, no es emocionante que una decisión de amar a alguien nos puede hacer mas unidos a alguien que aún nuestros propios hermanos carnales?, no sería ese un gran propósito para una relación?, el ser tan amigo de alguien al grado que haya una relación tan íntima como la de la familia?

En lo personal puedo decir que tengo muchos amigos, no conocidos, amigos y lucho por su amistad, a veces esta requiere de algunos berrinches y reclamos, pero todo enfocado hacia el crecimiento de esa amistad, ya que el propósito no se debe de perder.

Este tipo de relaciones es algo que Dios nos enseñó, no es algo que René inventó, al sacar Dios a los Israelitas de Egipto, los llevó al pie del monte Sinaí y les propuso el tipo de relación que pretendía tener con ello y en su pacto repetía una y otra vez “y todos sabrán que yo soy su Dios”, esto es tan sencillo como cuando una pareja contrae nupcias, el esposo pone a su mujer un anillo el cual hace notar que esa mujer tiene marido y este le proveerá de lo necesario y la hará caminar firme y dignamente de manera que todos puedan decir “ahí va la mujer de ese hombre”.

David el Rey entendía muy bien esto y entendía que los beneficios a su vida no venían solamente porque “Dios es bueno” sino porque hay un pacto entre Dios y los hombres y David como cabeza del pueblo debía tener esto bien presente, el éxito de su Reino no dependía de la bondad de Dios, sino de su pacto previo, es por eso que David escribió la cita de hoy.

Note la confianza del David al decir, “aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores”, es decir, por mientras otros vienen a robarme mi paz, tu me das un banquete delante de ellos, no para que yo coma rico, sino para que vean que me proteges tanto que aún me alimentas antes de que acabe con ellos y que ellos sepan quien es el Dios que está sobre mi cabeza.

Las personas caminan por la vida sospechando que Dios está con ellas, pero en realidad no es mas que eso en muchas ocasiones y sabe por qué?, sencillo, porque tienen una relación sin propósito y no están conscientes del pacto entre Dios y los que deciden hacerle su Padre.

Ayer me invitaron a participar a un programa de televisión y había ahí una persona que decía “hay que ser buenos para que nos vaya bien en la vida”, al escuchar esto me preguntaba yo “y en que parte entra Dios en esto si nosotros somos los que forjamos nuestro camino?”, de inmediato recordé la cita de hoy, y me quedó claro que ni esta persona y lamentablemente muchas otras no saben a donde van con su relación con Dios.

Piense en esto, un angustiador (de acuerdo al término usado en la cita de hoy) puede ser la pobreza o la escasez, pero si nuestra vida tiene una relación pactada con Dios y éste cumple su promesa de acuerdo a la cita de hoy, entenderemos que comeremos pan y obtendremos recursos aún de donde no lo planeábamos mientras la lógica dice lo contrario, solo es cuestión de que nos atrevamos a tener una relación de acuerdo al pacto que Dios nos ofrece y vivamos las mismas garantías de las que David escribía tan apasionadamente en sus salmos.

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