Hay una frase que ha estado dando vueltas en mi mente y en mi corazón durante días y la he estado repitiendo una y otra vez porque estoy convencido de ella, sólo que a veces me gustaría poderla explicar de mejor manera y es frase es:

El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional.

Me he dado cuenta que las telenovelas, la sociedad, nuestro entorno y muchas otras cosas nos han enseñado a sufrir, es decir, hay un grupo de personas que espera que suframos y vernos afligidos ante los sucesos tristes y difíciles a los que nos enfrentamos, y a veces no se si lo hacen porque quisieran con ello ser empáticos con nosotros o simplemente hay una necesidad no hablada de tener lástima a los demás.

Cuando pienso en esto, mi mente no puede evitar pensar en situaciones como la muerte de seres queridos, recuerdo cuando mi Padre murió hace casi 17 años, mi familia estaba devastada, pero teníamos que salir adelante, por lo que tratamos de ponernos en pie y reintegrarnos a nuestra vida cotidiana tan pronto como fuera posible y no puedo olvidar el momento que alguien se acercó y me reclamó éste hecho y me dijo que debía de estar tan triste como fuera posible y que se me debía notar, lo puede usted creer?

Hoy, casi 17 años después, le puedo decir que no me deja de doler la muerte de mi Padre y que no lo dejo de extrañar, pero hace muchos años dejé de sufrir por su ausencia y el solo recuerdo de las cosas geniales que pasamos juntos y el gran amor que me tuvo, hacen que un recuerdo triste, se vuelva en algo que me provoca una sonrisa, pero a las personas a veces esto no les parece.

La Biblia nos enseña que Dios podría sanar nuestro corazón de inmediato si se lo pidiéramos, pero muchas personas no se atreven a pedírselo a Dios por miedo o remordimiento a hacer ver o pensar que no aman a quien acaba de partir, pero tenemos que entender que son cosas completamente distintas, una cosa es el ser sanado y estar por encima de una situación y otra cosa es el amar al ser que se fue y guardar su recuerdo, si nota la diferencia?

De la misma manera muchas personas creen que merecen pasar por situaciones difíciles a causa de su manera de vivir o su pecado, o creen incluso que las adversidades son recordatorios de Dios para que nos mantengamos humildes y no tengo idea porqué muchas personas relacionan la humildad con el sufrimiento y con la escasez, siendo que no tienen nada que ver, pero a alguien se le ocurrió alguna vez y parece que a muchas personas les gustó pensar así, ya que justifica su condición y decidieron adoptar esta manera de pensar, aún y cuando no tenga nada que ver con Dios.

Una de las cosas que he aprendido a lo largo de mi caminar en Cristo, es que los tiempos adversos son una herramienta de Dios, pero no son una herramienta para probarnos, sino para demostrar quien es Él, para que aún en lo adverso, sea Él quien luzca, Él en quien confiemos y Él quien demuestre que en el Reino de los Cielos las cosas funcionan de manera distinta que en la tierra, y nos recuerda de donde venimos, para que aspiremos a ello.

Si alguna vez usted se ha preguntado que tipo de vida es la que Dios espera para usted, la cita de hoy lo describe de la mejor manera posible, y note como la cita empieza porque será “como” árbol plantado junto a las aguas, nota ese “como”, esa simple palabra hace toda la diferencia, ya que representa y establece la condición, es decir podemos estar en medio de un esquema desolado y seremos diferentes a los demás, pero tenemos que empezar por creerlo y por anhelarlo e incluso reclamarlo para nuestras vidas, para que sea Dios quien se refleje en nosotros y no sólo seamos nosotros quienes estemos cómodos y no suframos.

Es interesante, cuando dejamos de pedir algo porque lo anhelamos o porque tenemos miedo ante la adversidad y lo cambiamos por una responsabilidad, es decir, la manera como vivimos es nuestra responsabilidad y el modo como reflejamos el Reino de los Cielos, es decir, ya no se trata de nosotros y de “estar bien”, sino se trata de nuestra responsabilidad y de reflejar a aquel que habita en nuestro corazón.

Aquellos que sufren lo hacen porque así lo han decidido, ya que la Biblia promete lo contrario, nos promete que aún cuando no haya agua, es decir cuando la adversidad de cualquier tipo nos aceche, seremos como árboles plantados junto a las aguas, ya que nuestras aguas no son iguales que las de las demás personas, nuestras aguas vienen de una fuente inagotable y eterna, pero tenemos que creerlo y anhelarlo, si no, estaremos sujetos a las mismas condiciones que el resto de las personas y sufriremos como ellas sufren, pensando que “Dios por algo hace las cosas”, cuando en realidad Dios ni siquiera intervino, como ve?

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