Cuando planeamos hacer cosas, siempre tenemos 2 alternativas el hacerlas bien o el hacerlas mal, pero siempre la decisión está en nosotros y normalmente cuando el resultado no es aquel que esperábamos, la respuesta la sabemos de inmediato, ya que sabemos las cosas que no hicimos o bien las cosas que hicimos mal como para que no se diera aquello que planeábamos, pero hay dentro de nosotros un cierto orgullo que nos impide admitirlo y solemos recurrir a Dios para poder por así decirlo “echarle la culpa” con un sencillo “Dios por algo hace las cosas”.

A lo largo de mi vida he aprendido a identificar la voluntad de Dios en medio de las cosas que pretendo hacer, es como si las cosas olieran a Dios o no lo hicieran, como si su voluntad se hiciera patente y aún en las cosas que se ven difíciles y llenas de obstáculos, suelo perseverar e insistir hasta que sucedan porque esa fragancia que deja ver la presencia de Dios se hace presente y no permite que desista en lo que planeo y el resultado es por lo general glorioso.

Se que muchas personas se preguntan como es que se cuando Dios si quiere y cuando no y como es que se percibe esa fragancia y que es lo que tenemos que hacer para que percibirla, la respuesta es mas simple de lo que cree.

Este fin de semana tuve la oportunidad de ir a Zacatecas en México a dar algunas charlas a un grupo de jóvenes y en una iglesia y les recordaba un principio muy importante, ese principio trata acerca de la vigencia de la palabra de Dios, ya que muchas personas suelen creer que la Biblia es un libro anticuado o pasado de moda o que las cosas ahí descritas no aplican a lo que sucede hoy en día, pero sabe, esas palabras fueron escritas por un Dios que a su vez es contemporáneo y vigente, que no pasa de moda y que sigue teniendo el control de las cosas.

Teniendo en mente esto, solo tenemos que empezar a identificar el modo en el que Dios hizo todo a lo largo de la Biblia, y empezar a verlo en las cosas que suceden a nuestro alrededor, y pronto se dará cuenta que en mas cosas de las que usted se imagina esta metida su mano, es decir en mas cosas de las que piensa Dios está actuando de manera activa.

Como hacer que Dios participe en lo que usted y yo planeamos?, más fácil aún, primeramente recuerde que Dios antes que ser fiel a usted y a mi, es fiel a su palabra, es decir, Dios nunca participará en cualquier cosa que sea contraria a algo que ya dijo y nunca participará en algo que se ve turbio o confuso, en otras palabras, Dios no hace cosas buenas que parecen malas y viceversa.

Es por tanto la diferencia de hacer las cosas en Cristo, ya que nos llevan a una garantía, siempre que Dios esté de por medio, no volverá a haber cosas que no sucedan, por el contrario, siempre tendremos éxito y siempre iremos hacia adelante, es como el antídoto a la ley de Murphy.

Y esto no quiere decir que Dios nos va a conceder nuestros caprichos, para nada, lo que quiere decir y a lo que se refiere la cita de hoy, es que siempre que Dios sea parte de la planeación de algo, la justicia será la etiqueta de lo que planeemos, el amor será el motor que lo impulse y la gloria de Dios será el objetivo de todo lo que emprendamos, es decir, aún en las cosas que parecen buenas para nosotros el que se va a llevar siempre el crédito en todo será Dios, y es justo así como no volveremos a fracasar nunca y jamás volveremos a tener la duda si es que “Dios por algo hizo las cosas”

La cita de hoy es una que me emociona, siempre me hace detenerme en todo lo que hago y me hace replantear mi estrategia y el objetivo de lo que hago, porque soy de las personas que no me gusta que las cosas no sucedan o que se queden a medias, ya que es justo ahí donde las cosas obtienen ese olor a Dios, donde empezamos a ver las escenas y los ejemplos de la Biblia en medio de lo que queremos hacer y nos dan la pauta para seguir adelante y la certeza de que Dios nos da la garantía del éxito.

Por tanto es mi intención en esta mañana a que cambie su estrategia, a que borre de su vocabulario la frase de “Dios por algo hace las cosas”, ya que jamás tendrá que depender de la voluntad “oculta de Dios”, sino tendrá la certeza del éxito de todo lo que emprenda en cuanto le invite a su proceso de toma de decisiones.

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