Las personas viven en una constante lucha por ser bendecidas, todo el tiempo anhelan el favor de Dios y viven con la constante incógnita de si recibirán aquello que piden o aquello que anhelan, ya sea la salud, dinero o alguna cosa especial que hayan puesto delante de Dios.

Cuando pienso en esto, no puedo evitar el imaginarme a Jacob, que hacía exactamente lo mismo, todo el tiempo pretendía ser bendecido, y que era capaz de engañar a cualquiera con tal de lograr su objetivo, pero no importa cuanto se esforzara y por cuanto tiempo lo hiciera, no lo lograba, aún habiendo comprado la primogenitura de su hermano o bien habiendo engañado a su Padre para recibir la bendición patriarcal.

Muchas personas tienen la idea de que la bendición es algo que Dios decide, pero sabe, normalmente no es así, es una condición de Reino, en otras palabras la bendición esta sujeta a una serie de reglas y de condiciones que una vez que estas se cumplen, no hay nada que pueda detener que la bendición de todo tipo fluya en nuestras vidas, pero es que tenemos que conocer estas reglas y estas condiciones para cumplirlas y así recibir aquello que hemos puesto en nuestro corazón y delante de Dios.

Se que le pudiera sonar algo extraño, ya que normalmente nos enseñaron todo lo opuesto, nos enseñaron que todo depende de Dios, y en realidad así es, pero fue ese mismo Dios quien puso las reglas y nos dejó los principios del Reino para que viviéramos en ellos y aseguráramos la bendición que buscamos por medio del establecimiento de Reino y no de rogarle a Dios

En realidad una de las razones mas fuertes por las que no recibimos aquello que pedimos o que esperamos es por el hecho de que no confiamos, y sabe, esto empieza por nosotros mismos.

Cuando olvidamos nuestra condición de hijos y de herederos, dudamos de la eficacia de nuestra oración, ya que en ocasiones o pudiera atreverme a decir que en la mayoría de los casos, la culpa interfiere con nuestra oración y nos entendemos a nosotros mismos como indignos de ser bendecidos e incluso sucios delante de Dios en ocasiones, pero yo me pregunto, que hay de la sangre de Cristo en esos casos?, no es válida?, no tiene efecto?

La sangre de Jesús nunca pierde su efecto pero si es un hecho que solo aquellos que la invocan y aquellos que confían en su efecto lo reciben, pero pareciera que a veces nos creemos más inteligentes o más capaces que Dios y hacemos lo que pensamos en vez de hacer aquello que Dios nos indicó y luego nos preguntamos como es que no recibimos bendición!

No quiero sonar ofensivo, pero es casi un hecho que cada vez que escucho a alguien decir que lleva una relación con Dios «a su manera» es una persona que batalla el doble o el triple de lo que los demás batallan aún en las cosas cotidianas.

El capitulo 24 del libro de Deuteronomio nos habla de los beneficios de la obediencia como las maldiciones de la desobediencia, es decir, nos habla de aquellas garantías que tenemos cuando aprendemos a confiar en un Dios al cual no vemos y que en realidad si tiene el control sobre nuestras vidas si es que se lo damos, pero para eso no existen las medias tintas, es decir o confiamos o no confiamos, así de simple.

Es por eso que no podemos tener una relación con Dios «a nuestra manera» pues Él desde un principio lo definió de una manera distinta y desde siempre dispuso que lo único que podemos controlar para ser bendecidos es el ser o no obedientes.

En otras palabras, ni Jacob, ni usted, ni yo podremos ser bendecidos si no somos obedientes, obedientes a que?, a la palabra de Dios, ya que eso nos lleva a justicia y solo basta que nos demos una vuelta por el libro de proverbios para que leamos la opinión de Dios acerca de aquellos que son justos, podríamos decir que justicia y bendición son sinónimos.

Por tanto le quiero invitar a que reflexione en esto, reflexione en que tanto confía realmente en Dios, ya que hay unos que confían en que Él hará lo que le piden, pero en realidad no confían en Él.

Está en usted el decidir a que equipo quiere pertenecer, al de los bendecidos o al de los desesperados.

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2 Comentarios

  1. jessica

    HOlA: YO LEO DIARIAMENTE EL DEVOCIONAL, Y DESEO PROFUNDAMENTE COMPARTIRLO. QUIERO QUE ME DIGAN CÓMO LO PUEDO ENVIAR POR MAIL SIN TENER QUE COPIAR Y PEGAR? Y EN CASO DE QUE NO SE PUEDA ME GUSTARÍA MUCHO QUE AGREGARAN LA OPCIÓN.
    GRACIAS Y MUCHAS BENDICIONES!