Muchas personas me preguntan todo el tiempo que como es que hice para tener una buena relación con Dios y como es que la puedo mantener, y sabe, la respuesta puede ser tan fácil o tan difícil como usted quiera, permítame compartirle un poco y entenderá mas de que es lo que se trata.

La mayoría de las personas piensan que el tener una relación con Dios viene de un sentimiento, es decir, muchos se frustran porque no sienten el acercarse a Dios y a su vez no les dan ganas de leer la Biblia, por mas que tratan de forzarse y por mas que tratan de encontrar dentro de si algo que las motive a hacerlo, simplemente no sucede.

Es interesante pensar que en la mayoría de las ocasiones queremos tratar a Dios como si fuera una persona más y al igual que hacemos con las personas a nuestro alrededor, queremos tener una relación con Él basada en nuestros sentimientos, pero sabe, esto no funciona, y sabe por qué no funciona?, sencillo, en la gran mayoría de los casos, nuestros sentimientos están asociados con lo que vemos y como no podemos ver a Dios, pues nos es difícil sentir algo por Él.

Obvio están aquellas ocasiones en que nos suceden cosas que entendemos relacionadas con Dios y nos llevan impulsivamente no solo a amarle, sino incluso a hacer cosas que normalmente no haríamos y luego las llamamos “fe”, sin estar completamente seguros ni convencidos que en realidad haya sido Dios quien intervino por mas divino que parezca lo que sucedió, lamentablemente este tipo de arranques y este tipo de sentimientos son efímeros, ya que son reactivos, por tanto dependen de una constante ocurrencia de este tipo de eventos para mantener nuestra llama constantemente encendida y vivir una vida “enamorada” de Dios.

Entonces, como es que hacemos para tener una relación con Dios?, como es que podemos vivir en la constante consciencia de su presencia?, como es que podemos asegurar su favor y su mano sobre nosotros?

Aunque suene trillado, es más sencillo de lo que cree, ya que solo tenemos que llevar a la práctica lo poco que sabemos de la Biblia y el efecto empieza a darse de manera automática, la Biblia nos habla de que Dios anhela que le entreguemos nuestro corazón, y muchos entendemos que es ahí donde reside el amor, pero sabe, la Biblia nos previene de muchas cosas acerca del corazón, nos dice que es un lugar dentro de nosotros que es perverso y en muchas ocasiones es así porque es el que se contamina a causa de las cosas que salen de nuestra boca, pero a su vez nos pide que lo guardemos, ya que de ahí es donde mana nuestra vida, si lo piensa detenidamente, el corazón es el que rige nuestro estado de ánimo y por ello tenemos que entender lo siguiente para poder tener una adecuada relación con Dios.

Muchas personas esperan que Dios entre en sus vidas para que su estado de ánimo cambie, es decir no solo quieren que les vaya bien, sino que además los entretengan (perdone usted mi sarcasmo), pero en realidad lo que tenemos que hacer es entregarle nuestro estado de ánimo a Dios y le voy a explicar como.

Yo tomé la decisión personal de seguir a Cristo a los 11 años de edad y nadie pudo convencerme de lo contrario y entré a una dimensión asombrosa y algo confusa, ya que no hubo alguien todo el tiempo que me guiara en ese período de tiempo, al menos esa era mi excusa para todas las cosas que sabía que había de hacer y sabía como mi responsabilidad, años mas tarde, cuando cumplí 18 muere mi Padre, y muere en un momento crucial de mi vida, ya que estaba pasando por una crisis de identidad y justo cuando estaba dispuesto a abrir mi corazón y pedir ayuda a mi Padre, sucede que de la nada ya no está, simplemente así.

Esto me provocó una terrible amargura y un terrible dolor, los cuales fui alimentando durante mucho tiempo, pero como no podía darle explicaciones a las personas de lo que sentía, lo guardaba para mis momentos de soledad y de intimidad, hasta que desarrollé un cierto odio para con Dios.

Lo interesante del asunto es que entre mas odiara a Dios, mas tiempo pensaba en Él y mas venían a mi mente pasajes Bíblicos y de alguna manera los usaba todo el tiempo para echárselos en cara a Dios y decirle mentiroso porque mi vida en ese tiempo era una clara muestra de que aquello que sabía acerca de Él no era cierto, ignorando 2 cosas impresionantes que estaban por suceder.

La Biblia promete que la palabra de Dios no vuelve vacía, es decir, siempre va a tener un efecto en nosotros, algo de ese Dios del que se habla se establece de manera permanente en nuestras vidas y sabe fue el cumplimiento de esa promesa el que hizo la diferencia en mi vida, tanto estaba expuesto a la palabra y tal era mi frustración que un día explote y me puse de frente a Dios y le dije todo lo que sentía por Él y cuanto le odiaba por haberme quitado a mi Padre en el momento mas importante de mi vida.

Sin darme cuenta y en un arranque por hacer daño al corazón de Dios, hice una de las mejores cosas que jamás haya hecho, fui honesto y fui sincero con Dios, y eso simplemente abrió las puertas a una nueva dimensión, ya que el Dios sobrenatural al que le expresaba mi odio y mi dolor, hizo lo que promete la Biblia, tomó esos sentimientos y los transformó en consuelo y en amor hasta que llegué a darme cuenta que aunque quería, ya no sentía aquello que me había estado atormentando todo ese tiempo, se había ido de una manera mágica y sobrenatural y ese día empezó la verdadera historia de amor entre Dios y yo.

La Biblia nos dice que lo que Jesús vino a hacer fue a reconciliar a los hombres con Dios, en mi caso es lo mas cierto que existe, el efecto de su sangre no solo lavó mi dolor, sino también perdonó todas las ofensas que hice a Dios a causa de ese dolor, todo lo que necesité fue no tener miedo a exhibirlos delante de Dios, mi sinceridad fue recompensada de gran manera y la sangre de Jesús no solo hizo todo lo que la Biblia promete, sino que excedió todas mis expectativas y lo sigue haciendo el día de hoy.

A partir de ese día empecé una nueva era de mi vida que continua el día de hoy, cada día observo mi vida e identifico las cosas que entiendo que no están bien y las cosas que puedo mejorar, que sin que yo me de cuenta tienen consecuencias en sentimientos y en traumas incluso que son ajenos a mi y cada día las llevo con honestidad y sinceridad delante de Él y cada día vivo una nueva etapa y un nuevo nivel de perdón y cada día de una manera distinta soy reconciliado con Dios.

En resumen la receta secreta es la honestidad, solo así sucederá.

Mas interesante aún es que aquello que recibí se convirtió en mi nueva forma de vida, ya que ahora y como lo dice la cita de hoy, dedico mi tiempo a reconciliar a los hombres con Dios por medio de la sangre de Jesús, es decir, paso horas a veces días y semanas identificando aquello que hace daño a las personas y las ayudo a ponerlas delante de Dios y a que dejen de fingir que le aman (ya que en realidad no lo hacen), para que pasen por lo mismo que pasé yo y empiecen a entender un nuevo amor que no es sentimental, sino que es sobrenatural ya que depende de algo que Dios hace, que se convierte en un estilo de vida lleno de éxitos garantizados y alegrías que nos llevan a la verdadera paz.

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