Como todos sabemos y lo hemos visto en varios devocionales, existen 2 tipos de tiempos, el Kronos, que es el tiempo que se mide y en el cual vivimos a diario, aquel que tiene un pasado, un presente y un futuro y uno que no deja de avanzar y no se detiene, se mide en segundos, minutos, horas, días, meses y así sucesivamente y tenemos el Kairos que es el tiempo de Dios, es aquel donde el mismo Dios confiesa que un segundo es como mil años y mil años como un segundo, aquel que la oración puede acelerar, o nuestra infidelidad alentar y que solo depende del corazón de Dios.

Pero el otro día mientras venía en carretera y regresaba a casa meditaba acerca del tiempo que perdemos pensando en el pasado y en el futuro, como se llama a ese tiempo en el que nada avanza y no importa el Kronos ni el Kairos, ya que todo esta detenido por nuestra voluntad, nuestra falta de decisión o nuestra adicción al sufrimiento?

Creo que todos hemos pasado por un tiempo así, y creo que es mas notorio cuando se trata del pasado, muchas personas que perdieron a un ser querido, o bien que pasaron un tiempo especial, se quedan enganchadas ahí y no avanzan, no importa los ánimos que sus seres queridos y cercanos les den, o los eventos importantes de los que se pierden a causa de vivir en el pasado, quiero imaginarme que muchos casos de depresión tienen que ver con esto.

Pero no es del pasado del tiempo que le quiero hablar, sino de un tiempo que es un poco mas sutil y que es sumamente peligroso, es uno que tiene muchas máscaras y que se mezcla en nuestra vida sin que nos demos cuenta y afecta todo nuestro entorno y lo que somos, hasta que a muchos los paraliza por completo, ese tiempo del que le hablo es del mañana.

Muchos asocian el mañana con sus sueños, con sus planes, con aquello que quieren lograr, con aquello que anhelan y con lo que esperan que haga su vida mas sencilla y mas placentera, pero muchos sueñan, anhelan y planean sin tener idea de como es que esto sucederá, ni de como acercarse un poco a ello y es ahí donde el tiempo se detiene, y no porque deje de avanzar, sino porque aquello que ocupa sus mentes y sus corazones permanece en un mañana completamente paralelo al hoy y nunca llegará y nos les permite ni disfrutar el hoy ni saborear el mañana.

Mucho de esto que le cuento luego es confundido con la fe, ya que muchas personas al no ver claro como es que sucederá aquello que ocupa su mente y su corazón, lo ponen “en manos de Dios”, pensando que Él si sabe y que Él si hará aquello que nosotros probablemente ni siquiera le consultamos.

Muchas veces ese mañana es mas delicado de lo que pensamos, y nos paraliza en nuestras finanzas, por poner solo un ejemplo, pensamos que mañana si tendremos dinero para pagar ciertas deudas, y sin siquiera notarlo terminamos con una enorme deuda que se apodera de nuestro futuro y de nuestro presente y nos roba la posibilidad de vivir como hijos del Dios que es dueño del oro y de la plata, y que los puede poner en nuestras manos si vivimos en el tiempo adecuado.

Ese mañana peligroso del que le hablo es como la humedad, se cuela en todos nuestros pensamientos y aún en nuestras palabras, es el que nos dice que mañana nos pondremos a dieta y el que nos dice que mañana comenzaremos a leer la Biblia, el que mañana haremos ejercicio o que simplemente terminaremos nuestro trabajo pendiente el día de mañana porque hoy queremos salir temprano del trabajo, todo esto sin darnos cuenta que el día de mañana estará nuevamente lleno de muchos otros mañanas que se irán acumulando hasta que nos paralicen.

Hace unos días hablaba con un grupo de personas acerca de los procesos a los que muchas personas se someten y luego se los atribuyen a Dios, y dicen que es Dios quien las tiene en ese “proceso”, cuando Dios no habla de eso en su palabra, Dios es un Dios absoluto, es un Dios que erradica el  mal de inmediato de la vida de las personas y es un Dios que no tolera el pecado que dejaremos de cometer “mañana”, y si lo vemos con detenimiento, esos procesos que las personas dicen pasar, son muchos pequeños mañanas que solo retrasan su bendición, recuerdo haber pasado muchos de esos y creo que aun los paso, pero sabe, he aprendido a dejar a Dios fuera de ellos, no porque no participe, sino que ya no le echo la culpa como antes.

La cita de hoy nos previene del mañana, y me quiero imaginar que primeramente el autor pensaba en que probablemente no habría mañana para muchos, pero a su vez confiaba en que Dios tiene planes para nuestros mañanas, pero si estos están llenos de pendientes y cosas que les pusimos el título de “mañana”, probablemente nos perdamos de aquello que Dios preparó.

Por tanto, le quiero animar a algo que yo mismo he comenzado a hacer cada día un poco mas, a actuar al momento, aunque sea comenzar a hacer algo y no simplemente a pensar en el mañana, ya que si tuviéramos una bolsa donde guardamos todos esos mañanas, le aseguro que no podríamos caminar del peso que esto nos ocasionaría, piense en las cosas como Dios las piensa, piense que cuando ora, no le pide a Dios que le solucione sus cosas mañana, por lo general pedimos para el aquí y para el ahora sin darnos cuenta que nuestros mañanas nos estorban para recibir una bendición o el favor de Dios el día de hoy.

¡Comparte esta entrada, elige tu plataforma!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Un comentario

  1. Seguidor de Dios

    Nada más cierto que lo que hoy comentas René. Creo que a todos nos ha pasado que nos «anclamos» en algún momento de nuestra vida cuando acontece algo importante y que nos impacta de forma negativa (la pérdida por ejemplo en cualquiera de sus formas). Vivimos en el problema y hasta parecería que no queremos salir de el, nos gusta sufrir y que los demás nos vean y sientan pena por nosotros, siempre esta el mañana para estar mejor……pero ni siquiera sabemos si estaremos vivos el día de mañana. Para serte honesto, estoy aprendiendo a salir de este tipo de situaciones y no es nada fácil, pero con toda certeza puedo decir que hay que disfrutar HOY de la vida, amar a Dios HOY y no soltarte de su mano. Dios ha sido mi confidente, mi consolador y mi padre en todos los momentos difíciles, no me deja nunca y se que me ama. Olvidemonos del mañana y vivamos HOY. Que Dios los bendiga…..y gracias por compartir René, a veces como decimos aquí tus devocionales diarios son como una «pedrada» para mi y me hacen reflexionar mucho. Saludos.