Hay personas que no pueden o no saben como llevar una adecuada relación con Dios, por el simple hecho de que no les quedan bien claros los conceptos del Reino de Dios, y por ello, no saben por donde empezar.

Ayer reflexionaba largo rato acerca de la omnipresencia de Dios y recuerdo perfectamente como cuando era pequeño, era atemorizado por mis mayores con el hecho de que Dios todo lo veía y que si me portaba mal, me podría castigar, y sabe, crecí con este concepto por muchos años y lejos de que mi relación con Dios fuera mejor a causa de su omnipresencia, me hacía sentir culpable todo el tiempo y creo que en muy pocas ocasiones la disfruté.

Conforme fui aprendiendo a leer la Biblia y con esto no me refiero a que la Biblia sea un libro que haya que leer de una manera especial (ese es otro mito que estorba en la fe de las personas), sino que fui aprendiendo a leer la Biblia con la consciencia de que es un libro que describe a Dios y a su carácter y no se trata de mi, fue aprendiendo el concepto del temor de Dios y mi relación con Él cambió de manera radical.

Todo esto aprendí cuando entendí la diferencia entre el miedo y el temor, la cual radica prácticamente en lo conocido y lo desconocido, es decir, tenemos miedo de lo desconocido, pero tememos a lo conocido, ya que conocemos sus consecuencias.

Fue justo ahí donde mi relación con Dios dio un vuelco, porque me habían enseñado a tener miedo de Dios y no a temerle, ya que según quienes me hablaban acerca de Él “algo” malo me podría pasar si me portaba mal, pero ese algo era algo misterioso y de seguro doloroso, cuando la Biblia nos dice todo lo contrario.

La Biblia nos habla de que hay consecuencias de bendición para la obediencia y consecuencias no tan agradables para la desobediencia, pero estas son completamente independientes del estado de ánimo de Dios, es decir, aplican para quienes las conocen y para quien no y para quienes las cumplen y para quien no, por tanto, no es que Dios castigue a las personas, sino que viven las consecuencias de sus actos y por tanto nos dejó por escrito el libro que contiene su ley, su misericordia y su gracia, para que aprendamos de ellas y no nos confundamos con un Dios místico, mítico y visceral que le da por castigarnos y se enoja con nosotros.

De la misma manera es como nos habla Dios, nos habla con reflejo en su palabra, es decir, todo aquello que venga de su boca, tiene una coherencia con la Biblia, y esto es con el simple hecho de que aprendamos a diferenciar lo que viene de parte de Dios, lo que viene de nuestra mente y lo que viene de boca de nuestro adversario, es decir, cada una de las intervenciones de Dios en nuestra vida va a tener una confirmación en su palabra, aún las cosas desagradables, para que de esa manera podamos entender de donde viene cada cosa y podamos dar honra, gloria y reconocimiento a Dios por cada una de las cosas que hace en nosotros.

Ayer leí la cita de hoy en el muro de facebook de una buena amiga, y le voy a ser honesto me impactó la manera que esta versión de la Biblia lo describe, me cautivó el hecho de que Dios nos hable de la coherencia, ya que normalmente es una palabra que asociamos muy poco cuando nos referimos a Dios, ya que siempre estamos a la expectativa de cosas milagrosas y en la mayoría de los casos poco coherentes para que las podamos entender como que vienen de Él, pero note como Dios antes que otra cosa, siembra esa coherencia en nosotros, y la pone justo en medio de lo que pensamos y lo que hacemos, es decir, si nuestro pensamiento esta lleno de su palabra, no habrá manera de que nuestros actos sean equivocados, ya que entenderemos ese temor que debemos de tener de Dios, teniendo siempre en mente las consecuencias, ya sea favorables o desfavorables de cada uno de nuestros actos, de manera que por medio de esa coherencia y esa consciencia constante, seamos apartados y podamos ahora si que vivir en un constante estado de bendición, y saber como mantenernos en el.

La cita de hoy es una promesa bíblica, es decir, nos dice que si hacemos así, viviremos en constante temor de Dios y esto es la garantía de la sabiduría en nuestras vidas, el libro de Proverbios nos recuerda que el principio de la sabiduría es el temor a Dios, por tanto si tomamos la promesa de Dios de poner coherencia entre nuestros actos y nuestros pensamientos (basados en su palabra), habrá constante sabiduría y abundancia como reflejo de la misma en nuestra vida de modo que aún nuestras generaciones venideras sean beneficiadas por ello.

Por tanto le quiero hacer la misma invitación que Dios hizo al pueblo de Israel cuando dejó de ser esclavo y empezó a ser conquistador de la tierra prometida, Dios exhortó al pueblo a meditar en su palabra de día y de noche y que aún publicara esa palabra en los muros de sus casas, a fin de que nunca la olvidaran y de esa manera su vida fuera una vida de éxitos constantes, y así le invito yo, tome una buena versión de la Biblia, una sin palabras complicadas y atrévase a vivir a ese Dios coherente, que hará de los milagros y las cosas que suceden en el Reino de los Cielos, una constante en su vida.

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