Ayer platicaba con un buen amigo acerca de lo que agrada a Dios y de como solemos confundir las cosas y al pensar en esto, no pude evitar pensar acerca de las cosas que hacemos mal o entendemos mal en el día de reposo que dedicamos al Señor.

Durante varios años tuve el privilegio de cantar en la alabanza los domingos en la iglesia y le puedo decir que no entendía a lo que la gente se refería cuando se acercaban a mi o al equipo de alabanza a decirnos: “hoy como me gustó la alabanza” o bien “hoy no me gustó la alabanza” e incluso recibíamos solicitudes de “podrían cantar esta canción que me gusta mucho?”.

Le digo que no lo entendía, ya que me costaba mucho trabajo entender como la finalidad principal de las personas a veces no es el cumplir con la palabra de Dios y el agradar al Dios en el que dicen creer, por tanto, el cantar alabanzas o bien ofrecer sacrificio de alabanza a Dios, no se trata de que nos guste a nosotros, por el contrario, se trata de que podamos agradar a Dios y cantar lo que a Él le guste y con ello tocar su corazón.

El detalle está en que normalmente cuando escuchamos música, escogemos ritmos y letras que nos agraden, con las cuales empaticemos, las cuales toquen las fibras sensibles dentro de nosotros, y con ello adoptamos ciertas canciones por algún período de tiempo y podríamos incluso decir que estas canciones nos identifican de acuerdo al estado de ánimo que representan o a los gustos que tenemos en ese momento y luego queremos hacer lo mismo con los cantos dedicados a Dios, queremos pensar que porque nos agradan a nosotros tienen que agradar también a Dios, ya que si nos agradan a nosotros, nos ponen de buenas y tenemos mejor actitud a la hora de alabar e ir delante de nuestro Dios.

Normalmente olvidamos de lo que se trata la alabanza, olvidamos que hay una promesa de parte de Dios de habitar en medio de la alabanza, pero no habita en medio de las canciones de moda o los cantos “bonitos” habita en medio de al actitud de ofrecernos a nosotros mismos como sacrificio, en la actitud de venir a rendir nuestro corazón delante de Él y permitirnos ser transformados sin refutar incluso, nuestra alabanza es el punto mas cercano de intimidad que podemos tener con Él como pueblo, es decir es la ocasión donde todos debemos de alinear nuestro corazón hacia Dios y no hacia lo que nos gusta o lo que nos agrada.

Ayer hablaba con mi amigo acerca de como entender la alabanza y de como aprender a cambiar nuestro corazón hacia la frecuencia adecuada, le platicaba acerca de Beethoven el músico y compositor, quien era sordo mas componía música exclusivamente para agradar a Dios y era tan celoso de ello que le llamaban el monstruo, ya que cuando alguien se equivocaba al transcribir su música, era capaz de reprenderle incluso con golpes ya que no tomaban con seriedad la música compuesta para Dios.

Hubo una frase que Beethoven dijo y que me emociona al tratar de entender la alabanza, dijo: “Dios grita dentro de mi cabeza lo que susurra al oído de los que si oyen”, lo dimensiona?, a pesar de estar sordo, nunca perdió la capacidad de oír y escuchar a Dios y con esto componer piezas hermosas con la intención de alabar al Dios vivo en presencia del cual habitaba.

Le comentaba a mi amigo que aprendí de lo que se trata la alabanza escuchando la música que muchos llaman música “clásica” que en realidad es alabanza (no toda, pero la de ciertos compositores como Beethoven y Bach si lo son), aprovechando que no hay letras, sino simplemente escuchando cada nota y tratando de entender por medio de los tiempos y movimientos de la música el corazón del compositor, tratando de entender que era lo que quería expresar y como su corazón estaba conectado con el de Dios, y fue entonces que aprendí como nuestra voluntad, nuestro entendimiento y nuestro corazón se funden con cada nota y suben como ese olor fragante el cual la Biblia describe.

Wow!, desde ese día nada es igual!, obvio, cuando alabo canto y me aprendo las letras de las alabanzas que el grupo que dirige canta, pero sabe, mi intención es otra, mi intención es alinear el corazón con quienes van con toda la intención de lograr que la presencia de Dios habite entre ellos, me fundo con la intención de cada compositor y de cada músico de llegar delante de Dios y ser agradable a Él y deja de importar si la canción o la música me agradan, ya que es mas deliciosa la presencia de Dios en la que habito.

Por tanto quiero invitarle el día de hoy a que considere su actitud cuando va a la iglesia o cuando eleva un canto a Dios, realmente lo hace por agradarle a Él y lograr que su presencia descienda? o lo hace porque le agrada a usted y le hace sentir “bien”?, ambos motivos son válidos, pero uno es el propósito de Dios y el otro es el propósito de nuestra alma.

¡Comparte esta entrada, elige tu plataforma!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

2 Comentarios

  1. Este es un buen tema a tratar; hace poco alguien me dijo yo prefiero la musica de alabanza a Dios mas tranquila, esa musica movida (que tambien es para alabar a Dios) me dijo que no era una persona partidaria de eso, y yo solo me limite a escucharle, mas para mis adentro las canciones para Dios son lindas, no podemos, no debemos menospreciar esas de la cual no gustamos, por eso, porque son precisamente para Dios; gracias por compartir justo este tema que lo ha hecho como siempre de una manera tan facil de digerir, tan facil de comprender… Dios lo bendiga a usted y a su familia, buen domingo en Dios, Amen.

  2. ORLEANS

    EN UNA OPORTUNIDAD ALGUIEN ME COMENTO QUE ESTABA DE VISITA EN UNA IGLESIA EN COLOMBIA Y ESTABAN ALABANDO CON VALLENATOS, A ESTA PERSONA NO LE GUSTA ESE TIPO DE MUSICA Y SALIO MURMURANDO DE LA IGLESIA, ANTES DE LLEGAR A LA PUERTA SE LE ACERCO UNA HERMANA DANZANDO EN EL ESPIRITU SANTO, BAÑADA EN ACEITA. ALLI ESTA PERSONA COMPRENDIO (Y YO TAMBIEN CUANDO ESCUCHE LA HISTORIA) QUE NO SOMOS QUIEN PARA JUZGAR QUE TIPO DE MUSICA LE GUSTA A NUESTRO PADRE. SOLO DEBEMOS ALABARLE DE CORAZON, PARA TRAER SU PRESENCIA A NUESTRAS VIDAS