Creo que todos en algún momento nos preguntamos acerca de nuestra situación espiritual, es decir, nos preguntamos acerca de si nuestra relación con Dios está bien o no lo está o que tan bien lo está y sale a flote nuestro lado humano y terrenal que quisiera poder ponerle una medida a nuestra condición con Dios.

El diferenciar entre las cosas de Dios y las del mundo es de lo más sencillo, las cosas de Dios son eternas, son incalculables y son tan bastas que no se pueden alcanzar a ver ni a dimensionar, mientras todas las cosas de la tierra tienen medida y son limitadas.

Yo quiero imaginarme que esto se debe a la gran pérdida que sufrió Satanás, al vivir en presencia de Dios, tenía acceso a todo su Reino (de Dios), y hubo un momento que pensó que el infinito podría ser suyo y que lo eterno e incalculable le pertenecería, de modo que cuando fue expulsado y su autoridad y su dominio fueron limitados a esta tierra, pasa sus días contando lo que tiene y comparándolo continuamente con todo lo que ha perdido.

Es por eso que todas las cosas que pertenecen a este mundo tienen una medida, los hombres se han acostumbrado a medir cuanto dinero tienen, cuantas casas, incluso cuentan los amigos que tienen, como si entre más tuvieran mas felices fueran.

Mi Mamá siempre nos ha dicho que la cantidad de dinero que tenemos no es proporcional a la felicidad que tendremos, que quienes tienen mas dinero, simplemente tienen problemas por cantidades mayores y sabe, siempre le he creído, ya que es cierto, quien tiene mas se compromete con mas y en ocasiones sufre por mas, siendo que en su condición es normal.

El vivir contándolo y midiéndolo todo, no solo nos sujeta a las cosas de este mundo, sino que limita aquello que viene del Reino de los Cielos y pudiera hacerse parte de nuestra vida, ya que al contarlo, simplemente perdemos la dimensión de Dios y lo hacemos todo tan pequeño como nosotros.

Es por ello que normalmente soy tan insistente en que imitemos tanto como podamos a Cristo, pues si lo hacemos al revés, como normalmente sucede, hacemos de un Dios todopoderoso un siervo pequeño y limitado, sin darnos cuenta de que los que mas perdemos somos nosotros, y es por eso que es tan delicado que opinemos acerca de las cosas de Dios, ya que en automático les ponemos medida y en automático limitamos el poder y la majestad de Dios a nuestra opinión y a nuestro entendimiento.

Hay cosas que vienen de Dios y de donde Él habita que no tienen medida, el amor es una de esas cosas, la justicia y la sabiduría, y sabe, cada una de ellas nos da acceso al Reino de los Cielos al lugar donde las matemáticas tienen un sentido diferente al que tienen sobre la tierra y a donde lo incalculable se convierte en eterno e infinito, y es precisamente a esas cosas a las que debemos de aspirar, a las que no se miden para que podamos entrar en la dimensión de Dios y no engoloisinarnos con lo poco que pudiéramos obtener que al final de cuentas nunca será nuestro.

La cita de hoy verdaderamente me emociona, habla de una dimensión completamente distinta a la que solemos vivir según nuestra cultura terrenal, si lo piensa, todo el tiempo nos la pasamos orando por lo que tenemos y lo que queremos tener o lo que necesitamos tener, realmente nuestra oración tiene un alcance muy limitado, pero si lo viéramos y lo entendiéramos desde el punto de vista de Dios, nuestra oración debería de ir enfocada en las siguientes generaciones, en las cosas que dejaremos y sembraremos en esas generaciones, en como las vidas de quienes aún no nacen serán mejores que las nuestras y como la presencia de Dios y de su palabra será una constante en sus vidas, si logramos llegar a ese punto, las cosas de nuestro día a día dejarán de tener importancia, ya que la abundancia del Reino de los Cielos se hará presente en nosotros y será precisamente eso lo que transmitiremos a las generaciones futuras.

A poco no es emocionante el pensar que cuando hacemos algo por alguien mas que por nosotros mismos, aún los bienes de los impíos (aquellos que no temen a Dios), nos serán entregados, y esto no porque lo merezcamos y no porque ellos sean malos, sino porque la justicia divina así funciona, la misma Biblia dice que al que tiene le será dado mas y al que no tiene aún lo que tiene le será quitado y esto no se refiere solo a lo económico y a lo material, sino desde lo espiritual, al que no tiene la presencia de Dios en su vida de manera constante, aún el favor de Dios le será quitado a causa de su actitud.

Mas no debe de ser nuestro objetivo el que les sea quitado a otros para que nos sea dado a nosotros, pero sabe, si algo quisiera usted medir en su vida, eso sería una buena medida, cuando de pronto empiece a ver como otros vienen y entregan cosas a su vida (la de usted) que antes parecían importantes, mas ya no lo son tanto y por las que no se ha esforzado o a lo mejor no ha tenido tiempo de esforzarse, ya que ha estado ocupado en las cosas de Dios.

Y cuando me refiero a las cosas de Dios no me refiero a las muchas horas que pasa en oración o dando de comer a los pobres, sino a la justicia que abunda en su vida, en el amor sin sentido que expresa a los demás y a usted mismo y por la sabiduría de las palabras que salen de su boca, ya que cada una de ellas es guiada por Dios.

Como ve?, que prefiere?, seguir contando lo poco que puede tener o hacer que citas como las de hoy se hagan verdad en su vida al grado que las generaciones que le siguen sean beneficiadas por ello?

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