Es un hecho que no podemos dar lo que no tenemos, es decir, no podemos prestarle dinero a alguien más si no contamos con dinero nosotros mismos, no podemos dedicar tiempo a otros si no tenemos tiempo libre y no podemos dar amor a otros si no tenemos amor para nosotros mismos.

Una de las cosas mas peligrosas que podemos hacer en nuestras vidas es entrar en el juego de palabras de Satanás, desde el principio de los tiempos, Satanás engañó al hombre llevándolo a morir en espíritu (es decir mató aquella parte del hombre que se comunica con Dios) por medio de un simple y sencillo juego de palabras, es decir, uso las mismas palabras de Dios y las les dio un sentido diferente ocasionando lo que ya todos conocemos.

Hace unas semanas manejaba en carretera rumbo a casa y escuchaba un programa en la radio donde una mujer aseguraba que cuando no sabía que hacer y cuando no recibía respuestas de Dios, lo primero que venía a su mente era hacer el bien a los demás y dar de si y cuando hacía de esta manera, la respuesta de Dios venía casi de manera mágica.

Aunque ya había escuchado esto en varias ocasiones, en esta ocasión me me impactó como nunca antes, no se si porque con lo que decía estaba dando pie a confundir a los cientos o miles de personas que la escuchaban por la radio o por la ligereza como lo decía.

Es cierto que la Biblia habla de que es mas bienaventurado el dar que el recibir, pero como le decía al principio de éste escrito, no podemos dar algo que no tenemos y no podemos pretender ser la respuesta de Dios para otros si nosotros mismos recibimos respuestas de Dios, no lo cree?

Lucas 6:39 dice: Acaso puede un ciego guiar a otro ciego?, no caerán ambos en el hoyo?

Recuerde que con Dios los intercambios no funcionan, porque nunca tendríamos algo digno como para ofrecer a Dios, de hecho la misma Biblia asegura que a Dios no hay quien le gane a dar, entonces, entendiendo esto, como es que nos atrevemos a dar algo que no tenemos?

El problema es que no conocemos la Biblia y por tanto no conocemos a Dios y eso nos lleva a un solo punto, donde queremos hacer a Dios similar a nosotros en vez de hacer como la Biblia dice el imitar a Dios y aspirar a ser como Él.

Es por eso que tanta gente simplemente se imagina como tener una relación con Dios, esto siempre lo comparo con la relación entre los hombres y las mujeres, ya que en la edad casadera, sucede un fenómeno muy interesante:

A las mujeres las mueve el amor, es decir, todo lo que hacen lo hacen con el objetivo de sentirse amadas y cuando no reciben esto que esperan y necesitan, empiezan a amar a otros de la manera que ellas desean ser amadas como si estuvieran poniendo el ejemplo, y esto ha llegado a niveles inauditos donde son ellas las que envían flores a los hombres y no al revés!, sin entender que los hombres no desean ser amados (sino respetados) y que un ramo de flores lejos de hacernos sentir bien o halagados, simplemente nos hace sentir comprometidos e incómodos.

Justo de esa manera solemos comportarnos con Dios, tratamos de amarle como nosotros quisiéramos ser amados y no tomamos en cuenta que Él previamente nos dejó un manual por escrito con todo aquello que espera de nosotros y como será nuestra relación si decidimos obedecerle.

Muchas personas lejos de conocer a Dios, se aprenden ciertas frases de la Biblia que les acomodan, el Salmo 23 no es una excepción, creo que la mayoría de las personas se sabe el famoso “el Señor es mi Pastor y nada me faltará”, pero creo que no me equivoco al asegurar que la gran mayoría patina si les preguntamos que sigue de ahí!, por que? porque no es interesante, solo se quedan con la parte que les concierne a ellas, pero si lo piensa, cada cita en la Biblia tiene un propósito y cada una de ellas tiene un plan, si las leemos y las entendemos completas, llegaremos al punto de vivir como dice el dicho: “como Dios manda”

La cita de hoy es mi favorita de toda la Biblia, trato como puedo de vivir diariamente en la consciencia de esta cita, y si lo nota, es parte del famoso “Salmo 23”, se trata del último de los 6 versos que componen éste capítulo, y sabe por qué escogí esta cita para hacerla mi favorita?, sencillo:

Si vivo una vida como Dios me invita a hacerlo, el favor de Dios será una garantía y una constante en mi vida, de modo que jamás tendré que buscarlo de nuevo, sino será este quien me persiga, es una manera en la que puedo asegurar que mi vaso esté siempre lleno y siempre tenga algo que compartir y que jamás me “agarren en curva” como decimos en México y no tenga algo que ofrecer a los demás, tal como Dios nos pide que hagamos.

Para poder dar algo a otros, tenemos que tener algo nosotros mismos, y no podemos inventar recetas “mágicas¨ para recibir bendición, ya que corremos el riesgo de equivocarnos y luego terminar peor de como empezamos, por tanto, le quiero invitar el día de hoy a que empiece a recibir de Dios lo que Él tiene que darle y lo vaya almacenando en su corazón, para que la voz de Dios y sus respuestas sean algo constante y cotidiano y no tenga que hacer como la mujer de la radio, un intercambio que Dios jamás le pidió, no lo cree?

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