Hace unas semanas un amigo muy querido viajó a la ciudad de Singapore, a su regreso nos comentó sobre un templo Hindú que había visitado y desde ese momento supe que era un lugar a visitar en mi viaje a esa misma ciudad.
Al llegar a Singapore, e instalarme en el hotel, quedé sorprendido de darme cuenta que el barrio conocido como “La Pequeña India” donde estaba este templo del cual mi amigo hablaba, estaba a solo unas cuadras, por lo cual me preparé, oré y me dirigí hacia ese lugar y el resultado como en todas las ocasiones fue asombroso.
Sabe, soy un fanático de entender lo que las personas entienden por medio de su fe, y el día de ayer fue una gran experiencia, ya que sin saber que me acercaba al lugar que me dirigía, me percaté como el humor de las personas iba cambiando y entre mas avanzaban, menos platicaban entre ellas, era como si tomaran consciencia de algo que yo no entendía.
Unas cuadras mas adelante me di cuenta que estábamos cerca de 2 templos muy importantes para la comunidad Hindú, y el hecho de guardar silencio y no hablar con la persona a lado era una preparación para la actitud solemne que habrían de tomar ante sus dioses los cuales se disponían a visitar, una vez llegados al lugar lo primero que hacían era quitar el calzado de sus pies, lavar sus pies en unas instalaciones dispuestas específicamente para eso y entrar con toda seriedad y reverencia.
La verdad no suelo entrar a ese tipo de lugares y mas si no se de que se trata, por tanto tome un largo rato para observar a las personas y esperar a quienes había visto entrar para observar sus rostros y sus actitudes al salir, no le puedo negar el hecho de que me emocionaba el ver como estas personas no solo pasaban por ahí y entraban, sino que todas iban preparadas para visitar a sus dioses, no era algo improvisado y quienes vi que no iban del todo preparadas, tomaban un largo tiempo para prepararse afuera y luego entrar.
Al salir, la gran mayoría de las personas salía con un semblante de satisfacción e incluso con una sonrisa en sus rostros, creo que pocas veces en mi vida había tenido una experiencia tan tangible de lo que es la fe.
Al caminar de regreso a mi hotel, no podía dejar de ver los rostros de las personas que entraban y salían en mi mente, solo podía pensar en el hecho de que salían felices a pesar de adorar a dioses falsos, como sería su rostro si adoraran al Dios vivo y al que si responde?, y con tristeza le tengo que confesar que a pesar de que adoran a los dioses equivocados, nos llevan gran ventaja.
El hecho de descalzarse delante de la presencia de un dios no es nada nuevo, Yahweh se lo pidió a Moisés, y no porque el lugar que pisara fuera santo, sino que la presencia de Dios era quien santificaba el lugar y el no pisar con sus sandalias, evitaba que cualquier inmundicia de afuera contaminara el lugar, lo inmundo y lo santo no conviven, la primer ventaja que nos llevan estas personas es la consciencia de la presencia de su dios en ese lugar, lamentablemente muchos de nosotros aun en la presencia de Dios hablamos como si no estuviese en ese lugar y no nos comportamos como si estuviéramos delante de un Rey.
Así también es interesante ver que cada una de las personas que vi el día de ayer llevaban un propósito, cada una de ellas sabía a que iba, por ello podría prepararse y podía planear su estancia delante de su dios, esto tampoco es algo nuevo, Yahweh lo dijo en muchas ocasiones en su palabra, no tiene ningún sentido presentarnos delante de Él con las manos vacías, es decir no ir preparados y no llevar nada que dar ni que decir a ese que llamamos nuestro Dios.
Es por eso que muchas personas no hacen mas que pedir cuando dicen orar, ya que primeramente no reconocen a Dios como tal, lejos de reconocer su santidad y su majestad, le toman como su mandadero, aquel que atiende sus necesidades y aquel que tiene que proveerles de lo que necesitan y quieren, pero nunca como un Dios, nunca como lo mas puro que hay y lo que es eterno.
Tristemente vienen cientos de caras a mi mente cuando pienso en la frase “no se de que hablar con Dios”, a diferencia de las personas que vi ayer, solemos entrar delante de Él como si fuera cualquier otro y para justificar nuestra cercanía con Él le llamamos “Dioscito” a aquel que no se puede contener en el universo ó “Chuy” a quien nos amó a pesar de nuestra infidelidad y nuestro pecado, dando la mas grande muestra de amor de la creación, y luego que no le reconocemos y que no sabemos quien es pretendemos tener una charla sobre cualquier cosa con Él, pero como no se nos ocurre nada, pues simplemente hablamos de nosotros mismos, que tremendo, no?
Y no crea que con esto pretendo hacerle sentir mal, en lo absoluto, solo le quiero compartir cosas que otros pueblos que adoran a otros dioses entienden que nosotros que decimos tener una relación con el Creador del Universo no entendemos.
La siguiente ocasión que decida orar por algo y no reciba respuesta o que se cuestione e hecho de que no escucha a voz de Dios, lea las citas de hoy, recuerde quien es Él y como es que espera que le reconozcamos y entremos en su presencia, para que así podamos ver su gloria y entender su propósito en nosotros y que lo escrito en su palabra se haga tangible y deje de ser una mera teoría, como ve?