El día de ayer tuve la visita de una buena amiga a la que no había visto un largo tiempo y aprovechamos para ir a conocer un poco de la ciudad en la que vivo (Guadalajara, México), ya que a pesar de vivir aquí por un poco más de 2 años, no me he dado el tiempo para conocer aún los lugares típicos y tradicionales de la ciudad, a veces me apena que la gente me pregunte acerca de ciertos lugares y no saber que reponder, siendo que antes era una de las primeras cosas que solía hacer al mudarme, el conocer la historia y los lugares importantes de mi ciudad, ya que siempre lo he considerado como parte de mis funciones para poder ser un buen anfitrión.
Guadalajara tiene una Catedral muy emblemática y durante muchos años se usó como símbolo de la ciudad y a pesar de haber pasado en innumerables ocasiones por ahí, nunca me había dado la oportunidad de entrar, así que hoy me tomé unos minutos y lo hice.
Las iglesias son un lugar que me llaman mucho la atención, siempre paso largo tiempo imaginando lo que pensaban y sentían las personas que elaboraron tan detallados y minuciosos bordados y tejidos o bien los labrados de madera y fundidos de metales preciosos, cuando pienso en ello, los imagino tarareando algún himno por largo rato para agradar a Dios.
Hoy al estar sentado unos minutos en la Catedral de Guadalajara no pude evitar el remontarme a un viaje que hice el año pasado a Europa en el que como se imagina visitamos muchas pero muchas iglesias, recuerdo que estábamos en Bélgica y había unos tapetes enormes tejidos a mano, que mostraban escenas de la Biblia que son muy conocidas y fue muy edificante el poner imágenes a escenas que normalmente solo había visto en mi mente y en mi corazón.
A menos que me equivoque, fue en la ciudad de Brugge en donde me detuve a ver un gran tapete q ue mostraba la escena donde Jesús es bautizado por Juan el Bautista y el momento en que el Padre y el Espíritu Santo se hacen presentes, al ver los detalles y el celo que el artista guardó para ser lo mas fiel posible a lo que la escritura decía, no pude mas que sentarme y empezar a susurrar una canción de alabanza a Dios, mi corazón y el del artista estaban enlazados adorando al mismo Dios.
No pasó un minuto y le soy honesto, no estaba cantando fuerte, cuando se acercó a mi una persona y con un tono muy duro y de regaño me dijo: “como se atreve a cantar? que no se da cuenta que está usted en la casa y en la presencia de Dios?”
Se que lo que le voy a decir en un momento se va a escuchar un poco duro, pero lo primero que pensé dentro de mi fue: esta persona no tiene idea de quien es Dios y las cosas que le agradan.
Y no crea que pensé esto con la intención de juzgar a esta persona, ni por coraje por el hecho de que me haya callado, sino porque de inmediato vinieron a mi decenas de pasajes y de escenas en la Biblia donde Dios anima a su pueblo a celebrarle y como Él promete habitar en medio de la alabanza de su pueblo y no en el silencio y la solemnidad de una catedral o iglesia rimbombante.
David el Rey sabía esto, no en vano Dios le reconocía constantemente el hecho de tener un corazón conforme al de Dios, ya que David sabía perfectamente las cosas que agradan a Dios y le importaba mas el agradar a Dios que el acto solemne que otros esperaban.
La cita de hoy trata de cuando David recupera el Arca del Pacto de entre los Filisteos, el Arca era aquella que contenía los utensilios sagrados y las tablas que Dios había dado a Moisés, y era la que garantizaba la presencia de Dios en medio de su pueblo por tanto el recuperar el Arca era el mas grande motivo para celebrar, ya que esto garantizaba que Dios habitaría en medio del Pueblo de Israel de nuevo.
Mical era la esposa de David e Hija de Saúl el antecesor de David, ella, obviamente vivía y se comportaba como la Reyna que era, ella vivía de acuerdo a los estándares de la casa real y a las costumbres que en ella había, y aunque amaba y temía a Dios, jamás permitiría se le viera haciendo algún desfiguro o con ropas que no fueran dignas de una Reina, por tanto, imagine lo que sintió Mical al ver a su marido en mangas de camisa y cubierto en sudor danzando frente al Arca mientras entraba a la ciudad, su corazón (el de Mical) era duro y no hizo otra cosa mas que despreciar a su marido por lo que hacía, mas adelante en la Biblia dice que su dureza de corazón le llevó a morir sin dar a luz a hijo alguno.
En ocasiones decidimos pertenecer a ciertos grupos religiosos o a ciertas iglesias y sobre todo cuando somos nuevos, nos damos cuenta que en cada iglesia o en cada grupo se tienen tradiciones y costumbres diferentes y para poder encajar en ese grupo o en esa iglesia hay que aceptar esas tradiciones y esas costumbres o bien hacer el esfuerzo de participar en todas las actividades posibles, y si no lo hacemos corremos el riesgo de ser marginados o simplemente excluidos de esos grupos, pero no nos damos cuenta que estamos tomando el papel de Mical y no el de David.
Si lo piensa bien y a menos que haya leído la Biblia un par de veces, el nombre de Mical no le dice mucho, mas todos conocen el nombre de David el Rey, esto tiene una razón muy sencilla, David recibió promesa de ser recordado a causa de su corazón, ya que no solo era conforme al de Dios, sino que fue entregado a Dios por el mismo David.
Con esto le quiero decir algo muy sencillo, la mayoría de las iglesias celebran el Día del Señor hoy domingo, aunque algunas lo hacen los sábados y sabe, esas reuniones están llenas de muchas Micales y pocos Davides, es decir, están llenas de muchas personas que van a agradar a las demás personas y no a Dios, a Dios le gusta el júbilo, palabra de Dios nos promete que en su presencia (la de Dios) hay gran júbilo, por tanto, si el día de hoy va a ir a la iglesia, hágalo con actitud de David, no tenga miedo de lo que otros pueden pensar de usted, dance, cante, aplauda, tal como sucede en el Cielo y notará que un momento, solo un momento de alabanza que viene del corazón es mas bello y deja mayor huella en el corazón de Dios que el tapete mas elaborado en la iglesia mas ostentosa de cualquier lugar del mundo, no lo cree?