El libro de Job es un libro que me fascina, es un libro que de principio a fin habla de las tribulaciones causadas por Satanás a un hombre llamado Job y de como Dios le permite tocar su entorno, mas no su vida.
Muchas personas se consuelan con este libro, ya que tienden a comparar su sufrimiento o sus momentos malos con los de Job y al ver que por mucho que les pase, no les ha ido tan mal como a el, les es mas fácil el seguir adelante, pero siempre existe una tendencia a compararse con Job.
Una de las cosas mas frecuentes que escucho en los tiempos de consejería que doy es la famosa frase de “el Diablo no me deja de tentar” y sabe, a veces pareciera que lo hacen con el afán de compararse con el Diablo, verse a si mismos pequeños delante de el y no tener mas remedio que pecar, ya que es mas fuerte que ellos y no se dan cuenta que para que esto pudiera suceder, se necesitarían 2 requisitos indispensables:
El primero y el mas importante, tenemos que recordar que Satanás, el Diablo, el Chanclas o como quiera usted llamarle, fue vencido en la cruz, de manera que ya no tiene ningún tipo de autoridad sobre la tierra, ni sobre nosotros, a menos que decidamos dársela, ante esto Dios ya no puede hacer nada, es decir, Jesús venció a Satanás para que pudiéramos vivir una vida gloriosa, pero también nos dio un libre albedrío para decidir sobre aquello que queremos y esperamos para nuestra vida, de modo que si nosotros decidimos darle entrada a Satanás a nuestra mente y nuestro corazón, pues ahí si que Dios no puede hacer mas que prevenirnos, ya que siempre respetará nuestra decisión.
Y segundo y que es aquello de lo que quiero hablarle esta mañana, es el hecho de que Satanás no se mete con cualquiera, es decir, para que podamos asegurar que Satanás nos ataca, tenemos que ser alguien especial y se lo voy a explicar.
Solemos decir que amamos a un Dios al cual normalmente no conocemos, primeramente porque insistimos en no leer la Biblia que habla de Él y segundo porque amamos los mitos y misticismos que las personas inventan sobre Él, sabiendo y entendiendo esto, podemos entender que la Biblia prácticamente no habla de Satanás, ya que no es el objetivo de Dios que le conozcamos ni que tengamos una relación con el, Dios escribió la Biblia para incentivar a que fuera Dios con quien tengamos esa relación, mas aún en los detalles mas pequeños, siempre pensamos en lo malo y en la intervención satánica, como si supiéramos de que o de quien se trata, se ha puesto a pensar en eso?
Ahora bien, Dios nos dio una ley, la cual tiene beneficios por la obediencia y consecuencia por la desobediencia (Deuteronomio 28), en donde podemos entender que si nos va mal en la vida, el Diablo no tuvo nada que ver, y Dios tampoco, es simplemente la consecuencia de nuestro comportamiento, no es que Dios nos castigue, ni es que el Diablo disfrute de hacernos sufrir, vivimos bajo las consecuencias de nuestros propios actos sin que nadie, absolutamente nadie tenga nada que ver en lo que nos sucede, interesante, no?
Ahora bien y regresando al tema de Job, Job era un hombre recto, era un hombre que no solo amaba, sino que temía a Dios al grado que Dios lo presumía y se agradaba de el, y solo entonces fue que Satanás le pidió permiso para tribularle, pero note esto, Satanás no nos puede tocar a menos que Dios se lo permita!
El riesgo al entender esto a medias es que muchas personas tiendan a pensar que les pasan cosas “malas” porque “Dios por algo hace las cosas”, pero tiene que entender el concepto completo, para que se de cuenta que no es así.
El hecho de que Dios diera autoridad o permiso a Satanás para tribular a Job, tenía que ver con 2 cosas importantes, la primera, el Diablo sabía perfectamente lo importante que Job era para el Reino de Dios y lo trascendente que era su permanencia en la tierra, por eso quería tentarle y acabar con el, por otro lado Dios conocía el corazón de Job y sabía que su confianza en Dios era tal que no claudicaría y no flaquearía ante la adversidad, es decir, Dios proveyó a Job de las herramientas necesarias para pasar por la tentación del Diablo.
1 de Corintios 10:13 nos dice que Dios nos da juntamente con la tribulación la salida, en otras palabras y en términos mas coloquiales, Dios no nos permite pasar por pruebas mas difíciles de las que podamos soportar y salir con éxito, pero con el perdón y el respeto que usted me merece, eso no es para cualquiera, eso es solo para personas con madera de campeón.
Y con esto no le quiero decir que Dios haya escogido a unos cuantos “especiales”, mas bien Dios se agrada y usa a aquellos que deciden conocer a Dios, que deciden creerle y ser especiales por el Dios especial que habita en su corazón, nota la diferencia?
Es por eso que la siguiente vez que pase usted por un momento difícil, le recomiendo que antes de abrir su boca y echarle la culpa al Diablo que probablemente no tenga culpa en el asunto, busque su Biblia, lea acerca de lo que la Biblia habla como consecuencias del pecado y de la desobediencia, y aprenda como corregir su caminar para que ya no le vaya mal.
O bien tiene la alternativa de dejar de ser un hijo “promedio” de Dios y dedicarse a establecer el Reino de Dios y hacer daño en territorio de nuestro enemigo, para que pueda ser objeto de los ataques de Satanás y pueda ser usted quien le recuerde al Diablo que fue vencido en la cruz y que no tiene ningún tipo de autoridad sobre usted o sobre su casa.