Hace un par de semanas tuve la oportunidad de ir a visitar a mi hermano y su familia que recientemente se mudaron de ciudad, hacía cerca de un año que no los veía y tenía mucha ilusión de verlos.

Al ver a mis sobrinos me sucedió algo muy extraño, pero muy lindo a la vez, en cuestión de segundos me transporté a mi infancia y todo era como si mi hermano y yo fuéramos los que jugábamos, hablábamos y corríamos, era impresionante ver a mis sobrinos comportarse de la misma manera que lo hacíamos mi hermano hace algunas décadas e incluso imitar gestos, palabras y modismos que no pudieron ver en ningún momento, ya que no habían nacido en ese entonces!

El gusto por ver a mi familia se convirtió en una experiencia fascinante, en un sentimiento lleno de nostalgia y a la vez de gran alegría, pero no podía dejar de asombrarme en lo parecido de mis sobrinos a mi hermano y a mi hace unas semanas, no cabe duda que los genes y la convivencia diaria han hecho bien su trabajo.

Después de regresar de ver a mi familia, me dio el síndrome de las familias embarazadas, en todas partes empecé a ver el mismo fenómeno, el Facebook se empezó a llenar de fotografías de Padres e hijos que duermen en la misma posición o de hijos que adoptan gustos o modos de sus Padres y que se yo, de alguna manera no lo podía evitar ver en todos lados y no podía ignorarlo, Dios estaba a punto de decirme algo!

Una de las cosas que mas disfruto de hacer en mi ministerio es el platicar con las personas, el entender sus situaciones y el poder tratar de dar algún consejo o algún comentario que les ayude y haga de su vida una vida mejor y con mas de Dios en ellas, pero sabe, a veces me preocupo, porque he aprendido a usar un lenguaje hasta cierto punto repetitivo, casi todas mis respuestas comienzan con un “es muy sencillo” y he empezado a notar que algunas personas instalan en su rostro una expresión de interrogación inmediata como si por el hecho de decir la palabra “sencillo” les hablara de algo que les es totalmente ajeno.

Las religiones y las leyendas urbanas se han encargado de hacernos creer cosas acerca de Dios que no son ciertas, hay personas allá afuera que disfrutan de hacernos sentir culpables y pecadores sin remedio y a veces ni siquiera entiendo con que propósito lo hacen, pero nos llenan la cabeza de ideas que primeramente nos alejan de Dios y segundo, nos hacen sentir que todas las cosas son difíciles y que tenemos que pagar un precio alto por lo que pretendamos recibir de Dios.

Tomando en cuenta todo esto, me refiero a lo experimentado en la visita a mi familia y el lenguaje que uso con las personas con las que platico, no me quedó otra alternativa mas que afinar mi oído y abrir mis ojos para no perder detalle en todo lo que Dios pudiera mostrarme y por fin entender este asunto, y como siempre cuando las cosas son de Dios, la respuesta no se hizo esperar.

Hace unos días llegó de visita el Papa de mi compañero de casa y es muy interesante el observarlos, porque Carlos mi amigo y compañero ha cambiado mucho en el tiempo en el que lleva viviendo aquí, pero solo le tomó un par de horas de estar en contacto con su Padre y de nuevo adoptó su antigua forma de caminar, su antiguo lenguaje e incluso el tono de voz norteño que distingue a los Regiomontanos y a su familia, quien lo viera, jamás se daría cuenta que lleva casi un año lejos de casa!

Cuando vi y entendí esto, me cayó el veinte! (como decimos en México cuando nos referimos a que algo nos quedó claro), todo se trata de la familiaridad y todo lo que hacemos y lo que entendemos lo aprendemos en casa.

De Dios podemos aprender en muchos lugares, la pregunta es si aquello que aprendimos acerca de Él es cierto y como lo podemos aplicar a nuestra vida, de hecho aun aprendiendo de alguien que dice saber de la palabra de Dios, debemos de comprobar cada cosa que nos dice en la Biblia y en oración, porque cualquiera es susceptible de equivocarse y no podemos creer en un Dios al que no conocemos y del cual sabemos mas mitos que realidades.

La cita de hoy es una que me emociona al extremo, trate de imaginar esto, había un Centurión que tenía un esclavo Judío y como era de esperarse el esclavo le hablaba a su amo del Dios al que amaba, cierto día el esclavo cae enfermo y su amo va a donde Jesús a pedirle que sane a su esclavo, Jesús a esto le responde afirmativamente y esta dispuesto a ir donde el esclavo, pero el Centurión estaba tan familiarizado con el poder de Jesús que le dice que no es necesario que vaya, que solo tiene que decir que es sano y con eso es mas que suficiente, a lo que Jesús responde “como creíste te será hecho”.

Todos sabemos que tenemos un Dios genial, pero lo tratamos como si fuera un Dios lejano y ajeno, todos dicen amar a Dios e incluso asegurar que es lo mas importante en su vida, pero a diferencia de lo que vemos en las relaciones de Padres e Hijos y de como aún los gestos, las muecas y los hábitos se transmiten y se hacen patentes y evidentes, a las personas no les sucede así con Dios.

De hecho a muchas personas les cuesta mucho trabajo pasar tiempo en intimidad con aquel Dios que dicen tanto amar y no saben ni que decirle ni como obtener su favor, no le tratan como un Padre sino como una caja registradora, un ungüento mágico o un remedio milagroso, y es por eso que no se parecen nada al Dios al que tanto llaman Padre.

No crea que este devocional es un regaño, mas bien es una exhortación, es una invitación a creer, es una llamada a despertar, para que cuando menos lleguemos a tener la fe del Centurión, en donde recibamos el favor de Dios no por nuestro problema o nuestro amor, sino por estar seguros de quien es Él y la identidad que recibimos por medio de Él, como le decía, no podemos creer en un Dios al que no conocemos, pero note como el amor del esclavo por Jesús quedó grabado en la mente y el corazón de su amo, al grado que le dio fe para hacer un milagro en la vida de su esclavo.

Es por eso que si usted anhela el favor de Dios, lo único que tiene que hacer es hacerse familiar con Él, pase tiempo en su presencia, pase tiempo leyendo su palabra, para que sin darse cuenta vaya adoptando las buenas costumbres de los hombres de la Biblia y lo que Dios nos pide, hasta que la presencia de Dios se note en su vivir, sin tener que cambiar nada, solo que se le note que es el hijo del Dios Altísimo del Rey de Reyes y que el mundo entero este a sus pies por consecuencia de ello.

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Un comentario

  1. Patricia G.

    Hola René

    Buen día, me gustó mucho el devocional de hoy, seamos pues imagen y semejanza de nuestro Dios buscándolo en todo momento estándo en su prescencia..

    Que Dios le bendiga..