En las cosas de Dios sucede un fenómeno curioso, a la mayoría de las personas les causa un poco de pereza el leer, el orar, el pasar tiempo en la presencia de Dios, pero a su vez a nadie le gusta que su “espiritualidad” sea cuestionada, tanto que han surgido todo una nueva gama de conceptos alrededor de como las personas dicen llevar su relación con Dios.

A lo largo de mi caminar con Cristo y entender su palabra, me he dado cuenta que la mayoría de las personas usamos palabras, términos y conceptos que en realidad no conocemos, o que no sabemos su significado, tenemos una idea de la que no estamos seguros  pero que vimos o escuchamos que alguien mas la usó con gran firmeza y le imitamos.

Uno de esos términos que le comento es el de la palabra “espiritualidad”, y créame, no me dejo de asombrar cuando las personas se acercan a mi y me dicen es que yo soy “espiritual pero no religioso”, la verdad me cuesta mucho trabajo siquiera imaginarme a que se refieren con eso, ya que no saben lo que dicen y no es mas que una excusa para no acercarse verdaderamente a Dios.

Una persona espiritual es aquella que primeramente tiene un espíritu y para ello tuvo que haber nacido de nuevo, eso es un requisito que Jesús nos dejó mas que claro cuando estuvo entre nosotros, de manera que alguien que nunca ha confesado literalmente a Jesús como su Señor y Salvador, no puede decirse espiritual, ya que no posee lo indispensable para serlo, además de eso, quien es espiritual, es quien obedece al Espíritu Santo, y sucede que el Espíritu Santo solo habla las cosas de Dios y esta directamente relacionado con la palabra de Dios, de hecho el Espíritu Santo es quien da vida a la palabra por así decirlo, en otras palabras, es quien hace que la palabra tenga una aplicación y sentido en la vida cotidiana, la segunda carta a los Corintios en el versículo 6 del capítulo 3 nos dice que sin el Espíritu, la palabra de Dios no es mas que un conjunto de reglas que llevan a la muerte.

Es decir aquellos que tienen dificultad con leer la Biblia y consideran que es por demás aburrida y que no la entienden, es porque probablemente nunca se hayan hecho acompañar del Espíritu Santo para leerla, no lo cree?

Y por favor no crea que este devocional es para exhibir a nadie y para hacerlo sentir mal, es todo lo contrario, a veces tenemos que ser confrontados con nuestros hábitos y nuestras maneras de hacer las cosas, para darnos cuenta que lo estamos haciendo mal y que tenemos una mejor manera de hacerlo y con ello obtener mejores resultados en todo lo que hagamos y mas con algo tan delicado y tan importante como nuestra relación con Dios.

Hace ya algunas semanas esto ha resonado una y otra vez en mi cabeza y en mi corazón: las personas abren la Biblia buscándose a si mismas y no a Dios y cuando no se encuentran, o no encuentran cosas relacionadas a ellas, se aburren y dejan de leer. Es justamente por eso que es tan importante el entender el concepto de la espiritualidad, ya que es lo que hace que nuestra lectura llegue a otro nivel y empecemos verdaderamente a conocer a Dios, todo por el simple y sencillo acto de nacer de nuevo!

Ahora bien, ya que nuestra relación con Dios es algo íntimo, las personas juran que pueden engañar a otros haciendo alarde de lo cercanas que son con Dios y tratan de aparentar algo que en realidad no son, siendo que corren un gran riesgo, ya que primeramente esto les hace mentirosas, esto de inmediato les pone en pecado y les aleja de Dios, segundo, el que estuvo en presencia de Dios, se le nota y no lo puede disimular, y exactamente igual es al contrario.

Dios es un ser asombroso y quien entra a su presencia queda impregnado de su fragancia y de todo lo que hay en su Reino, uno de mis pasajes favoritos de la Biblia es el capítulo 33 del libro de éxodo que describe a Moisés al salir de la presencia de Dios y narra como su rostro resplandecía al grado que aun los Israelitas temían acercarse a Él, pero era la señal clara de que había estado cara a cara con Dios.

Hoy en día todas esas cosas de las cuales la Biblia habla están a nuestro alcance, no tienen ningún requisito especial mas que un corazón dispuesto y una fe que esté decidida a creer en lo que está escrito en la Biblia, es decir que tenga una fe fundamentada en las cosas de Dios y no en las cosas que necesita o quiere.

La cita de hoy es una que me recuerda todos los días el lugar en el que anhelo habitar, el salmista entendía justo lo que le describo hoy, y dijo con gran seguridad de lo que hablaba acerca del efecto de quien es verdaderamente espiritual, note como dice “aquel que habita” no el “que va de visita de vez en cuando” y como su corazón refleja alabanza, y la alabanza no es otra cosa que la entrega de nosotros mismos a quien es Dios, en otras palabras aquel que vive en la constante presencia de Dios, no puede vivir para nadie que no sea Él, y no crea que para vivir en la constante presencia de Dios le es necesario pasársela en la iglesia y alejado del mundo por el contrario, recuerde que una de las características mas emocionantes de Dios es su omnipresencia, pero a diferencia de lo que muchos creen, no es que “Dios vaya con nosotros”, sino que nuestro espíritu esté con Él todo el tiempo, que es diferente.

El día de hoy le quiero hacer una invitación especial, revise sus conceptos de lo que cree acerca de Dios, y empiece por verificar cada uno de ellos en el diccionario primeramente y luego vaya a la Biblia (una Biblia en internet es muy útil, le ayuda a encontrar de manera mas fácil y rápida lo que busca), y una vez que los haya buscado y encontrado, llévelos delante de Dios y permítale que éste le hable y le explique, para que pueda usted ser verdaderamente espiritual y se mueva guiado por el Espíritu y tenga sus efectos y beneficios constantes, tal como el salmista lo describe.

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