Aprender como orar es un gran reto para muchos, ya que en ocasiones escuchan a otros que lo hacen con gran elocuencia y fluidez y eso les pone nerviosos, ya que tienen la falsa creencia de que es un estándar y que todos tenemos que llegar a orar de esa manera.

La realidad es que aunque solemos juntarnos con otros para orar e interceder, lo que Dios busca de nosotros para nuestro tiempo de oración es la intimidad, es decir, busca nuestro tiempo a solas con Él, en donde podamos ser libremente nosotros y Él pueda ser libremente Dios.

Hace unas semanas leía el capítulo 33 del libro de Éxodo y leía de nuevo y con gran emoción como era que Moisés entraba delante de la presencia de Dios y platicaba y la Biblia describe el hecho de que platicaban “como quienes son amigos”, se lo puede usted imaginar?, a diferencia de como son las cosas hoy en día, no cualquiera podía entrar delante de Dios y quien lo hiciera tenía que estar perfectamente limpio, tanto física como moral y espiritualmente, cada vez que alguien se presentaba delante de Dios, se jugaba la vida, no era sencillo, mas aún así Moisés lo logró, entraba delante de la presencia de como su amigo, logró desarrollar intimidad con aquel con quien pareciera imposible hacerlo.

Cada vez que veo este tipo de cosas descritas acerca de los hombres de la Biblia me emociono, y suelo no pasar de esa parte de la Biblia hasta no entender bien lo que ahí dice y hasta darme cuenta que yo también tengo acceso a ello, y que es uno de los motivos por los cuales esta escrito en la Biblia, para que pueda perseverar.

Lejos de hacer reverencias y frases elaboradas delante de Dios, la oración es justo lo que Moisés hacía y así hicieron muchos, y mejor aún, así podemos hacer nosotros, eso le quita peso a cualquiera que está sufriendo ante el hecho de ponerse a orar.

Ahora bien, no podemos dejar de tomar en cuenta que estamos hablando de tener intimidad con el Creador del Universo, es decir, podemos llegar a desarrollar confianza, pero no ser confianzudos ni pasarnos de la raya, muchas personas creen que porque pueden entrar directo delante de Dios y tener confianza con Él, hasta le pueden decir “Chuy”o “Diocito”, siendo que pasan por alto que su nombre es sobre todo nombre, en otras palabras minimizan su poder y su impacto, todo por querer tener confianza y demostrarles a los demás su intimidad con Él.

Piénselo de esta manera, imagine que recibiera usted una invitación de la Reina Isabel de Inglaterra, y le invitara a charlar porque escuchó que es usted muy ameno y quisiera poder comprobarlo, que haría usted? (además de aceptar, obvio), como se prepararía para su cita?

Para poder entrar con la Reina, hay que seguir un protocolo, hay que saber las reglas de como comportarse y hay que entender como es que funciona el Reino de la Corona Inglesa, para poder llegar a la Reina, tendría usted que pasar por todo el proceso, una vez que llegue usted delante de ella y la puerta se cierre, será ella quien le guíe en la plática y le de pauta a sentirse cómodo, con Dios no es diferente.

Y cuando digo que no es diferente, me refiero al hecho de que nos es necesario expresar nuestro verdadero interés de tener intimidad con Dios, nos es necesario el anhelar su presencia y descubrir el Reino que lo rodea, porque si anhelamos entrar a su presencia y entrar en confianza delante de Él para solo terminar pidiéndole algo, entonces estamos fritos! eso y escribirle una carta da exactamente lo mismo, no lo cree?

Estoy seguro que la Reina Isabel es una mujer muy amena y estoy completamente convencido de que es sumamente sabia, pero lo atractivo de ella es el Reino que ha sabido mantener y engrandecer, con Dios es exactamente de la misma manera, cuando conocemos el Reino y lo entendemos, aprendemos a conocer a Dios.

Por favor no se asuste ni piense que de la nada he puesto un montón de trabas para ir delante de la presencia de Dios, no, de hecho si quisiera usted entrar así nomás como así, probablemente llegue a la presencia, pero no le aseguro que pueda usted llegar una conversación como la que llevó Moisés, ya que tenemos que recordar que en toda amistad hay 2 participantes, y ambos tienen intereses y gustos, mientras mas sepa usted de su amigo y mas se esfuerce por agradarle, mas fácil será entrar en confianza.

La oración es un lugar seguro, es un lugar agradable, es un lugar donde puede usted confiadamente depositar su vida y tener la garantía que siempre saldrá mejor, es un lugar en donde no necesita fingir ni ser alguien mas que no es usted, su oración es el encuentro con aquel que anhela ser su amigo, y ante todo la oración es algo que usted no tiene que demostrar a nadie, su intimidad no tiene porque ser exhibida, es por eso que cuando ore acompañado de otros, no se preocupe por lo que ellos piensen o como ellos oren, usted imagínese a usted mismo entrando por cada una de las cámaras del palacio y avanzando hasta encontrarse con el Rey, y esperar a que se cierre la puerta, para que una vez que así suceda, pueda usted correr a sus brazos y abrazarle confiadamente y pueda sentarse a sus pies a vaciar su corazón, sabiendo que siempre habrá consuelo y buenas nuevas para usted, ya que se encuentra con su amigo el Rey.

¡Comparte esta entrada, elige tu plataforma!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *