Creo que todos hemos escuchado en alguna ocasión la reflexión acerca de que haríamos si nos encontráramos a mitad de la noche en un crucero con el semáforo en rojo y una patrulla de policía a lado, es interesante reflexionar sobre el hecho de que todos acostumbramos quebrantar la ley (aunque se lea muy dramático) cuando nadie nos ve, solemos exceder el límite de velocidad en la carretera cuando no hay policías cerca, nos estacionamos en lugares prohibidos ya que es “solo por un momentito”,  nos pasamos uno que otro alto, o simplemente ir a meterle la cuchara al guisado de Mamá mientras está cocinando y nos advirtió de no hacerlo.

He tratado de entender el porqué hacemos esto y le soy honesto, no he encontrado una respuesta que responda satisfactoriamente a esa necesidad de salirnos con la nuestra, de sentirnos mas inteligentes que la ley, en ocasiones pareciera que tuviéramos una adicción a hacer lo incorrecto y luego justificando al minimizar el hecho, le ha sucedido?

Al no ver a nuestra autoridad se nos hace fácil hacer todo tipo de cosas, y aun si somos sorprendidos en el acto, es impresionante la cantidad de excusas y pretextos que podemos inventar para salirnos con la nuestra y escapar al amargo sentido de culpabilidad que tanto nos acosa.

Como le decía, con el tiempo nos acostumbramos a salirnos con la nuestra e incluso nos volvemos descarados, al cabo la gente no nos ve y si nos ve, poco a poco vamos bajando los estándares de nuestra moral, hasta cambiar nuestro estilo de vida, aunque no lo crea, es 100% cierto, incluso hay quienes cambian inconscientemente de amistades para no sentirse mal!

Y peor aún, nos acostumbramos a quedarle mal a Dios, a pesar de que todas las personas dicen tener a Dios en su vida y la gran mayoría instintivamente responde que es lo más importante en sus vidas, pero como nunca le han visto y como nunca le han escuchado y obviamente no viven conscientes de su presencia constante, empiezan a pasar por alto sus estatutos y mandamientos y se justifican con la falsa creencia de que “Dios es amor y todo lo perdona” y creen que pensar un minuto acerca de lo que hicieron y sentirse mal por ello es equivalente a arrepentirse y sin darse cuenta tienen una lista enorme de cosas o situaciones en las que le han quedado mal a Dios, de hecho quiero entender que es una de las razones por las cuales la gente mejor se dirige a los ídolos y santos, es mas fácil deberle poco a muchos que mucho a uno solo (esto es solo mi opinión y no pretendo ofender a nadie con ello) .

Sabe, desde que empecé a leer la Biblia, me di cuenta que es un libro sumamente repetitivo, Dios nos pide lo mismo una y otra vez, desde Génesis hasta Apocalipsis y esto lo hace con la intención de que nos demos cuenta que nada cambia, el Dios del antiguo testamento es el mismo Dios del nuevo testamento, que nos envió a ser sus representantes y gobernar sobre esta tierra, pero imagine esto:

En México acabamos de elegir Presidente, lamentablemente se hablan muchas cosas de la persona que fue elegida e incluso se dice que compró las elecciones y que se yo cuanta cosa, la verdad, eso no es importante para mi, ya que la Biblia dice que es Dios quien pone las autoridades sobre nuestra cabeza y que lo hace conforme a lo que meceremos, pero cada vez que pienso en esta persona, no puedo evitar el ponerme en sus zapatos y el pensar lo difícil que debe der ser ser el en estos momentos, el estar a punto de gobernar a un pueblo que insiste en no reconocerle y no quiero pensar como se debe de sentir si es que alguna de las acusaciones que le inmutan son ciertas.

Pero sabe, no necesitamos ser el Presidente electo de nuestro país para reflexionar de esa manera, normalmente nos sentimos igual que como nos imaginamos que el se siente, solo que no tenemos a millones de personas protestando en nuestra contra, solo nuestra consciencia nos recuerda cada día quienes somos, una y otra y otra y otra y otra vez, hasta que logra hacernos sentir tan mal que no nos sentimos dignos de ir delante de la presencia de Dios y nos hace sentir que no merecemos su favor.

Esto que le cuento es pan de todos los días en mi vida, me encuentro con personas que se encuentran completamente detenidas ya sea en lo laboral, en lo sentimental o en lo espiritual a causa de la culpa, y todas ellas empezaron en el mismo lugar, sintiéndose mas inteligentes que su autoridad y quebrantando sus reglas.

Afortunadamente Dios ya sabía que íbamos a pasar por esto y por eso nos dejó no solo su ley, sino un instructivo de como vivir por escrito de manera que aprendiéramos no solo a vivir correctamente, sino a enfrentar nuestros hechos y nuestras decisiones, a pasar con la frente en alto la responsabilidad por nuestros actos y a tomar decisiones a nuestro favor y no volver a cometer cada error en nuestra vida mas de una sola vez.

La cita de hoy retumba en mi cabeza y en mi corazón de manera constante, amo el que cada día Dios me recuerde una sola cosa el que “mi sí sea sí y el que mi no sea no”, es decir, que si digo que Él es mi Dios, viva realmente gobernado por Él y sus reglas y estatutos y me de cuenta que las recompensas de la integridad son mas dulces que esos pequeños momentos llenos de adrenalina con consecuencias amargas en nuestra consciencia.

Sabe, si se puede, es un proceso, un proceso de consciencia, donde debemos de estar siempre atentos a lo que decimos y a lo que pensamos incluso, para luego compararlo con lo que hacemos y luego llevarlo al siguiente plano que es lo que la gente ve en nosotros y de nosotros, para que dejemos de tener una vida promedio y aspiremos a tener una vida gloriosa, no una vida que otros envidien, sino una vida que otros anhelen y de la cual podamos dar testimonio y compartir la receta sin tener secretos ni miedo a que descubran que no es tan agradable como se ve desde afuera.

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Un comentario

  1. Juana de Jesus Aceves

    Hermano que ¡golpe! me da vergüenza reconocerlo pero yo batallo todos los días con las mentiras, antes las miraba como algo común, pero ahora cada que se me sale una sufro, y tal vez no son mentiras para engañar o dañar a alguien pero ahi estan presentes, ese horrible hábito lo he puesto en el altar , y muchas , muchas veces me gana ese hábito, aunque diario suplico por eliminar ese habito no puedo evitar sentir tristeza sentirme tan lejana de la integridad para agradar a Dios, si esta en sus manos le agradeceria un consejo. Dios le bendice y le guarda.