Cuando somos pequeños se nos da la oportunidad de soñar acerca de lo que queremos ser cuando seamos grandes, es interesante, ya que la mayoría de las personas sueña con ser alguna profesión de servicio cuando están grandes, desde policías, bomberos, médicos, carteros o que se yo, que interesante que a nuestra temprana edad aún respondamos a la necesidad natural de servir a otros.

Conforme pasa el tiempo, este deseo de servir a otros, se va perdiendo y empezamos a soñar con ser personas exitosas y en menos de lo que nos damos cuenta, empezamos a soñar con ser alguien reconocido, alguien que hace cosas asombrosas o que tiene talentos que todos reconocen.

Y por último, nos vemos forzados a tomar alguna decisión acerca de lo que queremos ser el resto de nuestra vida y nos encajonamos a una profesión o un oficio convencional para terminar siendo igual que el resto de las personas y entrar en el ciclo productivo de nuestro entorno.

Obviamente esto último no tiene porqué ser trágico ni mucho menos, solo que a veces olvidamos la emoción de nuestros sueños y el entusiasmo con el que queríamos ser algo y la manera en la que vivimos hoy en día.

Todo esto viene a colación, porque hay muchas cosas en nuestra vida que se van perdiendo y dejamos de soñar en ellas, porque nos vamos enrolando en la vida cotidiana, y vamos encontrando otras cosas en las cuales soñar y satisfacer esa necesidad de tener cosas emocionantes en nuestra vida.

Una de esas cosas con las que soñamos y que mantienen nuestra llama encendida es la esperanza de tener una buena relación con Dios y que haga cosas asombrosas en nuestra vida, no me deja de impresionar que las personas suelen hablar siempre en futuro acerca de las cosas que anhelan y esperan de Dios y que todas tienen la consciencia de que hay algo mejor para ellas.

Ojo!, y repito!, este no es un mensaje fatalista en el que se habla de lo que las personas no logran, al contrario, conozco a miles y miles de personas que aman lo que hacen y que es parte de un sueño cumplido, pero a su vez el hombre tiene la necesidad natural de soñar y de anhelar cosas buenas y mejores en su vida y entre esas cosas, están las cosas de Dios, y en muchas ocasiones es preocupante el hecho de que ese sueño es de aquellos que nunca se realizan, y hay muchas razones para ello.

Lo que mas me llama la atención es que cuando se habla de Dios, normalmente se habla en futuro, muchas personas dicen que algún día quieren acercarse, algunas se acercan y empiezan a hablar en futuro acerca de conocer bien a Dios, otras tantas deciden conocer a Dios y hablan en futuro de servirle, las que deciden servir hablan acerca de que quisieran ser bendecidas plenamente algún día y así sucesivamente, pero conozco muy pocas personas que dicen y respaldan con sus hechos el vivir plenamente en Dios, pocos dan ese paso y viven como esperan.

Lo interesante es que a pesar de que muchos ven el acercarse a Dios, el recibir sus beneficios y vivir una vida gloriosa como algo lejano, es mucho mas sencillo de lo que creen!, en realidad todo lo que tienen que hacer es una simple y sencilla confesión de fe que los lleve a nacer de nuevo y con ello cambiar de identidad.

Cuando hablamos del cambio de identidad es cuando se pone buena la cosa, ya que la consciencia de muchas personas las orilla a pensar que requiere de mucho esfuerzo y el dejar de hacer muchas cosas que les agradan para poder ser agradables a Dios, y en realidad no es así, una vez que nacimos de nuevo, nuestra naturaleza es cambiada, recibimos un espíritu que es el que se comunica con Dios y depende de cuanto es que usemos ese nuevo espíritu, que escucharemos a Dios y entenderemos lo fácil que es vivir una vida en Él y dejar de hablar solo en futuro acerca de las cosas de Él.

Hace unas semanas alguien me escribió y me reclamaba que yo constantemente escribía en estas líneas la frase “es muy fácil” cuando hablaba acerca de las cosas de Dios y según me dice, las cosas no son tan fáciles como las hago parecer, pero sabe, en realidad es cuestión de conocer y creer aquello que Dios nos dejó por escrito, y la cita de hoy es una muestra de ello, nos habla de que aquellos que han nacido de nuevo ya no son ajenos y ya no son extranjeros, ahora es solo cuestión de regresar a nuestros sueños y encontrar en la palabra de Dios el como cumplirlos y no ceder ningún detalle, ya que el poder del Reino de los Cielos, el poder de Dios está en nosotros para que seamos todo lo que soñamos, que seguramente Él sembró en nosotros para que no dejáramos de perseverar y de soñar.

El secreto está en ser conscientes de nuestra nueva identidad, el entendernos como parte de la familia de Dios y saber que todo aquello que está en el Reino de los Cielos que es donde Dios habita, está a nuestro alcance y con ello podemos dejar de soñar y empezar a vivir nuestros sueños.

Dato interesante: si vivimos nuestros sueños acerca de Dios, no habrá ningún sueño acerca de lo terrenal que no pueda ser cumplido, todo esta en que creamos en ello fundamentados en la palabra de Dios y nos atrevamos a llevarlo a cabo.

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3 Comentarios

  1. Juana de Jesus Aceves

    Gracias a Dios por el mensaje que nos envia por medio tuyo, te pregunto si quieres y puedes responder tienes algun analisis dela personlidad del apostol Pedro que me puedas proporcionar por este medio sabes se me hace sumamente interesante su personalidad y me encantaria tener un estudio de alguien más profesional que yo. de antemano gracias, quedo espernado tu respuesta.

  2. Sara

    Doy gracias a Dios por este devocional, y gracias por compartirlo también. En estos momentos en los que tengo tantos sueños relacionados precisamente con la carrera que primeramente Dios comenzaré a estudiar en Febrero fue de gran bendición. Primero saber que Dios está a mi lado en el primer paso que es el examen de admisión, en Él puedo pasarlo! Segundo, no rendirme ante las adversidades que es probable que se presenten durante la carrera y tercero salir victoriosa