Diariamente nos enfrentamos con la persona del espejo y diariamente tenemos que recordar la diferencia entre la persona que proyectamos, la que queremos que otros perciban y la persona que realmente somos, y sabe, realmente no lo entiendo, a pesar de que por años practiqué este ejercicio, nunca lo entendí, pero durante mucho tiempo jugué ese juego, durante años participé en esta dinámica y me llené de hábitos que giraban alrededor de la persona que necesitaba que otros percibieran y que escondiera todo aquello que era real pero no tan atractivo como uno quisiera ante los ojos de los demás.

Este proceso es algo natural y es algo que hacemos de manera inconsciente, y lo empecé a detectar cuando empecé a escuchar a las personas hablar de su pasado, cuando vi que  la tendencia de todos es a evolucionar y aún quienes no tienen un buen concepto de si mismos, tienden a querer estar mejorando su imagen todo el tiempo.

Cuando evolucionamos y crecemos en algún sentido, cuando dejamos atrás los malos hábitos, lo primero que solemos hacer es el destacar aquella vieja característica y hacerla notar como ajena a nosotros, dejando en claro que fue parte nuestra, pero ya no lo es.

Una de las cosas que me llaman mucho la atención, es que nuestro diario vivir esta lleno de esas cosas que ya no somos, pero que si fuimos y que en realidad no aportan nada a nuestra vida, ya que no nos dan identidad.

Cuando digo que no nos dan identidad, es porque llegamos a un punto en nuestras vidas, en donde hablamos mas de quienes fuimos que de quienes somos, y sabe porqué es eso?, es muy sencillo, porque simplemente no sabemos quienes somos, nos queda muy claro quienes fuimos y nos queda muy claro a donde no podemos ni queremos regresar, pero no nos queda del todo claro quienes somos, ni donde estamos parados, le ha sucedido?

Esto que le cuento es mas que normal y es mas que natural, ya que los medios de comunicación, el ambiente que nos rodea e incluso las iglesias han marcado un estándar de lo que se debe de esperar de nosotros, y todo el tiempo lejos de aspirar a llegar a ese estándar, lo que solemos hacer es señalar en nosotros mismos y en otros todo aquello que es malo y no va con el estándar que se espera de nosotros, en menos de lo que esperamos, nuestra forma de ver la vida y vernos a nosotros mismos se llenó de cosas negativas y cosas que cambiar, lejos de tener un ideal que seguir, tenemos un montón de cosas que eliminar de nuestra manera de ser.

Es por eso que es tan difícil para muchas personas el acercase a Dios, ya que primeramente no entienden quien es Dios ni cual es su efecto en nosotros, y luego, su constante consciencia de lo que no es agradable en ellos, les hace sentir culpables para con ese Dios a quien no conocen y les genera una barrera que no les permite acercase, es un pequeño pero destructivo círculo vicioso.

Muchas personas no abren la Biblia, porque tienen la idea de que de ella brotarán señalamientos y cosas que tienen que cambiar en sus vidas, pero sabe, la Biblia es todo menos un libro acusador y señalador, por el contrario, la Biblia esta llena de frases atractivas, de costumbres y características que nos hacen mejores, nos dan una línea de comportamientos a seguir y a imitar y nos enseña todo aquello que podemos llegar a ser si le permitimos a Dios trabajar en nosotros.

El proverbio de hoy es uno que me encanta, es uno que conozco hace años y que siempre ha sido una meta a alcanzar para mi, no es para nada una frase que me haga sentir culpable si no tengo esa característica, sino es una esperanza de la persona que puedo y que quiero llegar a ser.

Una de las mejores cosas que tiene la Biblia es que es una medida, no para compararme con otras personas, ni con el viejo yo, sino es una medida que me permite ir y entender que tan cerca estoy de verdaderamente imitar a Cristo y me permite animarme al entender que cada día estoy mas cerca, la Biblia me permite saber quien soy hoy y me permite entender quien seré mañana, pero deja en el pasado y en el olvido quien fui ayer, ya que no es importante.

Para quienes no conocen a Dios, aquellos que pasan por alto las ofensas son débiles, pero para quienes conocemos y amamos a Dios, esto es una dimensión diferente, ya que al tener claro quienes somos, otros no solo se preguntarán porqué es que no nos afectan sus ofensas, sino quedarán impresionadas por nuestro temple y la paz que reflejamos que anhelarán tener aquello que tenemos nosotros y la capacidad de amar y perdonar aun a quienes pretenden hacernos daño, en otras palabras, nuestro silencio puede tener un efecto mas impactante y mas profundo que las palabras mas hirientes y despectivas, genial no?

Mi invitación de esta mañana es la siguiente, tome su Biblia e identifique quien es usted, para que le quede claro a usted y a quienes le rodean y luego vaya escogiendo cada una de esas promesas que la misma Biblia tiene de quien puede ser usted y tenga objetivos claros, para que su oración tenga un sentido y una dirección y trabaje junto con Dios en la mejor versión de usted, hasta haber alcanzado la estatura de Cristo, como la misma Biblia nos promete.

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3 Comentarios

  1. Amparo Perez Saez

    Hola hermanos, son muy edificantes los temas del devocional; pero me cuesta mucho leerlos por estar en blanco sobre negro, ¿se pueden cambiar? Bendiciones.

    • René Giesemann Amparo Perez Saez

      Estimada Amparo, desafortunadamente no podemos hacer el cambio de colores, ya que acabamos de hacer el cambio de diseño, pero creeme que tomamos en cuenta tus comentarios para el siguiente cambio, bendiciones

  2. Juana de Jesus Aceves

    Que cierto su comentario sobre este versiculo, en cuanto a que en vez de buscar quienes somos en la Palabra de Dios nos la pasamos diciendo «ya no soy asi» excelente punto hermano Dios le Bendiga.