Cuando pienso en el término fe, me vienen a la mente tantas caras y tantas situaciones que no las puedo siquiera contar, ya que por alguna extraña razón mucha gente se acerca a mi solo a decirme que tiene fe, y pareciera que cuando lo hacen, esperan una de dos cosas, ya sea que yo apoye su comentario, para que entonces su fe sea “validada” o bien que los desengañe para que ahora puedan tener una fe acertada.

Obviamente no tengo yo ninguna autoridad para decir si alguien tiene fe o no la tiene o si su manera de tener fe es la adecuada, pero con el tiempo, la experiencia propia y el observar a muchas personas en su caminar en fe, he aprendido que muchas personas se confunden al momento de tener fe, ya que su fe y su visión acerca de lo que Dios puede hacer en sus vidas son mas que limitadas y esa es a su vez una de las razones por las cuales sus oraciones no son contestadas.

La Biblia nos enseña que la fe es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve (Heb 11:1) y lamentablemente muchas personas se conforman con pensar que lo que esperan y lo que no ven es aquello por lo que oran, pero, quien les asegura que aquello que esperan y aquello que no ven sea bueno ante los ojos de Dios?, es acaso válida la oración de aquel que pide a Dios que le cuide y le vaya bien en el asalto a mano armada que está a punto de cometer?

Obviamente este es un ejemplo un poco extremo, pero lamentablemente real, las personas tienen todo tipo de motivos para acercarse a Dios y pedir aquello que está en su corazón, y según su situación, son tan válidos una enfermedad como un asalto, ya que cada uno no ve mas allá de lo que le sucede y de lo que esta a punto de hacer.

Recuerdo perfectamente haber orado en muchas ocasiones a Dios pidiendo protección al momento de hacer cosas que no están bien ante sus ojos, ante los de la sociedad y los míos propios, y siempre con la consciencia de que si algo me sucedía, la consecuencia era mas que bien merecida, pero ahora que veo hacia atrás realmente no oraba, solo daba placebos a mi mente y a mi alma para pecar con tranquilidad, ya que no había orado a Dios y todo el tiempo supe que estaba en manos de mi propia suerte y confiando en que no me pasara nada.

El problema es que la mayor parte del tiempo, nuestra oración no va mas allá de nuestras situaciones, es decir, siempre gira en torno a nosotros, y sabe, de nosotros la Biblia dice poco, está ahí para nosotros y para que vivamos una vida gloriosa, pero no se trata de nosotros, se trata de Dios, es por eso que quienes solo oran por ellos o bien quienes solo se dedican a pedir, no oran con fe, porque no hay certeza en lo que se espera ni en aquello que no se ve y se lo voy a explicar.

La cita de hoy habla de 2 ciegos que siguieron a Jesús y cuando le alcanzaron este les preguntó si en verdad creían que Él podía sanarles, a lo que respondieron que si, y éste les respondió “conforme a su fe sea hecho” y sanaron, pero eso no es lo importante del asunto, sino que justo después de sanarles, Jesús les dice “no digan esto a nadie”, sabiendo que harían todo lo contrario y salieron corriendo a decirle a toda persona a su paso no que habían sido sanados, sino quien les había sanado.

En otras palabras, la Biblia tiene miles de promesas para nosotros, cada una de ellas es puntual, es decir, aplica en lo específico, pero no están ahí solo para que las recibamos, sino para que por medio de su cumplimiento, demos gloria a Dios y le pongamos en alto a El y esto es mas trascendental aun, ya que todos sabemos que aquellos que lleguemos a su presencia el día que venga de nuevo a esta tierra, pasaremos la eternidad adorándole y exaltándole, pero muchos creen que eso sucederá cuando muramos, siendo que nuestra eternidad empieza ahora mismo y que por medio de todo lo que Él haga en nosotros, podamos verdaderamente darle gloria y honra.

Es decir, Dios tiene un propósito mas amplio que el solo bendecirnos y solo darnos aquello que pedimos, Dios desea reflejarse en nosotros y que cuando Él obre en nuestras vidas, las personas le vean a Él, por ello es necesario que nuestra oración y nuestra fe trasciendan mas allá de nosotros y de aquello que se nos ofrece o nos duele en ese momento, es decir, si oramos a Dios para que nos ayude a pagar nuestras deudas, es solo limitado, pero si oramos a Dios para que se refleje en nuestras finanzas y no solo las sane, sino que además brille en ellas de manera que podamos bendecir a otros con nuestros recursos económicos y ademas con nuestra fe para enseñar a otros a creer como nosotros lo hacemos, entonces estamos engrandeciendo su Reino.

La Biblia nos dice “de gracia recibisteis, dad de gracia”, y sabe, muchas personas esperan sanidad de parte de Dios, sanidad de todo tipo, pero muy pero muy pocas están dispuestas a glorificar a Dios después, muy pocas personas están dispuestas desde su enfermedad a luego ir a orar por otros para que sanen y por medio de ello poner el nombre de Dios en alto, no es una obligación, pero es para lo que fuimos creados.

La fe se trata de creer en aquello que esperamos y lo que no vemos, pero desde el punto de vista de Dios, es decir, la Biblia nos enseña que todos aquellos que creen tienen autoridad para imponer manos sobre los enfermos y estos sanaran, pero hay que creer en la palabra, no en lo que nos acomoda, es por eso que aquello en lo que debemos de tener fe, es en lo que Dios ha escrito sobre nosotros, que le aseguro es mucho mejor que aquello por lo que oramos y lo que pedimos, ya que es eterno y no efímero, ya que es basto y no limitado.

Ahora bien, en que tiene usted fe?

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