Creo que el hecho de que todos necesitamos a Dios en nuestras vidas es algo que no es necesario discutir, todos lo sabemos y aun quienes dicen no necesitarlo, le buscan y le invocan en momentos de necesidad, Dios nos creó con una naturaleza dependiente de Él y aunque a veces pretendamos hacernos los fuertes o hacer las cosas a nuestra manera, tarde que temprano, todos regresaremos a Él.

El hecho de que así lo hagamos por nuestra naturaleza, no quiere decir que siempre vayamos a obtener todo aquello que busquemos, anhelemos o pidamos, pero si Dios es un Dios de amor que nos da todos los medios para que obtengamos lo mas posible de nuestra relación con Él, siempre y cuando hagamos cada día de Dios el centro de nuestra vida.

La pregunta del millón, es como hacemos a Dios el centro de nuestra vida?, suena lindo, suena atractivo, pero en realidad pocos saben hacerlo y de esos muchos menos nos dan la receta, es un hecho que se debe de poder, y en el fondo de nuestro corazón lo sabemos, el detalle está en el ponerlo en práctica.

Uno de los principales enemigos que tenemos al momento de establecer nuestra relación con Dios, o al tratar de caminar con Él es que normalmente todo lo hacemos enfocados en nuestros problemas, en nuestros deseos, en nuestras situaciones y aun cuando leemos la Biblia, estamos buscando cosas que se acoplen a nosotros para que hagan sentido.

De hecho el otro día platicaba con alguien quien me decía leer la Biblia a diario, y cuando me dijo la cantidad de páginas que leía, hasta me sentí un poco intimidado, hasta que después de un rato me di cuenta que de todo eso que leía, a pesar de ser mucho, no entendía prácticamente nada, ya que solo buscaba en su lectura cosas que hicieran referencia a si mismo, es por eso que le era tan fácil leer tanto (creo).

Es por eso que llegamos a las malas interpretaciones de la palabra de Dios y luego pareciera que tener una relación con Dios se ve como algo tan difícil delante de nosotros, ya que alguien nos lo dijo mal, o porque simplemente lo hemos visto mal, tal como la cita del día de hoy.

Una de las cosas que mas anhelo en mi vida personal, es el aprender a correr, no puedo explicar en palabras el sentimiento que se manifiesta en mi cuando veo a las personas correr por las calles, pero siempre que lo hago y lo trato de aplicar a mi vida, me viene a la mente el hecho de que todo el tiempo tengo la nariz congestionada y a pesar de haber ido con médicos en varias ocasiones, es una condición que no he podido arreglar, de modo que el hecho de solo pensar en correr, me causa conflicto y lo entiendo como algo difícil en mi vida, y ya sea por mi condición nasal o por los miles de pretextos que pueda yo poner y tener, ni siquiera lo he intentado.

Pero, sabe por qué me anima tanto ver a las personas correr?, porque por lo general no las veo sufrir al hacerlo, veo que todas lo hacen con gran gusto y les hace bien, solo su actitud me anima.

La cita de hoy es una que es junto con muchas otras de las mas mal interpretadas que existen, ya que hay una mala concepción de lo que realmente significa el tomar nuestra cruz.

Piense en esto, Jesús vino a la tierra en forma de hombre, pero todo el tiempo supo perfectamente lo que había de hacer, el morir en la cruz era su objetivo y vivió preparándose para ese momento y poder posteriormente resucitar y con ello garantizarnos un lugar en la eternidad, tanto, que hablaba de ello todo el tiempo y animaba a otros a estar dispuestos a hacer lo mismo.

El problema es que Hollywood se ha encargado de hacernos entender las cosas de otra manera, el cine y las películas insisten en hacer de Jesús un hombre con actitud de hombre y no un hombre con actitud de Dios, le soy honesto, cuando pienso en Jesús, quiero pensar en Él como aquellos que hablan de correr por las calles haciendo ejercicio, como aquellos que toman por reto el correr un maratón y se preparan a diario para poder llegar a la meta en el mejor tiempo y en la mejor condición, a final de cuentas, tanto Jesús como los corredores saben perfectamente lo que va a pasar, que no?

Al pensar en tomar nuestra cruz para seguir a Jesús, todos pensamos en cosas difíciles, todos pensamos en cosas dolorosas, todos pensamos en sacrificios, y es obvio, es como si pretendiéramos correr un maratón de 42 km sin prepararnos, sería una total y absoluta catástrofe!, pero si pensamos en el rostro y la actitud de Jesús al invitarnos a tomar nuestra cruz y seguirle y entenderlo como aquellos que corren, no cambia su concepto de ello?, no se le antoja incluso el intentarlo?

Piense en esto, Dios nos invitó a leer su palabra, pero no para que seamos beneficiados por ello, sino para que le conozcamos a Él, es por eso que necesitamos entender las cosas desde el punto de vista suyo (de Dios) y no desde el nuestro, solo así podremos llevar a cabo las cosas que nos creo para hacer.

Es por ello que la cita de hoy contiene un “niéguese a si mismo”, que no hace referencia a un desbandado acto de humildad, sino al mas simple acto de sacarnos a nosotros de en medio cuando se trata del entendimiento de las cosas del Reino de los Cielos.

El día de hoy le quiero invitar a que tome un tiempo, vaya a su Biblia, busque aquellas citas que conoce y que le gustan, léalas de nuevo, pero ahora hágalo sin pensar en usted mismo, léalas pensando en lo que Dios piensa, no para usted, sino en la intención que pudo tener al así escribirlas, déjese conquistar por el entendimiento de la palabra de Dios con su verdadera intención para luego poderla llevar a cabo tal como fue planeada y no se quede como los que no corremos y no lo hemos intentado siquiera.

¡Comparte esta entrada, elige tu plataforma!

Responder a Rene Giesemann Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

2 Comentarios

  1. aun no comprendo si es que tengo que renunciar a mi mismo y hacer un sacrificio (tomar la cruz) para seguirle. ¿Como se da ese gran paso?