Imagine usted que tiene un coche sumamente lujoso, de esos que solo unos cuantos se pueden dar el lujo de tener, tiene acabados de maderas finas en su interior y solo necesita frotarlo un poco para que brille intensamente, es el mejor coche que ha tenido en su vida, como lo trataría?

Seguramente la gran mayoría de las personas que lean estas líneas pensarán en lo bien que tratarían este coche y en los cuidados que tendían con el, pero ahora imagine que las circunstancias le piden que lleve ese coche por un terreno de terracería, donde el polvo, las piedras, las ramas de los árboles y los espinos abundan y poco a poco se va dando cuenta como el polvo ensucia su coche, las piedras, las ramas y las espinas van haciendo que la pintura poco a poco se vayan rayando, ya que no puede evitar pasar por ahí, de hecho las cosas llegan a un punto en el cual ya no tiene cuidado de su coche, pues está consciente que no puede evitar el que se ensucie ni que se dañe, no es sino hasta que regresa a casa el que se da cuenta de la dimensión del daño que le hizo a ese caro y apreciado coche, entiende la sensación?.

Hay muchas personas que esperan recibir bendición, pero escasamente la reciben, mas bien pareciera que se conforman con lo que “Dios les quiera dar” ya que Él “por algo hace las cosas” y se la viven anhelando que les suceda algo bueno y que Dios les bendiga de alguna manera, la que sea.

Sabe, la mayoría de las bendiciones que anhelamos y nunca recibimos tiene que ver mas con nosotros que con Dios, ya que Él no hay nada que quiera negarnos, Él ya lo dio todo en la cruz por nosotros, solo es cuestión de que lo reclamemos para nosotros y es precisamente ahí donde muchos fallan, no saben o no se sienten capaces de reclamar una bendición y le voy a explicar porque.

Recuerda el coche lujoso del cual le hablaba hace un rato?, ese coche es su boca, la cual está hecha para grandes cosas, para declarar las maravillas de Dios, para alabar su nombre (el de Dios) y para declarar y reclamar bendición, el problema radica en que la mayor parte del tiempo hablamos cosas que no hacen sentido, que no llevan a ningún lado, habla palabras que no edifican y cuando menos pensamos nuestra boca es igual o peor que aquel coche de lujo que pasó de ser un gusto y algo especial a un todo terreno que pocos aprecian.

Lo primero que hizo Dios al crear el universo, fue crear la luz, es decir estableció su verdad y luego separó las tinieblas de la luz, ya que estas no conviven, y así sucede en todas las cosas, de la misma boca es difícil que salga bendición y maldición, es por eso que a muchos les cuesta trabajo el declarar bendición sobre sus vidas y sobre la vida de otros.

Creo que al pensar en escribir sobre los zombies espirituales, este fue uno de los primeros temas que pensé, los zombies según entiendo hablan poco y de la boca de muchos de ellos sale sangre putrefacta, y seguramente tienen un terrible olor de boca, y aunque no saben porqué su único motivo de vivir es contagiar a cuantos puedan para que sean iguales.

Si lo piensa detenidamente, las personas que hablan cosas sin sentido y con maldiciones, suelen justificarse todo el tiempo por su manera de hablar e incluso piensan que no es malo y tratan de que otros hablen igual que ellos para no sentirse mal, en vez de enderezar sus palabras para ser un recipiente de bendición, y cuando menos lo piensan, viven bajo el efecto de sus palabras y la culpa los agobia, no se sienten dignos de ser bendecidos y solo aspiran a la misericordia de Dios, aunque en el fondo piensan que no la recibirán.

La cita de hoy es una de mis 10 favoritas, ya que expresa gran verdad, nos dice que el usar nuestra boca de manera inadecuada, interfiere con la costumbre de ser bendecidos, y hace mucho sentido.

Dios nos invita una y otra vez a lo largo de su palabra a que meditemos en aquello que sale de nuestra boca, para que aseguremos bendición, creo que a ninguno de nosotros nos gustaría que saliera sangre putrefacta de ella, pero al igual que los zombies, muchos ya ni lo notan, ya que siempre está ahí, ya ni perciben el olor terrible que emana de ellos.

Si usted anhela bendición en su vida, lo primero que tiene que considerar, es el estar preparado para declararla sobre su propia vida, pero recuerde que una boca que declara muerte todo el tiempo, difícilmente declarará vida debido a los restos que la muerte deja.

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