Meditar acerca de la palabra de Dios es una de las cosas que mas disfruto, he aprendido a ver a Dios en todas las situaciones cotidianas de mi vida, de manera que esta presente en todo lo que hago, es algo que tuve que aprender y es algo que tuve que practicar durante mucho tiempo hasta que hice de ello una buena costumbre en mi vida.
Ayer no pude evitar el meditar largo tiempo acerca de las personas y el como nos relacionamos con Dios, es interesante que tenemos una tendencia a tratar de adaptar todas las cosas a nuestro ambiente y a nuestro entender, es decir, hay una cierta sensación de comodidad en el entender las cosas de nuestro punto de vista y queremos adaptarlo todo así, para no sentirnos mal, para no sentirnos culpables y para entender que todo esta bien.
Lamentablemente solemos hacer eso con Dios también y mire, no hay que ir lejos, en el mundo entendemos que la persona con el puesto mas bajo dentro de una organización, es la que tiene menos valor y es la que es mas fácil de reemplazar, mientras que el organigrama crece, mas valor tiene la persona, y todos los que están bajo ella, le sirven, es decir todos trabajan para el jefe.
En el Reino de los Cielos es completamente distinto, en el Reino de los Cielos, la pirámide es inversa, entre mas se crece, se sirve a los que vienen detrás, muchos aún no lo entienden, muchos creen que en cuanto mas se crece en la palabra, mas autoridad se tiene sobre las personas, cuando simplemente no es así.
Jesús vino a la tierra a ponernos ejemplo de ello, Él como era costumbre en su tiempo, pasó por todo el proceso de aprendizaje y fue educado como cualquier otro Judío hasta llegar a Rabino, y una vez que alcanzó la estatura de maestro, hizo lo que verdaderamente dicen las escrituras, sirvió a sus semejantes.
Jesús lo dijo y lo hizo, sirvió a los que menos tienen, pero a su vez les demostró que el Reino de los Cielos estaba a su alcance, les mostró lo poderoso de una oración, y como el tocar el corazón del Padre puede transformar cualquier situación, por adversa que parezca, nos demostró que la pobreza es una condición del corazón y que un toque de Dios tiene mas poder que lo aprendido en la escuela, el abolengo de una familia, la herencia de un padre o cualquier cosa, ya que se obtiene la actitud de siervo, sin importar la estatura, o el status que se pueda tener.
En tiempos de Jesús, espiritualmente quienes estaban a la cabeza de la iglesia y la sociedad eran los fariseos, que se distinguían por cumplir la ley al pie de la letra y se medían unos con otros, su estatura espiritual era otorgada y juzgada por lo que otros veían en ellos, ya que sus hechos lo representaban todo, eran duros en sus juicios, ya que pensaban que lo mucho que sabían y lo aprendido les daba ese derecho y quien no hubiera pasado por lo que ellos pasaban, simplemente no tenía ni valor ni autoridad para juzgar y decir lo que ellos.
La cita de hoy, nos habla de como Dios es verdaderamente el Dios del Universo y como Él se encarga de restablecer el equilibrio y dejarnos claro como deben de ser las cosas, Pedro y Juan no eran estudiados, no eran personas que hubieran pasado por el proceso de educación que la ley Judía estipulaba, eran simples obreros, de familias sencillas, que en su momento tuvieron el corazón adecuado para Dios y decidieron dejarse transformar por Él.
Como lo decía, un toque de Dios puede hacer mas que una vida de estudio y de dedicación, y esto eso cierto desde el punto de vista de Dios, aunque no lo puede ser desde el punto de vista nuestro, ya que hay quienes se conforman con lo “espiritual” y dejan a un lado el conocimiento, pero note lo que la cita de hoy dice, nos relata que los fariseos se quedaron asombrados porque Juan y Pedro no eran personas estudiadas según sus estándares, pero que se les notaba que habían estado con Jesús, es decir, Jesús nunca les habló de otra cosa que no fuera la palabra misma, es decir, les enseñó lo mismo que los fariseos habían aprendido, solo que éste les enseñó a aplicarlo en su vida, es decir, Jesús pasó de la teoría a la práctica, y es ese el toque de Dios, cuando estamos dispuestos.
Esto que le cuento, se lo cuento con la intención de aclarar lo siguiente, hay una falsa creencia que las cosas de Dios son solo para unos cuantos, para aquellos que están “mas cerca” de Dios y que son especiales y entienden, la verdad es que no es así, Dios por eso mismo puso su palabra al alcance de todos, para que todos la leamos, la entendamos con nuestra mente, pero a su vez con nuestro corazón y la experimentemos al ponerla en práctica, hasta que nos pase como a Pedro y como a Juan, que se nos note que estuvimos en presencia de Dios.
Pedro y Juan entendieron que todo lo que Jesús puso en ellos no les hacía especiales y que no les daba un mejor lugar entre los hombres, sino que todo aquello que aprendieron, era para hacerse imitadores de Jesús y servir a sus semejantes.
El día de hoy le quiero animar a que rompa usted con ese pensamiento común en el que solo unos cuantos tienen acceso a Dios y que ese acceso les hace especiales, le animo a que se atreva, tome una Biblia y léala, y no pare sino hasta haber llegado a la última página, acompañe su lectura de la oración, cuestione a Dios las cosas que no entiende e incluso aquellas con las que no está de acuerdo y déjese convencer por Él, no descanse, hasta que pase como con Pedro y Juan, que todos puedan notar que estuvo usted en presencia de Dios.