El domingo pasado, un buen amigo Pastor dijo lo siguiente: “La ignorancia te hace tolerante y aquello que toleramos nos domina”, al escuchar esto me quedé perplejo, que frase tan llena de verdad y tan llena de sabiduría y es de ello que le quiero hablar esta mañana.
Hace unas semanas le comentaba acerca de la frase que escribieron en mi muro de facebook, que rezaba: “hemos dejado a un lado nuestras buenas costumbres, para hacernos esclavos de nuestras pasiones”, y aunque no se parecen, ambas frases (la que mi amigo dijo y esta) son sumamente iguales, ya que ambas van encaminadas a nuestros sentimientos.
En el pasado la gente se casaba y sabía que vivirían juntos el resto de su vida y que a pesar de los altibajos de su relación, no había opción mas que seguir juntos, de hecho aún antes de eso los matrimonios eran arreglados por los Padres y duraban mucho mas tiempo que hoy en día, y esto tiene una razón interesante de ser.
Es un hecho que muchas atrocidades sucedían en los matrimonios de antes, pero sabe, si las comparamos con las de hoy, se pueden quedar pequeñas, solo es cuestión de echar un vistazo a los periódicos, antes las personas no se casaban enamoradas como lo hacen ahora, antes el hombre buscaba una buena mujer que edificara un buen hogar y criara hijos sanos y fuertes, la mujer buscaba un hombre que le diera estabilidad y de ser posible lujos y que le permitiera hacer aquello para lo que fue criada, y aunque no siempre las cosas salían como querían, preferían hacer lo correcto a aquello que sentían, obvio, se que vendrán a su mente muchos casos de machismo, pero sabe, lo que usted y yo somos hoy, se lo debemos a aquellas personas que hicieron lo correcto.
Otro caso acerca del que me fascina meditar es sobre los matrimonios arreglados, ya que que mejor manera de empezar un gran matrimonio que en actitud de obediencia, cuando pienso en ello, así les sucedía a los reyes en Europa y Asia y creo que no se puede gobernar adecuadamente si no se sabe obedecer, no lo cree? y que mejor que obedecer a sus padres en una de las decisiones mas importantes de su vida, no sin tomar en cuenta que quien mejor que nuestros Padres va a saber mejor que nosotros lo que necesitamos y lo que mejor nos conviene.
Hoy en día la gente se casa porque se dice enamorada y con la consciencia de que si las cosas no funcionan, se pueden divorciar y buscar una segunda y una tercera oportunidad, o las que sean necesarias para alcanzar esa felicidad que dicen merecer, y sabe ese “enamoramiento” es mas un sentimiento que un conocimiento de la persona con la que se casan, el problema es cuando se casan y empiezan a conocer a la persona y se dan cuenta que no era quien pensaban, y es tan fuerte la desilusión que no pueden tolerar el vivir juntos.
Es por eso que la Biblia no considera el noviazgo, ya que lamentablemente el noviazgo es una relación mal entendida que nos da ciertos derechos y algunas obligaciones que realmente solo se dan en el matrimonio y no crea que me refiero a lo carnal, sino a muchas otras situaciones.
Cuando los sentimientos entran por la puerta, la razón sale por la ventana, solemos vivir dominados por lo que sentimos y no por lo que sabemos o por lo que pensamos, creemos que porque lo sentimos y nos hace sentir bien es bueno para nosotros y a veces ignoramos que aquello que sentimos es contrario a la voluntad de Dios y he ahí la raíz de muchos de nuestros males.
Muchas personas me preguntan si el divorciarse es pecado, a lo que yo he respondido: “divorciarse no es pecado, el pecado es la mentira que contó esa pareja en el altar, ya que usando a Dios como testigo se dijeron amarse sobre todas las cosas y en toda situación y al divorciarse incumplen esa promesa y se hacen mentirosos, y para Dios es igual un asesino que un mentiroso”
El problema radica en que el sentimiento va por encima de la razón, el desengaño de una infidelidad es un sentimiento tan fuerte que pareciera hacer imposible el hecho de perdonar, y mas allá de perdonar, el reclamar el cumplimiento de una promesa que nos hicieron, pero las telenovelas nos han enseñado que es mas fácil ser víctimas que que hombres y mujeres justos que hacen y exigen justicia.
Cuando ignoramos nuestras palabras, nos hacemos tolerantes a nuestros sentimientos y la Biblia nos advierte de ello, ya que dice que nuestro corazón puede ser perverso y puede confundirse, por ello es que debemos de recurrir a la razón, a la justicia y a lo correcto, aún cuando no lo sintamos, para que siempre hagamos lo correcto.
La cita de hoy nos habla de ello, en ella Dios habla acerca de su pueblo, quien ignoró su ley y por ello se perdió, en ella se incita una y otra vez a la justicia, por encima de los sentimientos, para asegurar que vivamos siempre, es por ello que le quiero invitar el día de hoy a que haga lo correcto, conozca mas de Dios, también, ponga atención a sus palabras, para que siempre las recuerde y pueda usted siempre tenerlas presentes como parte de su conocimiento y las honre con sus actos, domine sus sentimientos y razónelos, se dará cuenta que en muchas ocasiones no tienen una verdadera razón de ser.