No me deja de sorprender el hecho de que cada día se nos anima mas a vivir gobernados por nuestros sentimientos y no por aquello que es correcto y lo que es verdad, y esto abarca todos los aspectos de nuestras vidas, hay personas que no se acercan a Dios porque no sienten hacerlo, hay personas que no son productivas en su trabajo porque nos las motivan a hacerlo, hay quienes no son fieles en sus relaciones personales porque no se sienten tan amadas como para hacerlo, por lo general existe una creencia no hablada de que primero tenemos que sentir para luego hacer.

Es por eso que insisto tanto en el que nos quede claro el hecho de que amar es una decisión y mas cuando hablamos del amor a Dios y el amor de pareja, ya que en ambos solemos ser infieles todo el tiempo, y no por el hecho de volcar nuestros corazones a alguien mas, sino porque aquello que en un arrebato de amor (que es mas bien un sentimiento) decimos muchas cosas que nuestros actos no están dispuestos a respaldar.

Amar significa encontrar a alguien, conocerle de principio a fin y una vez habiendo evaluado defectos y virtudes, decidir pasar nuestro tiempo con esa persona, pero siempre con la consciencia de con quien estamos, normalmente esto sucede al revés, normalmente conocemos a alguien que “nos gusta” o nos “llena el ojo” y sin dudarlo nos aventamos y empezamos una relación con esa persona e incluso nos casamos con ella y luego empezamos a conocerla, para darnos cuenta que no era quien nosotros creíamos y que no somos compatibles y terminamos divorciándonos, para luego creer que “merecemos” ser felices y que seguro Dios “tiene alguien para nosotros”.

La verdad no entiendo como aplique ese “merecemos”, ya que Dios no nos castiga con malas parejas sentimentales y tampoco pagamos con sufrimiento por adelantado nuestra felicidad posterior, simplemente tomamos una mala decisión impulsados por nuestros sentimientos en vez de analizar las cosas con detenimiento.

Y sabe, con Dios sucede exactamente igual, hay quienes tienen pavor a acercarse a Él, porque no lo sienten así o bien porque sienten que les va a limitar su manera de vivir o que se yo, pero en realidad nunca se han tomado el tiempo de conocerle y saber quien es Él, también están las personas que crecen en una religión pensando que eso agrada a Dios, no es mi intención criticarlos, pero no me deja de sorprender cuando en cierta época del año veo a miles de personas peregrinar a un pueblo cercano haciendo “mandas” cuando Dios claramente en su palabra dice aborrecer los sacrificios, pero es mas fuerte lo que sienten que lo que saben de Dios.

Y esto que le cuento se va intensificando cada día, ahora hay leyes que protegen a los niños de sus Padres, es decir, ya los padres no pueden corregir a sus hijos mas allá de las palabras, cuando la Biblia habla de la vara, y ojo!, no estoy animando a nadie a golpear a sus hijos, pero hay una gran diferencia entre una corrección física y el desquitar su ira a golpes en sus hijos.

No entiendo mucho al respecto, pero me deja perplejo el ver como cada día hay mas y mas niños hiperactivos, cosa que no había en los tiempos en los que yo era niño y ni que decirse en los tiempos en los que nuestros Padres lo eran, creo que ni siquiera se había inventado el término en esos tiempos, pero le puedo decir que cuando veo a esos niños que son hiperactivos y que los Padres quieren “curar” a base de psicólogos y medicamentos, me identifico en ciertos momentos en los que en mi escasa consciencia sabía que necesitaba un freno y no había nada como un par de buenas nalgadas para tranquilizarme.

Tuve grandes Padres, gracias a ellos soy el hombre que soy el día de hoy, pero no puedo negar que el cinturón de mi Padre y la cuchara de palo de mi Madre me imponían respeto, pero a su vez me previnieron de cometer muchos errores y hoy en día veo como mis sobrinos y los hijos de mis amigos aprecian la disciplina de vez en cuando, es algo que me es difícil explicarle pero que es natural en nosotros.

La cita de hoy habla de ello, nos invita a corregir a nuestros hijos, para evitar dolores de cabeza futuros, la misma Biblia lo dice “Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo” (Heb 12:6), y esto no quiere decir que Dios nos castigue, sino que nos pone en cintura, para que no erremos en nuestro camino y aunque no lo crea, es una de las cosas mas sanas que podemos hacer el orar y pedir ser disciplinados de vez en cuando para asegurar no desviarnos del camino y no ser víctimas de nuestros sentimientos, sino vivir siempre en consciencia de quienes somos, de quien es Dios y de lo que ha puesto en nuestra vida, para que siempre podamos vivir en bendición.

 

Lectura del día de hoy: Proverbios 29

 

 

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