Hace unos días reflexionaba acerca de facebook, me llama mucho la atención lo que ahí sucede, ya que muchas personas se dedican a crear una imagen de si mismas en esa página, siendo que su realidad es otra, y esto se lo comento porque hay rachas en las que ciertas cosas se ponen de moda en la famosa red social y justo estamos en medio de una racha en la que todas las personas ponen frases sabias y esta se llenan de “likes”.
He logrado identificar a un grupo de personas que sienten que es prácticamente su obligación el alimentar a si círculo de amistades con frases “sabias” y lo hacen con gran esmero y no le voy a negar, muchas de estas frases son profundas y ciertas, pero sabe, lo que realmente me preocupa es que al ver la vida de estas personas me doy cuenta que no importa que tan sabias sean estas frases, sus vidas no cambian ni son transformadas, son simples frases lindas que no causan mayor impacto.
Esa es una de las razones por las cuales cuido mucho que aquello que se refleje en mi muro, tenga un sustento en la palabra de Dios, así nadie podrá tomarse el crédito de lo que publique, sino Dios, y con la garantía de su palabra que esta no regresará vacía, es decir, es sabiduría que va mucho mas allá de ser una frase linda, es sabiduría que no cambia a nadie, pero que lo transforma.
La Biblia nos dice que de aquello que abunda en nuestro corazón habla nuestra boca y es 100% cierto, no hace falta mas que escuchar un par de minutos con mucha atención a cualquier persona y la conoceremos perfectamente, ya que es inevitable enmascarar lo que hay dentro de nosotros, y quiero entender que esta cita ha evolucionado, ya que hoy en día hablamos tanto por medio de nuestro muro de facebook y nuestro twitter como por medio de nuestras palabras, solo es cuestión de poner atención y veremos la verdadera intención de las personas al publicar cierta cosa, es un hecho que muchas veces nos faltan las facciones de la cara para entender claro, pero el Espíritu Santo puede revelarnos mas que cualquier persona aun por medio de nuestras palabras.
Todo esto se lo comento, porque entre mas somos confrontados con la sabiduría, mas conscientes estamos de quienes somos en realidad, y es ahí donde muchos comienzan la labor de maquillar su realidad y maquilar una realidad alterna, para ojos de los demás, es ahí cuando nuestra boca empieza a hablar mas de nosotros mismos que de cualquier otro tema y empezamos a perder de vista la diferencia entre nuestra realidad y lo que decimos acerca de nosotros mismos.
Lo mas interesante del asunto, es que a la gente en realidad no le interesa si somos súper cultos y reconocidos ante la sociedad, ya que si esas personas no comparten nuestro acervo o no se mueven en el mismo círculo, de poco les sirve saber los detalles de donde nos movemos, en realidad las personas disfrutan mas de nuestra intimidad, en donde dejamos ver quien somos nosotros en realidad, en donde una persona puede vernos a los ojos y sin palabras entender quienes somos y luego hablar de ello.
La cita de hoy habla de eso, nos habla que tengamos cuidado de alabarnos a nosotros mismos, porque corremos el riesgo de hacerlo con mentiras y con realidades ajenas a la nuestra, es mejor que nos alabe aquel que nos conoce, que hable verdades acerca de nosotros que otros no ven a simple vista y que vengan de la sinceridad y honestidad del corazón.
A veces nos podría ser muy útil el pararnos frente a alguien que amemos y le preguntemos que es lo que en realidad opina de nosotros, ahí podremos identificar nuestro verdadero valor y tener una muy buena guía de los pasos a seguir, para corregir nuestros errores y defectos y continuar en nuestra carrera imitando a Jesús.
Lectura del día de hoy: Proverbios 27
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