Lo he comentado un par de veces en este espacio, y cada vez que lo pienso y lo digo no me queda mas que estar de acuerdo que es una gran verdad: Hay quienes llaman al hecho de hablar con Dios oración, pero cuando Dios les habla, le llaman esquizofrenia!
Es interesante pensar en como es que las personas aprenden a tener una relación con Dios, muchas van ahí donde sus Padres van y no lo cuestionan, hay otras personas que prefieren aprender de lo que otras personas les dicen, muchas personas se conforman con pensar que Dios es amor y buscan cosas lindas para ser empaticas con su entorno y pensar que entre mas lindo suene, mas seguro es que venga de Dios y están aquellas personas que viven de señales, aquellas que aman mistificarlo todo y a todo lo que no entienden darle un toque divino, y dicen que viene de Dios aun cuando no lo entienden y no saben cual es la intención de Dios ni para que lo hizo.
No me deja de llamar la atención el hecho de que no importa cual sea la manera de llevar su relación con Dios, la mayoría de las personas en contadas ocasiones reciben una verdadera y tangible respuesta suya (de Dios) y cuando lo hacen, se quedan con esa respuesta durante un largo tiempo y es casi un “milagro” que vuelva a suceder, y sabe, Dios tiene mucho mas para nosotros que simplemente hablarnos de vez en cuando, Dios no solo puede, sino quiere tener una abierta comunicación con nosotros todo el tiempo.
Recuerdo perfectamente como es que empecé a hablar con Dios y a escucharlo, un día leí acerca de Abraham, como es que el estaba sentado a la puerta de su casa y Dios vino a su presencia… eso me dejó atónito!, como es que Dios viene a la presencia de Abraham?, que no es al revés? y recuerdo que le cuestioné a Dios este hecho una y otra vez y no descansé hasta no recibir respuesta y una vez que la recibí, no dejé de recibir respuestas cada día, a cada momento.
Fue en ese momento que comprobé que la Biblia es mas que un libro lindo, sino me di cuenta que todo lo que esta escrito en ella es 100% cierto y que si tenemos el corazón adecuado, podemos hacer y recibir todo lo que los hombres y mujeres de la Biblia hicieron y recibieron, de hecho un resumen de todo lo sucedido a estas personas está contenido en la vida de Jesús y posteriormente en la vida de los Apóstoles que le imitaron y que nos dejaron como encomienda que a su vez les imitáramos a ellos.
Es justamente por eso que soy enemigo de la famosa frase de “Dios por algo hace las cosas”, es una manera muy cínica de evadir nuestras responsabilidades y una manera muy mediocre de tener una relación con Dios (es mi opinión, y no pretendo ofender a nadie con esto), ya que la Biblia nos habla de todo lo contrario, no puedo dejar de emocionarme al leer a hombres como Jeremías por medio de quien Dios habla y dice: “Clama a mi y yo te responderé y te enseñaré cosas grandes y ocultas que no conoces” (Jer 33:3), que alivio el saber que no tengo porque quedarme con ninguna duda, todo está ahí para ser respondido por Dios y darnos crecimiento con ello.
La cita de hoy habla de la actitud que normalmente tomamos, ya que normalmente vivimos a “nuestra manera”, tenemos una relación con Dios a “nuestra manera” y obviamente tenemos resultados “a nuestra manera”, pero ay de Dios que no salgan las cosas como esperábamos, porque entonces nos desquitamos con Él y le decimos “Por qué Dios!?!?!, por qué a mi?!?!?!” o bien, simplemente nos hacemos los desentendidos y por no vernos mal con los demás, nos damos un baño de espiritualidad y decimos un “Dios por algo hace las cosas”, aunque en nuestro corazón suceda algo muy distinto.
No te como la cita de hoy nos habla de que en nuestra insensatez torcemos nuestro camino, es decir, pretendemos que lo espiritual sea algo que sentimos, cuando realmente debemos de tener una relación sensata es decir racional con Dios para poder hablar sensatamente con Él y escucharle de la misma manera.
Es por tanto que hoy le invito a lo siguiente, medite acerca de su manera de hablar con Dios, y empiece a orar y a perseverar en escuchar su voz, aprenda a tranquilizar su alma, para que haya poco ruido en su oración y pueda escucharle claramente.
Lectura del día de hoy: Proverbios 19