Hace ya algunos años que me ha dado por analizar cada dicho que escucho, y pregunto a quien pueda para saber el origen de ese dicho para entender la verdadera intención del dicho y descubrir si hay sabiduría que viene de Dios en el o simplemente es algo lindo y de apariencia sabia que a alguien se le ocurrió.

Uno de esos dichos de los cuales se poco es el de “Las palabras se las lleva el viento”, y quiero entender que hace referencia al hecho de que hablar puede ser algo que la gente olvida y que no tiene valor y si lo vemos desde el punto de vista de los hombres, esto puede ser muy cierto, pero si lo vemos desde la perspectiva de Dios, le aseguro que no es así.

La Biblia nos habla una y otra vez del poder que hay en nuestra boca, es decir, si tenemos la identidad correcta, podemos literalmente hablar cosas que impacten nuestra vida, la de los demás y que vengan con un respaldo de Dios en donde sucedan cosas asombrosas.

Jesús vino a esta tierra a ponernos ejemplo de ello, todos los milagros que hizo tenían que ver con sus palabras, ya que ellas invocaba aquello que esta en el Reino de los Cielos y es puesto a nuestra disposición y sus palabras sanaron enfermos, consolaron a los tristes e incluso levantaron muertos.

Le voy a confesar algo, me incomoda mucho ver las películas que tratan sobre el tiempo de Jesús en esta tierra, ya que nos pintan un Jesús que ni siquiera el viento lo despeina (lo ha notado?) y que habla lenta y pausadamente, lo cual nos distrae y hace que no entendamos el verdadero significado y la profundidad de sus palabras, usted como yo sabemos que dependiendo del lugar donde nos encontremos, la entonación con la que se pronuncia una palabra, puede darle un sentido y un significado completamente distinto, no veo porque Jesús hubiera venido a esta tierra a hablar así, pero entiendo que es el modo que Hollywood tiene para representar algo que es santo, pero imagínelo, que interesante sería escuchar hablar a Jesús como verdaderamente lo hacía en la cotidianidad, que diferente sería lo que entenderíamos de sus palabras y le aseguro que todo aquello que no hace sentido ahora, lo haría, no lo cree?.

Recuerdo que cuando era pequeño, mi Madre siempre nos decía a mi hermano y a mi: “si no tienen nada bueno que decir, mejor quédense callados”,  con el tiempo aprendí que el solo tener algo bueno que decir no era suficiente, tenemos la oportunidad de hacer que cada palabra que salga de nuestra boca tenga un efecto de transformación tanto en nosotros como en los que nos escuchan y que cada palabra que pronunciemos puede incluso levantar muertos, si así lo permitimos.

Cuando hablo de muertos no me refiero solo a los que han dejado respirar, hay muchas personas que andan por ahí y que les da lo mismo vivir que morir, hay muchas personas que ya no tienen sueños y es a esas personas a quienes tenemos que dirigir esas palabras que dan vida y hacer que regresen a un respirar que inspire cosas nuevas y emocionantes cada día.

La cita de hoy nos advierte acerca de lo que decimos, ya que sin darnos cuenta podemos con nuestras palabras herir a alguien o por el contrario ser de gran alivio y consuelo, pero no es que Dios ponga mágicamente las palabras en nuestra boca para decir lo adecuado, sino que debemos de tener esa consciencia de que es nuestro deber el estar preparados en todo momento para hacerlo.

Sabe, lejos de preocuparme por no decir cosas que hieran a alguien, me preocupa decir palabras vacías, palabras que no lleguen a ningún lado, palabras estériles que no impacten en ningún sentido, que desperdicio de tiempo, saliva y del espíritu que Dios puso en nosotros no lo cree?.

Es por tanto que le invito el día de hoy a que medite en su hablar, en realidad es usted alguien que habla vida?, es alguien que habla muerte? o simplemente es alguien que no dice nada bueno, pero tampoco nada malo y simplemente desperdicia el arma mas poderosa que Dios puso en usted?, su boca.

 

Lectura del día de hoy: Proverbios 12

 

 

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