A veces no me dejo de sorprender de lo que la gente se inventa con tal de decir algo que suene sabio y bonito, obvio, a todos nos gusta decir cosas que suenen intelectuales e interesantes, pero a veces realmente no dimensionamos lo que hay detrás de lo que decimos y sin quererlo podemos contar enormes mentiras o cosas que se contrapongan con la palabra de Dios e incluso con su voluntad.

Me llama mucho la atención que alguien alguna vez empezó a hablar de la “madre naturaleza” y de inmediato la calificó de “sabia” y es un concepto que ha prevalecido por cientos si no es que miles de años, y en realidad nadie sabe de donde viene el concepto, pero a su vez casi todos lo hemos invocado en alguna ocasión.

Durante un tiempo medité mucho acerca de la madre naturaleza y no dejaba de darle vueltas al asunto de por qué quitarle crédito a Dios por algo que Él hizo y dárselo a alguien que ni existe y no es como la describen.

Con el tiempo me he ganado el moto de “grinch” entre los que me conocen, y no crea que me molesta, pero si me preocupa que cada palabra que salga de mi boca tenga un sentido y un significado, y es justamente por eso que lo cuestiono todo antes de hablar a la ligera (no vaya a creer que soy un aburrido, pero cuando de cosas serias se trata, soy muy serio).

Hace unas semanas Carlos mi compañero de casa y yo hemos estado viendo una serie llamada “frozen planet” o “planeta congelado” que trata acerca de la vida en el polo norte y el polo sur y a pesar de que son historias de animales que he escuchado no dejo de sorprenderme de que manera tan inteligente se adaptan a su medio ambiente cada animal y cada planta y como ninguno deja de hacer su función a pesar de las circunstancias, el video mostraba a un gusano quemador que le tomó 7 años el comer lo suficiente para poder elaborar su capullo y poder convertirse en una mariposa que solo viviría unas semanas tras salir de ese capullo que tanto tardó en hacer, era impresionante ver como el gusano se congelaba y descongelaba cada año e incluso no se movía mucho del lugar donde habitaba, ya que no podía darse el lujo de perder tiempo.

Al ver cosas como estas, la gente suele decir: “vaya que la naturaleza es sabia y cada planta y cada animal sabe que hacer en cada tiempo”, pero sabe, no hay tal cosa como “la madre naturaleza”, nadie la conoce, nadie ha escrito de ella y nadie ha comprobado su existencia, pero ponga mucha atención en lo que le voy a compartir:

En los pasados días hemos hablado acerca de la sabiduría, y hemos hablado de como obtenerla y de donde viene incluso, pero en el capítulo 8 de proverbios, la sabiduría habla de si misma, se describe e incluso nos cuenta lo que ha hecho y donde ha estado.

La sabiduría es un don que Dios nos da, la sabiduría está contenida en la palabra de Dios, pero a su vez en su Espíritu, y todo aquel que se haga hijo de Dios tiene acceso a ella, pero note esto:

La sabiduría estuvo ahí cuando el mundo fue creado, la sabiduría es parte de la creación de Dios y por mientras cada planta, cada animal y cada ser viviente haga aquello para lo que fue creado, estará lleno de sabiduría, es por ello que entendemos que la naturaleza es sabia, ya que se dedica a hacer aquello para lo que fue creada y con ello dar gloria a Dios.

El hombre fue creado con sabiduría, y tiene ventajas sobre el resto de la creación, ya que la palabra misma nos habla de que Dios puso una copia de su palabra en nuestro corazón, de manera que la sabiduría de Dios emane desde adentro de nosotros y nos hable para que gobernemos nuestros pasos con sabiduría y siempre con la intención de agradar a Dios.

Lamentablemente nos distraemos muy fácilmente, de manera que empezamos a creer y hacerle caso a las cosas que están a nuestro alrededor antes que hacerle caso a lo que viene de nuestro interior, que es sabio, ya que somos parte de la creación de Dios.

La cita de hoy nos habla acerca de ello, la sabiduría vigiló la creación del universo y la nuestra también y nos lo recuerda, para que recordemos que no somos ajenos, pero que sin querer nos hemos distraído de su propósito, con cosas y enseñanzas que no son de Dios y que distan de ser sabias.

Mi invitación de esta mañana es a que medite en ello, como la palabra de Dios no hace otra cosa que recordarnos cosas que nos son naturales, pero que hemos dejado de lado por dejarnos deslumbrar por cosas externas y que no nos llevan a ningún lado, regresemos a nuestro estado natural, al estado sabio en el que Dios nos creo.

Seamos sabios porque es parte de nuestra naturaleza y no porque sea algo que solo algunos saben o alcanzan.

 

La lectura del día de hoy es: Proverbios 8

 

 

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